El sector fresero apuesta por plásticos más eficientes y sostenibles
El sector fresero de la provincia de Huelva han comenzado ya los trabajos preparatorios de una nueva campaña, marcada como cada año por el uso de soluciones plásticas, desde acolchados a cubiertas de invernadero.
El sector fresero apuesta cada vez más por técnicas más sostenibles y eficientes, con productos plásticos que permiten reducir el consumo de agua durante el cultivo, disminuir el uso de herbicidas y desinfectantes químicos y generar menos residuos. Además de favorecer la producción y la calidad del fruto, estas aplicaciones también contribuyen a la optimización de costes del agricultor, con materiales más duraderos y de menor espesor.
Las nuevas tecnologías aplicadas a acolchados y cubiertas son clave para ahorrar agua, reducir herbicidas y residuos, mejorar la producción y aumentar la calidad final del fruto
Un ejemplo son los tradicionales acolchados, que se están terminando de colocar durante estos días en los campos freseros de la provincia. El uso de filmes barrera permite mantener las propiedades del acolchado estándar o tradicional, contribuyendo a una desinfección de los suelos más efectiva. “Los acolchados de última generación barreras o TIF contribuyen a una agricultura más sostenible, ya que ayudan a mantener la humedad del terreno con el consiguiente ahorro de agua, previenen del crecimiento de las malas hierbas reduciendo la necesidad de herbicidas y, dada su capacidad estanca, aparte de utilizar menores dosis, elimina la emisión de desinfectantes al medio ambiente. Todo ello sin afectar a la calidad del fruto e incrementando su producción», explican desde Reyenvas, empresa andaluza de referencia en el sector.
El siguiente paso en la campaña será la plantación de fresas, y ya bien entrado el otoño se comenzarán a instalar las reconocibles cubiertas de invernadero, que ofrecen protección térmica y un ambiente favorable para el desarrollo del fruto.
Cubiertas más finas, más duraderas e igual de efectivas
Gracias a las innovaciones en el campo de la sostenibilidad, los productores agrícolas disponen en esta campaña de cubiertas y filmes de menor espesor y mayor durabilidad, que permiten su uso durante varias campañas. Todo ello sin que se vean afectadas sus propiedades mecánicas y en el caso de las cubiertas, sus primordiales propiedades ópticas. También se están desarrollando filmes de menor espesor.
“Esta tendencia ha estado presente en la evolución de los cultivos de berries. La nueva tecnología de extrusión multicapa y, sobre todo, una nueva generación de aditivos ha permitido productos de menor espesor y más duraderos sin pérdida de propiedades, beneficiando de manera importante a los costes de producción del agricultor e impactando de manera positiva en el medio ambiente, ya que se reduce el volumen de residuos”, resumen en Reyenvas.
Igualmente, el sector de los frutos rojos progresivamente va incorporando en sus prácticas aplicaciones biodegradables. Materiales que, una vez cumplida su función, se descomponen en CO2, agua y biomasa, y que se prevé que irán adquiriendo un mayor protagonismo en un futuro. El fuerte desarrollo tecnológico de estos materiales permitirá que cultivos de mayor duración como la fresa sea apto para su uso, ya que en la actualidad está ampliamente instalado en cultivos de duración más corta como el melón, la sandía o la lechuga. Las soluciones biodegradables, además de una buena opción en términos de sostenibilidad, se presentan también como una decisión inteligente desde el punto de vista económico, ya que se evitan los costes de retirada del plástico del terreno.
Reyenvas, perteneciente al grupo empresarial Armando Álvarez, fabrica y comercializa soluciones específicas para el sector de los frutos rojos desde hace más de 50 años, adaptados a cada tipo de cultivo. Entre otras, la nueva gama de cubiertas Reyberry, con duraciones de hasta tres años o tres campañas con espesores bajos, así como acolchados Reyfilm de larga duración (3 o 5 años). Se trata además, destaca la Compañía, de soluciones adaptadas a los nuevos retos medioambientales que forman parte de los nuevos requisitos exigidos en los programas y fondos operativos europeos.