Mes de enero, donde confluyen el final y el principio del ciclo
El mes de enero es un mes en el que confluyen el fin del ciclo anterior, con las últimas labores de recolección de la aceituna, y el inicio del ciclo siguiente, que prepara a nuestros olivares para la cosecha que está por venir nuevamente.
En la Comarca de la Sierra de Cazorla, la recolección está en un 80-85% completada y las estimaciones que desde el Consejo Regulador de la DOP Aceite Sierra de Cazorla se hicieron, en cuanto a kilogramos de aceituna, se van a cumplir. Hace unos cinco meses, se estimó una recolección por encima de los 220 millones de kilos de aceituna y, aunque aún no se puede confirmar al 100% la cantidad exacta final, esta va a estar muy próxima a la indicada.
El rendimiento graso de la aceituna ha sido claramente inferior al rendimiento medio histórico, lo que implica que el aceite que se va a producir finalmente en nuestras almazaras, va a ser inferior al que se podía considerar con respecto a un rendimiento medio.
La previsión de la D.O.P. dice que el rendimiento industrial puede estar este año en torno al 18-19% (un rendimiento medio puede estar en el orden de dos o tres puntos más, dependiendo del año y según los datos históricos de las almazaras de nuestra comarca).
Calidad
Asimismo, una vez situados en la recta final de la recolección, los aceites que se han obtenido tienen una calidad media muy buena, ya que la climatología ha acompañado en el proceso de recolección.
La calidad corre más “peligro” cuando las cosechas son bajas, sin embargo, este año la cosecha ha sido media-alta; en este caso, cuando la planta carga en cantidad, la aceituna se conserva mejor y su grado de madurez avanza de forma más lenta. Sin embargo, cuando una fruta madura en exceso, va en detrimento de la calidad de la misma. Que la madurez vaya más despacio ayuda a que el fruto que se recoge esté en mejores condiciones siempre.
Poda
El mes de enero, además, conlleva ciertas labores en el campo ya que, además del proceso de final de la recolección, comienzan a gestarse las labores de cara a la cosecha del año que viene.
Se debe comenzar la poda en las explotaciones ya recolectadas. Aprovechando que la planta está en parada invernal, con las temperaturas bajas, es el momento de hacer la poda, ya que así la planta no sufre ni se resiente. Es una de las labores más importantes del olivar, porque permitirá que la planta se mantenga joven.
Gracias a la poda se eliminan las partes más viejas de la planta y las menos productivas y, además, propiciamos que se regeneren las ramas más envejecidas y se generen tallos nuevos, lo que aportará un mayor nivel productivo y más fuerza.
Hay que reiterar que la parada vegetativa de los olivos está muy condicionada por la climatología en cuanto a temperaturas. Cuando las temperaturas mínimas se mantienen por debajo de los 10 grados, la planta va a tener mayoritariamente parada vegetativa; cuando las mínimas comienzan a subir por encima de los 10 grados, será cuando la planta comience a activarse.
El pasado año esto sucedió, en las zonas de menor altitud sobre el nivel del mar, que son las que se activan antes, sobre el 15 de febrero, y en las zonas de olivar de mayor altitud sobre el nivel del mar, que son las que se activan más tarde, alrededor del 10 de marzo. Las temperaturas de este invierno están siendo más frías que las del pasado año, sobre todo en lo que se refiere a las temperaturas mínimas, lo cual podría retrasar el proceso de activación de savia en nuestros olivares para este año.
Cubierta vegetal
Paralelamente a esta labor es muy importante, también, gestionar las cubiertas vegetales de nuestros olivares. La planta está en parada vegetativa, por lo que el consumo de humedad es mínimo y la baja insolación de los meses de invierno, contribuye a ello también, las temperaturas actuales, hacen que el suelo pueda tener agua suficiente para las próximas semanas, todos estos condicionantes, permite que los elementos negativos de una cubierta, que pueden entrar en competencia con el olivo por el agua, se minimicen en las fechas actuales, y las cosas buenas que aporta la cubierta -la creación de una flora y una fauna que va a diversificar los insectos de la parcela y van a intervenir en el control de aquellos insectos perjudiciales para el olivar, porque son depredadores naturales de algunas plagas que afectan a la planta- se maximicen.
Esta cubierta vegetal, también permitirá que los suelos de los olivares regeneren la materia orgánica de los mismos, y que las condiciones físicas del suelo sean más favorables para retener más la humedad, ya que mejora su textura.
Revivir en primavera
En definitiva, nos encontramos en el inicio y en el final del ciclo, donde es muy importante no solo terminar el ciclo anterior adecuadamente, sino que se están poniendo los cimientos para que la planta tenga el camino lo más llano posible para revivir en primavera, gracias a la poda que regenera las zonas productivas de nuestros olivos y gracias a un buen manejo de los suelos de nuestros olivares, para que la planta tenga los suficientes nutrientes para llevar a cabo el proceso mediante un suelo sano y regenerado de forma natural.