Nueva caída del índice de precios de los alimentos de la FAO en julio
El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos ponderado con arreglo a las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos durante el período 2014-16.
En un artículo especial publicado en el número de junio de 2020 de Perspectivas alimentarias se presentan la revisión del período de referencia para el cálculo del índice y la ampliación de su cobertura de precios, puestas en práctica a partir de julio de 2020. Los antecedentes técnicos relativos a la formulación anterior del índice se publicaron en un artículo en noviembre de 2013.
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en julio de 2021 en un promedio de 123,0 puntos, es decir, 1,5 puntos (un 1,2 %) menos que en junio, pero aun así 29,1 puntos (un 31,0 %) por encima de su nivel en el mismo período del año pasado. El descenso de julio reflejó la disminución de los precios de los cereales, los productos lácteos y los aceites vegetales, que compensó con creces el aumento de las cotizaciones de la carne y el azúcar por segundo mes consecutivo.
El índice de precios de los cereales de la FAO registró en julio un promedio de 125,5 puntos, esto es, 3,8 puntos (un 3,0 %) menos que en junio, pero aun así 28,6 puntos (un 29,6 %) por encima de su valor de julio de 2020. Los precios internacionales del maíz registraron una caída intermensual de 9,1 puntos (un 6,0 %), debido a rendimientos mejores de lo previsto en la Argentina y a la mejora de las perspectivas de producción en los Estados Unidos de América. La cancelación por parte de China de pedidos de maíz de la cosecha anterior también deprimió las cotizaciones del maíz. Sin embargo, los precios se vieron sostenidos en cierta medida por la constante preocupación que suscitaron las condiciones de los cultivos en el Brasil, donde la trilla avanzó muy por detrás del ritmo del año pasado y los altos precios internos alentaron a los agricultores a dirigir sus ventas a los mercados nacionales. Los precios de exportación de la cebada y el sorgo también registraron una caída en julio, de 8,3 puntos (un 6,4 %) y 8,7 puntos (un 5,3 %), respectivamente, sobre todo a causa de la disminución de la demanda de importaciones. Por el contrario, en julio las cotizaciones del trigo evolucionaron al alza, subiendo 2,2 puntos (un 1,8 %) hasta alcanzar su nivel más elevado desde mediados de 2014, a raíz de la constante preocupación que suscitaron las condiciones de los cultivos en América del Norte, donde la persistente sequedad limitó la producción de trigo duro en el Canadá y del trigo de primavera en los Estados Unidos de América. En cambio, unas lluvias intensas amenazaron las perspectivas de las cosechas en algunas partes de Europa, mientras que los primeros rendimientos en la Federación de Rusia fueron ligeramente inferiores de lo previsto. En el hemisferio sur, las perspectivas sobre la producción siguieron siendo favorables en la Argentina y en Australia. En julio los precios internacionales del arroz aceleraron su descenso hasta alcanzar su punto más bajo en dos años, cuando el lento ritmo de las ventas causado por costos de transporte elevados y obstáculos logísticos se vio agravado por la llegada de nuevas cosechas y movimientos cambiarios.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en julio en un promedio de 155,4 puntos, registrando una pérdida de 2,2 puntos (un 1,4 %) y descendiendo por segundo mes consecutivo hasta su nivel más bajo en cinco meses. La contracción reflejó principalmente la disminución de los precios de los aceites de soja, colza y girasol, que compensó con creces la subida de los valores del aceite de palma. En julio las cotizaciones internacionales del aceite de palma repuntaron moderadamente, sustentadas por una producción menor de lo previsto en los principales países productores, como resultado de problemas de escasez de mano de obra migrante, principalmente en Malasia. Por el contrario, en julio se debilitaron los precios del aceite de soja, en gran medida ante la presión ejercida por la reducción de los porcentajes obligatorios en la mezcla de biodiésel en la Argentina. Mientras tanto, los precios internacionales de los aceites de colza y girasol también se contrajeron como consecuencia de la debilidad de la demanda mundial de importaciones y la previsión de suministros nunca antes registrados para la campaña 2021/22, respectivamente.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO registró en julio un promedio de 116,5 puntos, es decir, 3,4 puntos (un 2,8 %) menos que en junio, descendiendo por segundo mes consecutivo tras 12 meses de aumentos continuos. Sin embargo, el índice se mantuvo 14,7 puntos (un 14,5 %) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado. En julio disminuyeron las cotizaciones internacionales de todos los productos lácteos representados en el índice, siendo la leche desnatada en polvo la que registró la mayor caída, seguida de la mantequilla, la leche entera en polvo y el queso, principalmente como resultado de una reducción de la demanda de importación de suministros al contado. El ritmo más lento de la actividad comercial en el hemisferio norte debido a las vacaciones de verano en curso, sumado a las expectativas de aumento de las disponibilidades exportables en los próximos meses, en particular de Oceanía, también deprimió las cotizaciones internacionales de los productos lácteos.
El índice de precios de la carne de la FAO* se situó en un promedio de 110,3 puntos en julio, lo que representa un ligero aumento desde junio y coloca al índice un 19,6 % por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado. En julio, las cotizaciones de la carne de aves de corral fueron las que más subieron, sustentadas por el aumento de las importaciones en Asia oriental ante la limitada expansión de la producción en algunas regiones productoras, mientras que las de la carne de ovino aumentaron a causa del elevado nivel de las compras para importación y la disminución estacional de los suministros de Oceanía. Los precios de la carne de bovino también se fortalecieron, como resultado de la escasez en los mercados mundiales debida a la disminución de los suministros procedentes de las principales regiones productoras y a la continuidad en el elevado nivel de importaciones, especialmente por parte de China. Por el contrario, los precios de la carne de cerdo registraron una caída, tras una disminución de las importaciones en China, pese a los limitados suministros procedentes de Alemania a raíz de la propagación de la peste porcina africana en algunas explotaciones porcinas.
» El índice de precios del azúcar de la FAO registró un promedio de 109,6 puntos en julio, es decir, 1,8 puntos (un 1,7 %) más que en junio, lo que representa el cuarto aumento mensual consecutivo y el nivel más elevado desde marzo de 2017. La subida de las cotizaciones internacionales del azúcar estuvo relacionada fundamentalmente con la incertidumbre sobre las repercusiones de las heladas recientes en la productividad de los cultivos en el Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo, que ya se ha visto afectada negativamente por las prolongadas condiciones de tiempo seco. La mayor firmeza de los precios del crudo, que tiende a alentar a los productores del Brasil a destinar más molienda de caña de azúcar a la producción de etanol, empujó nuevamente al alza las cotizaciones mundiales del azúcar. Sin embargo, las buenas perspectivas de producción en la India y el debilitamiento del real brasileño frente al dólar estadounidense impidieron mayores aumentos mensuales de los precios.