El olivar acumula dos años con caídas de la producción
La situación de sequía y las altas temperaturas generan alarma en el sector productor del olivar de cara a la próxima cosecha.
Por: José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario (@RuizJoseEsteban)
La última campaña en el olivar deja a los productores en una complicada situación en cuanto a rentabilidad de la actividad agraria profesional que desarrollan debido a la caída generalizada de la producción. Es un factor determinante en los ingresos, ya que, a pesar de que el valor del aceite de oliva en el mercado se ha elevado, marcando cifras no antes vistas en la última década, lo cierto es que no compensa ese descenso productivo.
Esta campaña no se llegará a las 700.000 toneladas. «Tenemos una producción acumulada de 660.217 toneladas, que nos lleva a unas existencias totales a finales de marzo de 670.285 toneladas. Y la campaña ya podemos darla por finalizada. Esta bajísima producción supone que, a pesar de que la comercialización se ha estabilizado, no alcanzaremos un volumen disponible superior a 1.370.000 toneladas, sumando importaciones, enlace y producción final. Un dato que, no por ser esperado, deja de ser preocupante y confirma nuestras malas previsiones», explica Cristóbal Cano, responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de UPA y secretario general de UPA Andalucía.
Con esta, el sector del olivar acumula dos campañas “desastrosas”, valora Cano, quien añade que “preocupa” que se extienda a una tercera, ya que debido a las circunstancias climatológicas que acontecen, “no invita al optimismo”· La sequía arrastrada en “los últimos tres años”, puede “empeorar, si cabe, la situación del olivar y la producción de aceite de oliva”.
La situación general del sector de olivar se ha visto reflejado directamente en toda la industria
A la falta de agua se suman las altas temperaturas que juegan un papel negativo. No en vano, explica Cristóbal Cano, un factor determinante en la pasada campaña fue la coincidencia de altas temperaturas en el momento de la floración del olivo, algo que repercutió en la baja cosecha.
En estos momentos, en el que la disposición de los árboles era buena debido al descanso acumulado en los últimos años, llegado el mes de mayo, periodo clave, vemos como el clima en el que predominan elevadas temperaturas, no ayuda al olivar, que ya padece un importante estrés hídrico. De ahí que, como apostilla Cano, “exista una gran preocupación de cara a la próxima cosecha”.
Este mismo escenario, que se repite en relación al anterior año, pone en alerta al sector, ya que “este año es aún más grave por la sequía”, insiste el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de UPA y secretario general de UPA Andalucía.
En la última década, España ha sumado alrededor de 200.000 hectáreas más de olivar. Son plantaciones jóvenes que aún no cuentan con un rendimiento óptimo, y, por tanto, ese incremento de la superficie aún no se está traduciendo en un aumento proporcional en cuanto a producción.
“Aunque los precios puedan estar por encima de los cinco euros el kilo de aceite de oliva virgen extra, qué más da si no hay una cosecha importante que vender”, aclara Cano.
Impacto
La situación general del sector de olivar, con ese descenso de la producción, se ha visto reflejado directamente en toda la industria, con la repercusión directa de un menor volumen de empleo, tanto en campo como en las actividades de envasado, etcétera. Todo ella genera una tensión generalizada en la producción y comercialización de aceite de oliva, valora el dirigente de UPA Andalucía.
Dos tercios de los empleos que genera el olivar corresponden a la recolección de la aceituna. En el último año, la cifra ha caído, incluso, “se han dejado fincas por recolectar debido a que el gasto en mano de obra no compensaba cosechar el fruto”.
Competidores
El momento que atraviesa el olivar español, con esa caída de la producción durante las dos últimas campañas se proyecta también en las principales zonas de producción de aceite de oliva a nivel mundial. Los competidores pasan por una situación similar, en la que han sufrido una merma general
Al respecto, Cristóbal Cano explica que “ tanto Grecia como Italia han experimentado malas cosechas” y aunque “Portugal ha mejorado algo”, lo cierto es que, el país vecino, “venía de una baja producción el año anterior”.
Artículo publicado en la revista