Plagas hortícolas en postcosecha: soluciones para combatirlas
Como productos perecederos, las frutas y hortalizas son alimentos que permanecen vivos después de su cosecha, con procesos activos de respiración, maduración y senescencia. Dentro del ámbito de la poscosecha, se suelen investigar las razones que provocan el deterioro y la enfermedad de los frutos durante el periodo de tiempo que va desde la cosecha hasta la llegada al punto de venta para su comercialización. Un recorrido en el que tienen lugar también el embalaje o envasado, el transporte por diferentes procedimientos, el procesamiento, el almacenamiento y la distribución.
En este artículo mostraremos cuáles son las principales plagas y enfermedades que pueden afectar a la poscosecha en cultivos hortícolas. Conoceremos, también, los otros posibles daños que pueden sufrir estos alimentos, cómo les afectan y cuál es la mejor forma de ponerles freno, respetando sus propiedades nutricionales y organolépticas.
¿Cuáles son las principales plagas hortícolas?
Bacterias y hongos empeoran el rendimiento y la calidad de las frutas y verduras durante el periodo de poscosecha. Las pérdidas a las que pueden dar lugar los patógenos de poscosecha por el efecto de plagas hortícolas pueden distinguirse como directas, que son aquellas que afectan a la cantidad, o indirectas, que son aquellas en las que se pierde calidad.
Dentro de este último grupo sobresalen, por su presencia, las micotoxinas, como por ejemplo la alternaria (Alternaria alternata) en manzanas y citrus, la ocratoxina en uvas (Aspergillus carbonarius) o la patulina en peras y manzanas(Penicillium expansum). Entre las principales plagas de estos microorganismos más importantes podemos señalar las 6 siguientes:
Alternaria citri
Común en los cítricos, en especial en los limones, este hongo se desarrolla tras un traslado de sus esporas por vía aérea. Puede identificarse en el pedúnculo, aunque crece dando lugar a un podrido interno del fruto que acaba por hacerse visible cerca del ombligo como una mancha negra. Los frutos afectados por Alternaria citri suelen adquirir un color más intenso. Lo más habitual es que germinen hacia el interior cuando los frutos son pequeños y permanecer latentes. Las condiciones idóneas para el ataque de este hongo son la exposición a temperaturas bajas durante bastante tiempo, cuando hay quemaduras en la superficie y en frutos que, o son débiles, o padecen un deterioro interno.
Penicillium italicum y Penicillium digitatum
Conocidos de forma popular como ‘moho azul’ y ‘moho verde’ respectivamente, estos microorganismos alcanzan a los frutos gracias a un desarrollo por esporas o por el contacto con frutos podridos, en el caso del Penicillium italicum. Mientras que éste puede crecer con humedad elevada y tiene la temperatura ideal para su desarrollo en 24 ºC (aunque puede desarrollarse entre 3 y 32 ºC), el Penicillium digitatum también aprovecha similares condiciones de humedad y crece a una temperatura propicia de 20 ºC. Ambos patógenos se introducen en la fruta gracias a las heridas de la superficie, por lo que es común que broten en productos que han sufrido golpes o abrasiones.
Botrytis cinerea
La Botrytis cinerea suele brotar en frutos almacenados en cámaras con una conservación inadecuada, como una ventilación deficiente o una humedad excesiva. Se manifiesta con un podrido de color amarronado y aspecto algodonoso en fases avanzadas, así como una textura dura. Accede a los frutos por las heridas de su superficie y se beneficia de temperaturas moderadas o incluso bajas, al mismo tiempo que húmedas.
Geotrichum candidum
Este resistente microorganismo genera en el fruto un podrido blando y un olor que sirve de reclamo para las moscas de la fruta, que dejan en estas zonas sus huevos. A partir de ahí, la infección de otras frutas se produce por el goteo de esas zonas podridas. Su forma de acceso a las frutas, en especial a la madura con defectos, es por la parte de la superficie con heridas.
Phytophthora citrophthora
De penetración directa, afecta a los cítricos y se caracteriza por el podrido marrón y duro, a veces acompañado de un moho blanco. Su característico olor a rancio es la única manera de diferenciar, durante los primeros tiempos de infección, el podrido. Se beneficia de las lluvias para alcanzar los frutos más bajos del árbol con sus esporas.
Phomopsis
Cuando en la zona peduncular de los frutos se aprecia un podrido flexible, aunque un poco duro, acompañado por ablandamientos, se puede decir casi con total seguridad que se trata de una infección por Phomopsis. La humedad, así como la madurez del fruto, son factores que influyen directamente en la difusión de este microorganismo.
Otros daños que afectan a la postcosecha de hortícolas
En las hortalizas de fruto (tomate, calabacín, melón, berenjena, pepino, sandía, pimiento, guisante, etc.), además de las enfermedades, las causas mayoritarias de la pérdida de calidad durante el periodo de poscosecha tienen que ver con la pérdida de agua. Ésta origina un arrugamiento y la pérdida de brillo, además de un amarillamiento que se hace más visible en hortalizas que tienen un color verde y cambios composicionales en el almidón y los azúcares.
El frío da lugar al crecimiento de patógenos. En hortalizas de tejidos foliáceos (lechuga, col, repollo, brócoli, berza, espárrago, puerro, apio, etc.), los principales problemas para mantener su calidad son, además de las plagas y las enfermedades parasitarias, la pérdida de agua y el amarillamiento que dan lugar a cambios en su composición.
Soluciones de Decco Ibérica para cultivos hortícolas
Degradación, malos olores, pérdida de sabor, podredumbre… Son las principales consecuencias de la acción de las plagas, que son más probables cuanto más tiempo permanezcan almacenados los productos. De acuerdo con algunas estimaciones, entre 3 y 4 de cada 10 frutas y hortalizas ya cosechadas se dañan seriamente y se pierden para la venta.
Para evitar todo ello es imprescindible contar con el consejo de los mejores profesionales y con la ayuda de los mejores productos, fruto de las últimas investigaciones y métodos de control. De esta forma no solo se impiden la degradación de las hortalizas y frutas, sino que se evita, al mismo tiempo, la pérdida de propiedades nutricionales y organolépticas presentes en el propio metabolismo de los cultivos hortícolas.
Decco Ibérica es un referente en el sector a la hora de fabricar y desarrollar equipos y maquinaria de postcosecha que garantiza tratamientos eficaces para proteger los cultivos, así como fungicidas, desinfectantes, detergentes, recubrimientos comestibles o una amplia gama de ceras. Puedes descubrir todos sus tratamiento fungicidas para combatir las plagas hortícolas en poscosecha en la web.