Cereal: Un inicio de la siembra marcado por el agua
La falta o exceso de agua en el momento crucial de la siembra está determinando la campaña de cereal de invierno en las principales zonas de producción de España.
Por José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario.(@RuizJoseEsteban)
No está siendo fácil para los productores de cereal el inicio de la campaña 2023-2024. Tras un año en el que en gran parte de la geografía nacional se registró un descenso productivo, en el curso en marcha el agua está siendo protagonista, pero de distinta forma según la áreas territoriales. Por un lado, la abundancia de lluvias, y por otro la sequía. Con o sin agua, está provocando un retraso en la siembra. Además, la caída de la rentabilidad está incidiendo en la supervivencia de muchas de las explotaciones, registrándose un nuevo descenso en la superficie cultivada.
En la mayor zona en la que el cereal de invierno tiene relevancia en España, como es Castilla y León, que concentra alrededor del 40% de la superficie y volumen de producción de los principales productos (trigo y cebada), las constantes lluvias acontecidas en el momento del inicio de la siembra han provocado un parón en esta tarea. Como explica Donaciano Dujo, presidente de ASAJA Castilla y León, “cuando comenzamos a sembrar, a partir del 16 de octubre, la aparición de las lluvias durante varias semanas ha hecho que los agricultores no pudieran hacerlo, lo que ha retrasado el cereal en los campos castellanoleoneses este año”. En la segunda semana de noviembre “la labor se ha retomado, y en estos momentos los productores se encuentran sembrando cereal”.
En Castilla y León, como en otras zonas de España, se está resintiendo la superficie cultivada. No en vano, se llegaron a supera los tres millones de hectáreas en producción y el año pasado apenas se superaron los 1,6 millones. Para este año, en ASAJA Castilla y León estiman que se volverá a reducir, sobre todo porque, “está afectando a la falta de rentabilidad debido a los bajos precios y los altos costes que están asumiendo los agricultores”. Pero, además, en esta disminución de las hectáreas dedicadas al cereal de invierno también está influyendo la nueva Política Agraria Común y sus exigencias en cuanto a “los ecorregímenes, la condicionalidad, etcétera”. Este sector depende de las ayudas recibidas en la Unión Europea, y a juicio de Donaciano Dujo, este nuevo marco no favorece a los productores de cereal por sus nuevas exigencias.
Aunque estos factores últimos, costes, precios o la PAC, está influyendo igualmente en el resto de zonas productoras del territorio español, lo cierto es que el escenario en los momentos iniciales de la campaña es totalmente diferente. Y es que, en este caso, el agua también es protagonista, pero la falta de ella. La sequía está haciendo que haya retraso también, aunque gran parte de los productores están sembrando en seco, algo que no favorece al desarrollo de estas plantaciones, y por tanto, puede influir negativamente en el resultado final de la cosecha. Es el caso de Castilla – La Mancha o parte de Andalucía, por ejemplo.
Precisamente en territorio castellanomanchego, ASAJA ha hecho un diagnóstico de la situación que atraviesa la producción y los agricultores, poniendo el acento en los precios de mercado para las producciones nacionales. Además, ha sido crítico con el apoyo recibido por parte de las administraciones.
Los cerealistas de la región, aseguran desde ASAJA Castilla – La Mancha, “se han quedado sin liquidez suficiente para costear la campaña de siembra, que este año está marcada por unos altísimos costes de producción como los del gasóleo, las semillas, los fertilizantes o los fitosanitarios”. Están preocupados además porque, “una vez que los precios de los inputs suben, ya no vuelven a bajar”.
Sobre el valor al que está cotizando el cereal, el presidente de ASAJA Castilla – La Mancha, José María Fresneda, ha manifestado que “los precios a los que pretenden comprar el cereal los operadores no reflejan esa subida de los costes, más aún, cuando los puertos españoles están llenos de cereales de Ucrania, Rusia o Brasil a precios irrisorios”. Como consecuencia a la constante presión del grano de importación, se está produciendo, ha asegurado, “una caída continua en los precios del grano nacional. Esta situación podría ser peor si no hubiera problemas para conseguir transporte a precios asequibles”.
De esta forma, “los agricultores no pueden competir con los precios de un cereal que ni cumple con las mismas exigencias comunitarias ni sabemos en qué condiciones llega, razón por la que ni si quiera se ha llegado a un acuerdo en la mesa de precios de la Lonja, que ya lleva acumuladas dos semanas sin cotización”, ha aseverado Jorge Navarro, presidente de la Lonja de Albacete.
Demandas
Los agricultores demandan que se flexibilicen las normas de condicionalidad de la Política Agraria Común (PAC), los regímenes ecológicos y los compromisos agroambientales y climáticos en 2024 para hacer frente a la situación crítica que atraviesa este sector, según ASAJA Castilla – La Mancha. Pero también reclaman en esta región ayudas por la sequía, las cuales llegan desde las administraciones, a su juicio, “tarde” y las consideran “insuficientes” ya que “no van a compensar las pérdidas reales por la falta de agua”.
Asimismo, entre otras cuestiones, solicitan medidas que palien la falta de liquidez, tales como préstamos ICO, avales SAECA, moratoria de los préstamos o créditos blandos a largo plazo e intereses subvencionados. Además, de reducciones de impuestos para el sector, reivindican un mayor respaldo financiero por parte del Plan de Seguros Agrarios Combinados.
Previsiones
Según los últimos datos sobre previsiones de campaña recogidos en un informe elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se apunta a un leve descenso en la superficie cultivada, tal y como figura en el mismo, cifrado en un 1,9%. Por cultivos, el mayor descenso se produce en el trigo blando (-6 %), seguido del trigo duro (-2,2 %) y la avena (-0,4 %). Los ascensos se producen en el centeno (+2,7 %), la cebada de seis carreras (+1,6 %), la cebada de dos carreras (+0,6 %) y el triticale (+0,5 %).
En total, se espera alcanzar una superficie cultivada de 5.272 hectáreas, de las que la cebada supera las 2.400 y el trigo, tanto duro como blando, rondaría las 2.036 has en la presente campaña de cereal otoño-invierno.