El IICA presenta una iniciativa para enfrentar la crisis hídrica
Ante un escenario de sequías que ha afectado severamente la productividad en buena parte de los países de América Latina y el Caribe, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) presentó durante la reunión de su Comité Ejecutivo la iniciativa hemisférica Agua y Agricultura, que propicia una contribución del agro ante la crisis hídrica que vive la región, con la premisa de que sin agua no hay agricultura y sin agricultura no hay seguridad alimentaria.
La reunión del Comité Ejecutivo convocó en la sede central del IICA, en San José de Costa Rica, a 14 ministros de Agricultura y otros altos funcionarios del sector agropecuario de las Américas, en representación de 25 países, que dieron su apoyo la iniciativa y señalaron la importancia del Instituto como plataforma de intercambio de experiencias e informaciones y difusor de buenas prácticas.
El objetivo del proyecto es consolidar las capacidades y promover alianzas estratégicas público-privadas de los países miembros del IICA para mejorar la gestión integrada y eficiente en el uso del agua para la agricultura apoyando a los ministerios y organismos rectores, promoviendo así el trabajo colectivo tendiente a garantizar que el valioso patrimonio hídrico de las Américas contribuya a un desarrollo más verde, inclusivo, resiliente y sostenible, incluso ante el severo impacto del cambio climático.
A los fines de diseñar una hoja de ruta y comenzar la implementación de la iniciativa a través de un plan de acción, el Director General del IICA, Manuel Otero, anunció que en septiembre próximo el organismo especializado en desarrollo agropecuario y rural de las Américas convocará a cuadros técnicos y organismos de financiamiento para definir acciones concretas y establecer metas verificables.
«Por el papel clave que juega América Latina y el Caribe para la seguridad alimentaria mundial, es urgente una acción conjunta continental que mejore la gestión integrada y la eficiencia del uso del agua para la agricultura», señaló Fernando Schwanke, Director de Proyectos del IICA, quien presentó los detalles de la iniciativa.
En ese sentido –agregó- la agricultura, además de producir alimentos, puede ser una gran productora de agua, almacenándola y utilizándola eficazmente mediante tecnologías innovador.
Uno de ellos es la producción y el almacenamiento de agua a través de la recuperación de suelos degradados, la restauración y preservación de los bosques y la difusión mayor de buenas prácticas agrícolas como la siembra directa. Otro es mejorar la eficiencia en el uso del agua para la agricultura mediante la innovación tecnológica.
Un tercer eje tiene que ver con la gobernanza: se refiere al fortalecimiento de los mecanismos, las herramientas y las capacidades asociadas a la gobernabilidad del agua para la agricultura, por parte de los ministerios e instituciones rectores del agua.
Finalmente, se propicia el impulso a las inversiones para captación, almacenamiento, distribución y riego en finca, a través de una mejora en la planificación, asignación y articulación público– privada de los recursos de inversión en los países.
Activo estratégico y limitado
La iniciativa del IICA señala que el agua es un activo estratégico. El desarrollo de infraestructuras hídricas para gestionar, almacenar y distribuirla mejor es, en consecuencia, fundamental para avanzar de forma sostenible. Además, el agua es un bien limitado. Por eso debe fomentarse su uso eficaz y eficiente. La productividad del agua, el riego y la gestión del suelo son áreas que requieren atención.
“Recordemos que el agua es alimento para la tierra. Junto al suelo, es uno de los dos factores que sostienen la producción de alimentos”, dijo Víctor Villalobos, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México y Director General Emérito del IICA, quien agregó que una agricultura climáticamente inteligente requiere equilibrio entre las soluciones basas en ciencia y en la naturaleza y esto es pertinente para la crisis de agua.
“Coincidimos plenamente con la posición del IICA de que la agricultura es parte de la solución y no del problema cuando nos referimos al deterioro ambiental, al cambio climático o, en este caso, al agua. Debemos ofrecer soluciones a partir de la innovación y la investigación en esta área”, afirmó el alto funcionario mexicano.
Villalobos, también, saludó la inclusión de la gestión de recursos hídricos como parte central de “la agenda del IICA, ya que este es uno de los dos factores en los que siempre ha descansado la producción agropecuaria, el otro es el suelo”.
“En todo el mundo hay conciencia de que el agua es un recurso finito y vulnerable, y quienes de una forma u otra participamos en el sector agroalimentario sabemos que producir los alimentos para una creciente población requiere de un abasto estable y suficiente de este recurso”, indicó Villalobos, quien recordó que “en México formamos un vínculo entre la política hídrica y la política ambiental a través del programa nacional hídrico 2020-2024, que incluye el aprovechamiento de la riqueza natural, la gestión correcta e informada del agua y la conservación de los recursos naturales, prestando particular atención a las poblaciones marginadas para ayudar a combatir la sequía”.
Rayén Quiroga, Jefa de la Unidad de Agua y Energía de la División de Recursos Naturales de CEPAL, presente en el Comité Ejecutivo, dijo que «todavía hay 161 millones de personas sin acceso a agua potable gestionada de forma segura en la región. Y hay 431 millones de personas que no tienen acceso al saneamiento seguro. Cuando informamos esto las personas se sorprenden y este es el desafío que tenemos: no solamente agua para la agricultura, sino también la cobertura de estos servicios básicos que son fundamentales».
En ese sentido, Quiroga llamó a «rediseñar los sistemas de gobernanza y los instrumentos de gestión aplicados actualmente, siendo responsabilidad de las autoridades políticas y jurídicas desarrollar los incentivos y los mecanismos de fiscalización apropiados para el logro de los objetivos comunes en gestión hídrica».
El ministro de Agricultura, Tierra, Pesca y Cooperativas de Grenada, Adrian Thomas, felicitó al IICA por fijar un rumbo en el manejo eficiente del agua y señaló que en su país, como en otros del Caribe, se practica una agricultura de temporada, con agua de lluvia. “No hay un uso eficiente del agua y no es un tema fácil de resolver”, advirtió.
En nombre del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), Donald Willar también respaldó la intención del IICA orientada a fortalecer capacidades en la gestión del agua, pero pidió que sea considerado el vínculo de la crisis hídrica con la deforestación, que redujo los niveles de agua en los acuíferos y agravó el cambio climático. “Hay que tener en cuenta la importancia de la gestión forestal adecuada para cuidar el agua”, señaló el funcionario estadounidense.
El Secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Fernando Zelner, agradeció la iniciativa del IICA y señaló que el Instituto puede ser clave para expandir en la región los experiencias positivas que contribuyan a la sustentabilidad.
Otero, a su turno, señaló la importancia de crear conciencia regional sobre la seriedad de este tema. “Necesitamos lograr niveles sostenibles de seguridad hídrica, porque las proyecciones en cuanto a producción de alimentos para 2050 nos muestran que se va a requerir que utilicemos más agua, pero este mayor consumo tiene que ser más eficiente. Los datos de eficiencia del uso de agua en la agricultura son de menos del 50%. Entonces, acá también tenemos que hacer más con menos y de un modo diferente”, afirmó.
El Director General del IICA vinculó el tema del agua con el problema de la degradación de los suelos, con millones de hectáreas de tierra cultivable siendo afectadas por procesos de degradación. “Entonces –señaló- el tema de la recuperación de los suelos y el uso racional y más eficiente del agua son como caras de una misma moneda”.
“Estoy convencido que fortalecer la gobernanza en torno a esta cuestión requiere un claro abordaje intersectorial y un gran involucramiento del sector privado. Se trata de desarrollar una nueva cultura del uso del agua”, finalizó Otero.