Los suelos salinos se convierten en un peligro para nuestra alimentación
El problema afecta a la totalidad del planeta y pone en peligro la seguridad alimentaria al disminuir la capacidad de los cultivos. Simposio mundial sobre suelos afectados por salinidad se celebró el mes pasado en el que abordaron esta cuestión.
Más de 3000 participantes compartieron conocimientos sobre la prevención, gestión y adaptación a la salinidad en el contexto de la seguridad alimentaria y el cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advirtió que actualmente hay más de un millón de hectáreas de suelos repartidos por todos los continentes que contienen demasiada sal para ser fértiles.
Aunque los «suelos alterados por la sal» (un término que se usa para describir los suelos salinos, sódicos y sódicos-salinos) se dan a menudo de forma natural, se han convertido en un problema de rápido crecimiento para la agricultura y ponen en peligro la seguridad alimentaria al reducir el rendimiento y la calidad de los cultivos.
La salinidad de los suelos puede aparecer muy rápidamente por diversas razones: la mala gestión de las personas, el uso excesivo o inadecuado de fertilizantes, la deforestación, la subida del nivel del mar, una capa freática poco profunda que afecta a la zona de las raíces o a la filtración de agua de mar en las capas subterráneas que luego se utilizan para el riego.
Además, el cambio climático también está agravando la situación, sobre todo en las zonas costeras, las más expuestas a la subida del nivel del mar.
Combatir este fenómeno requiere una serie de herramientas que van desde la concienciación del problema hasta la adopción de prácticas de gestión sostenible del suelo mediante el impulso de la innovación tecnológica y de un mayor compromiso político.
Todas estas cuestiones se debatieron en el Simposio mundial sobre suelos afectados por salinidad, que se celebró de forma virtual el 20 y 22 de octubre. El evento reunió a más de 3000 participantes internacionales que compartieron conocimientos sobre la prevención, gestión y adaptación a la salinidad en el contexto de la seguridad alimentaria, el cambio climático y la restauración de los ecosistemas. Igualmente se buscó establecer conexiones entre los responsables políticos, los productores de alimentos, los científicos y profesionales.
La reunión también incluyó el lanzamiento de un mapa mundial de suelos afectados por la sal y un concurso fotográfico que ofreció a los participantes la oportunidad de compartir sus testimonios sobre los efectos de la sal y el sodio en los suelos.
El director general del organismo especializado de la ONU, QU Dongyu, inauguró el simposio, organizado conjuntamente con la Alianza Mundial sobre los Suelo (GSP, por sus siglas en inglés), el Grupo Técnico Intergubernamental de Suelos (ITPS, por sus siglas en inglés), junto a la Interfaz de política científica de la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación, el Gobierno de Uzbekistán, la Unión Internacional de Ciencias del Suelo, el Centro Internacional de Agricultura Biosalina, la Red Internacional de Suelos Afectados por la Sal y el Marco Mundial sobre la Escasez de Agua en la Agricultura.