Zeba, hidratación y nutrición del suelo para conseguir cultivos más vigorosos
El acondicionador físico de suelos de UPL, de origen natural y biodegradable, contiene gránulos que liberan el agua según la planta lo requiere, proporcionando riegos más eficientes y un mayor aprovechamiento de los nutrientes.
El agua y el suelo cada vez cobran más importancia en la agricultura, y es que el líquido elemento es un bien preciado y escaso, esencial para el desarrollo de la vida, por lo que la falta de él o las limitaciones derivadas de su uso racional o por su alto coste, conllevan la limitación del potencial del cultivo, a la vez que, por su parte, el suelo suele verse afectado por la escorrentía o la pérdida de fertilidad, y es frecuente la necesidad de mejorar su estructura o de conseguir un mejor aprovechamiento de los fertilizantes u otros nutricionales para el cultivo.
Por ello, en situaciones en las que se desea mejorar tanto el suelo como el aporte hídrico, el acondicionador físico de suelos Zeba®, de UPL, se postula como el gran aliado del agricultor. De origen natural, presenta una tecnología única en forma de gránulos superabsorbentes, capaces de absorber hasta 400 veces su peso en agua, que se rehidratan una y otra vez durante su vida útil, ya que al tratarse de un compuesto orgánico (no sintético) con una fuerte estructura, es capaz de liberar agua en función de las necesidades de la planta por efecto del gradiente de presión diferencial a través de una membrana semipermeable similar a como ocurre en la ósmosis.
Asimismo, posee una baja conductividad eléctrica y una elevada capacidad de intercambio de iones positivos, propiciando la formación de macro-agregados, lo que mejora la estructura del suelo y favorece la aireación del mismo al rehidratarse, dando lugar a suelos más porosos.
De esta forma, Zeba® proporciona el suministro regular del agua disponible a la planta y regula el movimiento de la misma a través del suelo, lo que resulta en riegos más eficientes debido al ahorro que supone en cuanto a energía y a cantidad de agua empleada.
Tanto es así que, tras la aplicación de Zeba®, en ensayos en suelo arenoso, la cantidad de agua retenida se ha incrementado un 85%; un 38% en suelo franco-arcilloso, y un 37% en suelo franco-limoso. Esto supone una mayor eficiencia en el uso y aprovechamiento de nutrientes y fertilizantes, dada la reducción del nivel de lixiviación, favoreciendo la difusión y el flujo de los nutrientes en el terreno, lo que a su vez, sirve de fuente de alimento a los microorganismos del suelo sin modificar los niveles de salinidad en el mismo.
Además, dado su origen natural, es un producto biodegradable que desaparece del terreno pasados entre 7 o 9 meses tras su aplicación, en función de las condiciones del terreno, teniendo en cuenta variables como el tipo de suelo, pH del mismo, su contenido en materia orgánica o el nivel de microorganismos, entre otras.
En ensayos realizados por UPL en patata, Zeba® proporcionó en todos los casos un incremento del vigor de la planta, incluso resultando igual o mejor en situaciones en las que se había reducido un 25% el agua de riego con respecto a la normal.
Por su parte, las pruebas en tomate industrial, resultaron en el mantenimiento o la mejora de la producción a pesar de la reducción del 25% de la dotación de riego, observando una mayor o igual precocidad en todas las evaluaciones, mientras que en cultivo de algodón, la aplicación de Zeba® supuso un incremento en la velocidad de nascencia en todas las dosis, dando una respuesta mayor a una dosis más alta en una situación de déficit hídrico.
Modo de aplicación de Zeba®
Zeba®, que debe ser aplicado en el suelo y no quedar sobre la superficie del terreno, se aplica en el momento de la siembra de la semilla o en el trasplante, utilizando máquinas adecuadas para ello como sembradoras de doble tolva, depósitos de microgránulos acoplados a las sembradoras o máquinas especialmente diseñadas para la aplicación de microgránulos durante la siembra o plantación.
En el caso de nuevas plantaciones de árboles, Zeba® debe aplicarse sobre el terreno que forma parte del hoyo de plantación, mientras que para plantaciones arbóreas establecidas, el producto debe aplicarse sobre la línea de goteros mediante una reja a una profundidad de entre unos 3 a 5 centímetros.
En viveros y semilleros, se debe aplicar mezclando Zeba® con el sustrato que se vaya a utilizar.
La dosis dependerá del tipo de suelo, siendo necesaria la dosis máxima para suelos arenosos y la mínima suelos arcillosos, pero sin superar en cualquier caso los 20 kg/ha.
Usos no profesionales de Zeba®: horticultura y jardinería domésticas
Con las restricciones derivadas de la pandemia de COVID-19, muchas han sido las personas que se han aficionado al cuidado de las plantas en casa durante su tiempo libre, pero el riego y la riqueza del sustrato o el modo en que éste debería retener el agua utilizada, no siempre son los adecuados, por lo que en estos casos, también es posible emplear Zeba® en macetas.
Para aplicarlo, se han de alternar capas de tierra y de Zeba® hasta que el recipiente esté casi lleno, o, si se va a aplicar en varias macetas, incluso es preferible realizar una mezcla previa del sustrato con una cantidad específica de Zeba®, en función de los litros de tierra que se vayan a utilizar.
No obstante, en cualquier caso es necesario, antes de agregar la última capa de tierra, mezclar el sustrato y las capas de Zeba® para distribuir de forma homogénea el producto por todo el recipiente, lo cual se puede realizar introduciendo una paleta en la maceta y girándola suavemente, removiendo el sustrato.
Después de plantar, es necesario regar abundantemente para comenzar a hidratar los gránulos de Zeba®, y volver a regar pasadas 2-3 horas para asegurar la hidratación.