El pistacho en España: una inversión de futuro
Aunque su entrada en producción es relativamente lenta, el pistacho presenta rentabilidades interesantes en todas sus modalidades: intensivo de secano, en riego deficitario y en regadío.
Por: Ramón Gil Pérez, Coordinador de Innovación Agroalimentaria de Grupo Cajamar
El cultivo del pistacho ha experimentado un importante crecimiento, aumentando la producción en más de 251.000 toneladas durante los últimos 5 años, hasta superar las 825.000 toneladas en la campaña 2021/22. Existen cuatro grandes consumidores a escala global: EE.UU, China, UE y Turquía, englobando entre ellos el 70 % de la demanda mundial. Además, es significativo el auge de Egipto, donde hace cinco campañas el consumo era casi inexistente, y en la actualidad es superior a 22.000 toneladas.
Superficie y rentabilidad
La superficie en España ha mostrado una tendencia creciente durante los últimos años, hasta llegar a las 61.231 ha en 2021. No obstante, para 2022 la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (ESYRCE) hace una estimación provisional de 66.466 ha, de las que el 50% aproximadamente son plantaciones en régimen de agricultura ecológica, poniendo de manifiesto la importancia de este manejo sostenible. El 75% de la superficie total se concentra en Castilla-La Mancha.
En los últimos años, la mayor parte de plantaciones que se están llevando a cabo en nuestro país son plantaciones intensivas (300-500 árboles/ha) en régimen de secano, riego deficitario (con dotaciones de riego < 1.500 m³/ha-año) y regadío (> 1.500 m³/ha-año). Los datos económicos arrojan que en los tres tipos se obtienen retornos de la inversión en plazos acordes. Y teniendo en cuenta que se trata de un cultivo que puede presentar una vida útil prolongada gracias a un manejo adecuado, se traduce en que las tres tipologías de plantaciones presentan unas rentabilidades interesantes.
Nuevas plantaciones
Antes de llevar a cabo una nueva plantación es primordial realizar un enfoque empresarial de la inversión prevista, contactar con posibles empresas comercializadoras y contar con el asesoramiento técnico adecuado que permita maximizar el rendimiento productivo. El significativo aumento de superficie que ha experimentado este cultivo durante los últimos años se refleja en que el 67% se consideran plantaciones jóvenes, y el 15% aún están en su primer año. Por tanto, durante los próximos años el volumen cosechado se multiplicará de forma considerable, una vez todas estas plantaciones alcancen su plenitud.
Al igual que en el resto de los frutos secos, en los últimos años predominan las plantaciones en fincas de grandes dimensiones, con objeto de poder optimizar los insumos gracias a economías de escala y maximizar sus beneficios. De esta manera se ha conseguido ampliar el tamaño medio, desde las 2,45 ha/explotación en el año 1999 hasta alcanzar las 11,38 ha/explotación en 2020, según datos del INE.
La variedad Kerman es la más implantada en España, siendo la que mayores horas frío precisa. Además, también se están plantando otras variedades como Larnaka o Sirora, variedades más tempranas y con menores necesidades de frío, dependiendo de las características y condiciones climáticas de la zona de plantación. Cada vez es más usual utilizar en las nuevas plantaciones plantones ya injertados con cierto desarrollo, ya que, aunque sean bastante más caros, permiten adelantar las primeras cosechas.
La considerable superficie dedicada al cultivo de pistacho ecológico es una apuesta por buscar un valor añadido, empleando técnicas orientadas a obtener un alimento saludable cada vez más demandado por los consumidores.
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