Tradecorp lanza un nuevo nutricional para tratamientos foliares
Tradecorp ha lanzado recientemente su nuevo nutricional Namida, cuyo principal efecto es hacer más efectivo cualquier ingrediente activo o fertilizante foliar que se incorpore en el denominado caldo de pulverización. Namida, que significa lágrima en japonés, optimiza la eficacia de los tratamientos foliares.
Entre sus características destaca que permite regular el pH y evita la hidrólisis alcalina o degradación de ingredientes activos. Namida contiene, además un indicador colorimétrico de viraje de pH que modifica el color del caldo de pulverización de amarillo a rosado cuando se alcanza el valor de pH óptimo para el correcto funcionamiento y absorción del ingrediente activo al que acompaña.
Otra de sus características es que neutraliza las sales disueltas en el agua, aquellas que inactivan determinados ingredientes activos y fertilizantes foliares.
Además, proporciona altos niveles de cobertura y penetración ya que reduce la tensión superficial del agua sobre la superficie foliar, permitiendo un mayor contacto, retención y absorción de los ingredientes activos. Incluso evita el “efecto rebote” fuera de la hoja.
Y como nutricional, aporta nitrógeno y una alta cantidad de fósforo suplementario al cultivo.
Los enemigos del agua: Alcalinidad y dureza
El agua de uso agrícola, en contra de lo que puede parecer, puede contener diversos factores que alteran la efectividad de los productos fitosanitarios. Estos agentes actúan de manera silenciosa y provocan que disminuya la eficacia de los agroquímicos, y derivado de estos, que se reduzca la producción agrícola.
La alcalinidad es uno de los factores que puede afectar a la eficacia de los productos fitosanitarios. Si se utilizan ciertos ingredientes activos en aguas alcalinas se produce la hidrólisis alcalina, un fenómeno por el que las materias activas se degradan y dan lugar a nuevos compuestos. Esto provoca una reducción en la efectividad del ingrediente activo.
Por su parte, la dureza del agua es la concentración de elementos minerales que se encuentra disueltos en el agua, especialmente sales de calcio y magnesio. Si usamos agua dura, es decir que contiene altos niveles de sales disueltas, la eficacia del tratamiento puede verse mermada. Esto es así porque el calcio y el magnesio forman sales insolubles con las formulaciones de los fitosanitarios y reduce la concentración de principios activos en el caldo de tratamiento.