Miglyphus, la solución biológica de Koppert contra el minador
La plaga del minador de la hoja, popularmente conocida como ‘submarino, es una de las que más afectan en este momento a los cultivos hortícolas y ornamentales de invernadero.
Cada año, con la llegada de la primavera, esta plaga aumenta su presencia en los invernaderos, aunque en esta campaña lo ha hecho con especial virulencia en las principales zonas de producción del sureste español.
El control biológico de esta plaga se puede realizar con éxito mediante sueltas de la avispa parásita Diglyphus isaea, que Koppert comercializa con la marca Miglyphus. Esta avispa es una solución biológica infalible que consigue controlar la plaga de minadores en todos sus estados larvarios.
Las hembras adultas de Diglyphus isaea matan las larvas de minador y la utilizan de alimento. Cada envase de Miglyphus contiene unos 500 adultos de esta avispa parásita. Se recomienda hacer las sueltas de Miglyphus entre las hojas a primera hora de la mañana o al final de la tarde, evitando siempre las horas más calurosas del día. Se recomienda combinar las sueltas de Miglyphus con la colocación de placas cromotrópicas amarillas.
Menos materias activas
El control biológico de minador es una técnica plenamente consolidada que cada año adquiere mayor protagonismo en el campo, debido a que se están retirando del mercado las principales materias activas con las que se fabrican los insecticidas químicos contra el minador. La prohibición de la ciromazina, que no podrá venderse después del próximo 30 de junio, es el último caso conocido.
Cada año, con la llegada de la primavera y la mejora de las temperaturas, el minador aumenta su presencia provocando importantes daños directos en las plantas cuando hace galerías en las hojas para poner huevos y picaduras para alimentarse. Estas galerías pueden secar buena parte del follaje al reducir la capacidad fotosintética de la hoja y provocar una importante reducción en la cosecha. El minador también provoca daños indirectos, ya que a través de sus picaduras para alimentación consiguen penetrar en el tejido vegetal diferentes hongos y bacterias que provocan enfermedades a las plantas.