El tomate se posiciona como la hortaliza estrella entre los españoles
Independientemente de la variedad elegida, en nuestro país el consumo per cápita de tomate es de 11,22 kilos por persona y año, según el Informe del Consumo Alimentario en España 2023 del Ministerio de Agricultura (MAPA).
Esto se traduce en, aproximadamente, un total de 217 millones de kilos de tomate en el último año. Una cifra que se eleva a 13,3 kilos por persona y año, si atendemos al último análisis del portal estadístico alemán ‘Statista’. En total, el tomate representa el 23,4% del consumo total de hortalizas frescas en España y los consumidores gastan alrededor de 990 millones de euros en esta hortaliza.
“Los números no dejan lugar a dudas, la importancia del tomate en la dieta diaria de los españoles es una realidad, ya sea en ensaladas, salsas, guisos o como ingrediente principal en platos tradicionales como el gazpacho y el salmorejo”, señala Juan Hernández, presidente de la sectorial de Tomate de Proexport.
Repercusión Económica
La producción de tomate tiene un impacto económico significativo en España. Este cultivo no solo genera ingresos directos a través de la venta de tomates frescos y procesados, sino que el sector del tomate emplea a miles de trabajadores en las fases de cultivo, cosecha, procesamiento y distribución.
Asimismo, España es un importante exportador de este producto. En 2023, las exportaciones de tomate español alcanzaron cifras récord, con un aumento del 22% en comparación con el año anterior, según datos del MAPA. Los principales destinos de exportación incluyen países de la Unión Europea como Alemania, Francia y el Reino Unido. Estas exportaciones no solo generan ingresos adicionales para los productores, sino que también fortalecen la balanza comercial del país.
En concreto, la Región de Murcia acapara el 10% de las exportaciones españolas, pero en mercados de valor, como Dinamarca y Suiza, la penetración murciana supera el 15%; al igual que en Francia. Y es que mirando hacia la oferta murciana de las empresas de Proexport, esta ha quedado concentrada en productoras que operan con líneas de mucho valor con estructuras muy evolucionadas, que le permiten sostenerse con mayor alcance en destinos de naturaleza ‘premium’.
Juan Hernández destaca que “el impacto económico del tomate también se refleja en la inversión en tecnología y sostenibilidad. Los productores hemos adoptado técnicas avanzadas de cultivo, como el riego por goteo y el uso de invernaderos de Alta Tecnología, para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental. Estas inversiones no solo aumentan la productividad, sino que también contribuyen a la sostenibilidad a largo plazo del sector agrícola”.
Retos de la campaña 2024/2025
A pesar de su éxito, la producción de tomate en España enfrenta varios desafíos. La competencia internacional, especialmente de países como Marruecos y Turquía, ha aumentado en los últimos años. Además, los cambios climáticos y las fluctuaciones en los precios de los insumos agrícolas pueden afectar la rentabilidad de los productores.
“Los precios de entrada y referencia del tomate llevan sin actualizarse muchos años y son muy negativos para este sector, siendo el cálculo de los mismos perjudicial para la producción de tomate de los países comunitarios, incluida España. Además, los mecanismos de salvaguardia previstos en los acuerdos con terceros países nunca se han aplicado en últimos 25 años, cuando han existido muchas ocasiones de muy bajos precios dónde se debieron establecer las medidas de salvaguardia para proteger a los productores comunitarios de tomate”, explica el portavoz de Proexport.
Actualmente, una de las principales amenazas para el sector es el virus del Rugoso (ToBRFV) que afecta con gran virulencia a las producciones; pero de mano de las casas de semillas, se está trabajando activamente en el desarrollo de variedades resistentes al mismo, mientras se mantienen la calidad.
De la misma forma, los esfuerzos se están centrando en el desarrollo del segmento de valor, donde tomates de gran calidad y sabor son protagonistas, diferenciando así nuestra oferta de otros orígenes, donde la capacidad para el desarrollo de estos productos es menor.
Junto con el desarrollo de nuevas variedades resistentes al virus del Rugoso, el gran reto, por tanto, sigue siendo el consumidor: llegar a los supermercados con un producto sostenible, con calidad y buen sabor es hoy el gran objetivo, puesto que “creemos que el consumo y la demanda podría incrementarse notablemente, no solo en España, sino también en el conjunto de Europa. El tomate tiene aún mucho recorrido por delante”, concluye Hernández.