Nuevo golpe al aceite de oliva español: aranceles en EE.UU
El sector del aceite de oliva español se enfrenta a un nuevo obstáculo en el mercado estadounidense tras el anuncio de la imposición de aranceles por parte del gobierno de EE.UU. Aunque aún se desconocen los detalles exactos de su aplicación, la posibilidad de un gravamen del 20% genera preocupación entre los productores.
Luis Carlos Valero, responsable del grupo de Aceite de Oliva de Asaja y experto en Bruselas, califica la noticia como negativa para la industria, aunque recuerda que el sector ya se enfrentó a una situación similar con la administración Trump, que impuso un arancel del 25% al aceite envasado. En aquel momento, muchas empresas optaron por trasladar su envasado a EE.UU. para esquivar la barrera arancelaria.
“El mercado estadounidense es maduro y tiene capacidad adquisitiva. Hemos invertido mucho tiempo y recursos en consolidar nuestra presencia allí, por lo que no podemos abandonarlo”, señala Valero. Actualmente, EE.UU. consume unas 360.000 toneladas de aceite de oliva al año, de las cuales solo produce un 5%, lo que lo convierte en un destino clave para las exportaciones españolas.
Ante este nuevo escenario, Valero subraya la necesidad de establecer una estrategia clara para minimizar el impacto de los aranceles. Entre las principales medidas que defiende Asaja se encuentra la reducción de los costes de producción a través de la modernización del olivar. “Nuestro olivar es muy productivo, pero su estructura tradicional dificulta la mecanización y encarece los costes. Si logramos abaratar la producción, podremos competir a nivel global con mayor solidez”, explica.
Además de mejorar la eficiencia productiva, el sector también estudia la posibilidad de abrir nuevos mercados. “EE.UU. es un mercado clave, pero no podemos depender exclusivamente de él. Mercados como Mercosur o Marruecos pueden ser alternativas estratégicas para mantener la exportación y seguir abasteciendo a los consumidores norteamericanos desde otros puntos”, apunta Valero.
A pesar de las dificultades, el sector confía en que el aceite de oliva mantenga su posición en EE.UU. gracias a su valor nutricional y su papel clave en la dieta mediterránea. “El consumidor estadounidense valora cada vez más la alimentación saludable, y el aceite de oliva es su principal emblema. Esa es una baza que debemos seguir explotando para fortalecer nuestra presencia en el mercado”, concluye Valero.
Mientras se definen los detalles de los aranceles, el sector del aceite de oliva español se prepara para adaptarse a este nuevo desafío, con la mirada puesta en la competitividad y la diversificación como pilares para mantener su liderazgo en el comercio internacional.