El ciego que no quiere ver
Las industrias lácteas de este país y las que operan aquí pero que toman sus decisiones en otros lugares parecen no querer ver lo que se avecina. Si su afán desmedido por justificar bajadas de precio en nuestro país tiene dos derivadas en el corto y en el medio plazo que, en cualquier caso, son preocupantes para el futuro del sector y para ellas mismas.
La primera reflexión hunde sus raíces en el hecho de que España es un país deficitario en la producción láctea y que si se continúan bajando los precios de la leche cruda -por mucho que se insista en lo contrario- eso pone en serio peligro el futuro de las explotaciones ganaderas y también el de la transformación industrial en nuestro país. El riesgo de las industrias españolas de perder cuota de mercado en el momento actual puede derivar en su desaparición en el futuro si no son capaces de mantener vivo a un sector como el lechero. Mientras hablan del riesgo de perder dinero continúan presentando cuentas de resultados en las que lo negativo siendo a lo sumo un descenso en los beneficios. La industria, la distribución y también los consumidores deberían saber que todo lo que se deje de producir ahora en España al albur de unos precios internacionales atractivos se convertirá en desaparición de la capacidad de producción en el futuro porque las vacas no tienen un botón para determinar cuándo dan leche y cuándo no.
La segunda parada en el análisis de la situación actual es el conocimiento cierto que todos los eslabones de la cadena tienen de una inminente bajada de producción a nivel mundial, europeo y nacional. Que los precios estén bajos no sólo afecta a España y a sus ganaderos sino que afectan a todo el mundo y todos los organismos internacionales vaticinan un otoño en el que se registrará un descenso de la producción a nivel global.
La demanda puede estar condicionada por mil futuribles pero lo que está claro es que ni los países excedentarios ni los deficitarios serán capaces de mantener por mucho tiempo los parámetros actuales. Ante esa tesitura el mercado lácteo mundial se verá afectado en mayor menor medida pero mientras Alemania o Francia se verán afectados por un descenso en el volumen de exportaciones en España atenderemos a un escenario de escasez de materia prima. Si esa situación se llega a producir en este país subirá el precio de la leche pero de la leche y los derivados lácteos de importación. Entonces ya no valdrá con subir el precio porque simplemente ya no quedarán ganaderos a los que subírsela.
El drama no está en no ver lo que ocurre sino en no querer verlo. Ganar la batalla en el corto plazo supondrá perder la guerra y después no valdrán los lamentos.
Un artículo de Agrapol