Los bioestimulantes de Ficosterra consiguen reducir el 30% de la fertilización
La empresa de biotecnología marina Ficosterra muestra los resultados de estos primeros meses de testeo están permitiendo un 20% más de rentabilidad reduciendo por primera vez la fertilización convencional en un 30% con el consiguiente ahorro en costes y contaminación medioambiental.
La empresa de biotecnología marina Ficosterra ha cumplido la primera fase del proyecto Nutrialgae, promovido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNPD, por sus siglas en inglés), a través de la iniciativa Ocean Innovation Challenge (OIC) para el progreso de la economía azul y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, gracias al soporte de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (ASDI) y la Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo (NORAD).
Los ensayos internacionales avanzan a buen ritmo, especialmente en México donde ya se han logrado cultivos con hasta un 20% más de productividad empleando un 30% menos de fertilización química.
La clave ha sido complementar el programa de fertilización convencional con bioestimulantes elaborados a base de algas marinas, que evitan la contaminación de los acuíferos, provocada por los residuos de fósforo, nitrógeno y potasio no asimilados por los cultivos. La FAO señala que la erosión del suelo de las tierras de cultivo arrastra anualmente entre 25.000 y 40.000 millones de toneladas de la capa superior, reduciendo significativamente el rendimiento de los cultivos y la capacidad del suelo para regular el agua, el carbono y los nutrientes; y transporta 23-42 millones de toneladas de nitrógeno y 15-26 millones de toneladas de fósforo afectando negativamente a la calidad del agua. (FAO/ITPS, 2015a).
El Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE) y GN Productores Agrícolas han sido las entidades que han colaborado con Ficosterra en las pruebas de laboratorio y campo realizadas en México aplicando los bioestimulantes ficosagro ® y cystium-k ® -de origen 100 % natural y certificadas para la agricultura orgánica. Se han aplicado en brócoli tanto en invernadero como al aire libre durante la última temporada agrícola 2021–2022.
En palabras de Luis Lombana, CEO de Ficosterra “los primeros datos que están arrojando los ensayos están superando nuestras expectativas iniciales y dan argumentos para que podamos ver en hechos que una agricultura sostenible y más productiva es posible. Hemos visto que las zonas tratadas con bioestimulantes y un 70% de fertilizantes convencionales (T3) son las que más se han desarrollado frente al resto, pero aún hay que esperar a ver la evolución de los ensayos en esta nueva campaña”.
Entre los beneficios registrados en el testeo con bioestimulantes hechos con principios activos del mar, el equipo de México ha comprobado que los suelos ganan en porosidad y capacidad para absorber nutrientes a la vez que disminuye la salinidad, y se estimula la actividad microbiana del suelo. Estos parámetros promueven el crecimiento de la planta utilizando menos agua en el cultivo. El resultado es especialmente llamativo al haberse realizado las pruebas en zonas desérticas de Mexicali.
“El coronavirus ha afectado el desarrollo de los ensayos internacionales, comenzando algo más tarde de la planificación que habíamos hecho antes del shock de la pandemia. Esto se ha notado, sobre todo, en los ensayos de Marruecos. Por todo, quiero agradecer al equipo de trabajo multidisciplinar e internacional que se está implicando 100% en su compromiso con este reto, el Ocean Innovation Challenge”, ha expresado Lombana.
En la segunda experiencia a nivel internacional de Ficosterra, la de Marruecos, los mayores incrementos, de un 20%, se han detectado hasta el momento en la zona calificada como T1 (tratada con bioestimulantes, reduciendo el 10% de fertilización convencional). Tanto en México como en Marruecos se ha visto que el desarrollo de estos ensayos ofrece nuevas oportunidades para los agricultores, el ámbito académico y los investigadores locales en la aplicación de herramientas sostenibles que conforman la agricultura del siglo XXI.