“El futuro del sector depende de nuestra capacidad para adaptarnos y evolucionar”
Términos como olivar de alta densidad o la poda mecanizada se hacen cada vez más comunes en el sector olivarero. El futuro pasa por implementar estas técnicas, como nos explica Juan Carlos Cañasveras, director de Desarrollo de Negocio e I+D+i en BALAM Agriculture.
El cultivo del olivo ha sido un pilar fundamental de la economía y la cultura en España durante siglos. ¿Cuál es la situación actual del olivar y cuáles son las perspectivas para el futuro?
Así es, el olivar ha sido un símbolo de nuestra tierra durante generaciones y es una pieza clave de nuestra economía, especialmente en regiones como Andalucía, que concentra el 60% de la superficie olivarera nacional. Sin embargo, actualmente nos enfrentamos a un escenario de grandes retos. Los costes de producción se han incrementado significativamente, y factores como el cambio climático y la competencia internacional ejercen presión sobre la rentabilidad de las explotaciones. Ante este panorama, las perspectivas de futuro dependen en gran parte de nuestra capacidad de adaptarnos, y aquí es donde entra en juego el olivar de alta densidad como una solución viable y moderna. Este sistema permite maximizar el rendimiento por hectárea y ofrece ventajas tanto económicas como ambientales, lo que lo hace una opción muy atractiva para los agricultores que buscan asegurar la viabilidad de sus explotaciones a largo plazo.
La falta de mano de obra es uno de los problemas más recurrentes que mencionan los agricultores. ¿De qué manera la mecanización y la modernización del olivar pueden ayudar a superar este obstáculo?
La escasez de mano de obra es, sin duda, uno de los grandes desafíos que enfrenta el sector. Las labores de poda, recolección y mantenimiento del olivar tradicional requieren una cantidad significativa de trabajo manual, lo que no solo aumenta los costes, sino que también implica una dependencia de mano de obra que lamentablemente, es cada vez más limitada. Aquí es donde la mecanización y la modernización del olivar de alta densidad juegan un papel esencial. Gracias a la disposición de los árboles en seto y a su mayor densidad por hectárea, las tareas de poda y recolección pueden ser realizadas de manera más eficiente con maquinaria especializada, reduciendo notablemente los costes y optimizando el uso de los recursos. Esta modernización no solo contribuye a una mayor rentabilidad, sino que también permite a los agricultores mantener un control más preciso sobre el manejo del cultivo, lo que a su vez repercute en una mejor calidad del aceite.
Hemos hablado de modernización, pero ¿qué papel juegan las nuevas variedades de olivo en la mejora de la rentabilidad y la adaptación al sistema de alta densidad?
Las nuevas variedades son fundamentales para maximizar el potencial del olivar de alta densidad. Cada variedad tiene características específicas que afectan tanto el manejo del cultivo como la productividad. En BALAM, hemos centrado muchos esfuerzos en promover y desarrollar variedades como Sultana, que ha demostrado ser altamente adaptable a la poda mecanizada y a otros procesos automatizados. Esta variedad, en particular, ofrece un excelente rendimiento graso, lo que significa un mayor volumen de aceite por kilogramo de aceituna, algo clave para los agricultores que buscan maximizar sus beneficios. Además, Sultana se adapta bien a condiciones climáticas adversas, lo que la hace idónea para un contexto de cambio climático como el que vivimos.
Ha mencionado la poda mecanizada. ¿Qué importancia tiene un correcto manejo de esta labor y cómo influye la variedad en dicho manejo?
El manejo de la poda es un elemento crítico para mantener la productividad y la salud del olivar. Dependiendo de la variedad, la poda puede variar significativamente en cuanto a frecuencia y técnica. Por ejemplo, en BALAM hemos impulsado la adopción de la poda lateral mecanizada con sierras de disco, una técnica que ha demostrado ser eficaz para variedades como Sultana y otras como Sikitita Dos y Arbosana. Esta metodología permite una poda más uniforme y rápida, reduciendo los costes de mano de obra y asegurando un crecimiento óptimo de los árboles. Implementar un manejo correcto de la poda es esencial no solo para controlar el tamaño y la estructura del árbol, sino también para garantizar una buena exposición al sol y, en última instancia, una mayor producción de aceite. La experiencia y la innovación en este campo, promovidas por empresas como BALAM, han sido determinantes para que los agricultores puedan adoptar estas prácticas con éxito y sacar el máximo partido de sus cultivos.
Finalmente, ¿cómo visualiza BALAM Agriculture el futuro del sector olivarero?
En BALAM, creemos firmemente que el futuro del sector depende de nuestra capacidad para adaptarnos y evolucionar. La combinación de tecnologías avanzadas, mecanización y la selección de nuevas variedades permitirá a los agricultores no solo ser más competitivos, sino también enfrentar de manera más eficaz los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad. Nuestra apuesta por el olivar de alta densidad y el apoyo en el manejo adecuado de los cultivos buscan precisamente empoderar a los agricultores con herramientas que maximicen la rentabilidad y aseguren la viabilidad de sus explotaciones en el largo plazo. La innovación y la formación continua serán la clave para un sector más resiliente y próspero.