“Los jóvenes ven con naturalidad a la mujer en puestos de responsabilidad”
En 1971, Josep María Pradas funda, junto a su mujer Maria Lluïsa Gené, JYMPA 1971 S.L., una empresa familiar dirigida actualmente por la segunda generación, Marcel y Marta Pradas. Hoy esta entidad, miembro de Ansemat, cuenta con reconocidos premios por la calidad y excelencia de su maquinaria agrícola, apuesta por la exportación y en ello ha tenido mucho que ver la incorporación de Marta a la empresa familiar.
Por Marga López, periodista agroalimentaria.
Marta Pradas es una de las mujeres que nos inspiran en Mujer Agro y eComercio Agrario, aportando la experiencia, la formación e internacionalización que toda empresa privada necesita.
Llegaste a JYMPA 1971 en 2003, ¿cómo ha evolucionado tu puesto dentro de la compañía, has ido asumiendo más responsabilidad?
Yo soy Licenciada en Administración y Empresas, y antes de llegar a JYMPA estuve 5 años trabajando en otras entidades fuera del ámbito local. Aquí comencé desempeñando tareas vinculadas al departamento de exportación, porque tengo conocimientos de idiomas y porque siempre me ha gustado este área de negocio, la internacionalización. Poco a poco, por mi formación académica, he ido asumiendo tareas de finanzas y administración, hasta el puesto actual donde junto a mi hermano, asumo las labores de gerencia sin desvincularme de esas tres áreas: exportación, finanzas y administración.
Por el hecho de ser mujer, ¿has tenido que demostrar más tu capacidad para desempeñar tu trabajo?
En general estamos ante un sector muy afable y sencillo, con un trato muy cercano con los clientes, estableciéndose siempre relaciones basadas en la confianza, y eso es algo de agradecer. Pero también es cierto que en alguna ocasión, cuando he tenido que explicar las cualidades de nuestra maquinaria, mi interlocutor ha querido validar la información que yo le estaba facilitando con algún hombre de la compañía. Afortunadamente casos como esos son cada vez menos frecuentes. Y es que el sector agrícola está cambiando, gracias sobre todo a la cada vez mayor presencia de jóvenes agricultores, quienes viven con naturalidad el hecho de que su mujer o pareja trabaje, por lo tanto, ven con la misma naturalidad que haya mujeres en puestos de responsabilidad.
¿Crees que la empresa privada en general tiene responsabilidad a la hora de lograr la igualdad real de la mujer? ¿Desde la empresa privada se puede hacer algo?
No podemos obviar la realidad de que aún la presencia de la mujer es minoritaria, en nuestra empresa y en cualquier otra, pero poco a poco esta situación va cambiando. Por ejemplo, en los departamentos de montaje, soldadura y pintura sí hay mayoritariamente hombres, pero en el resto de departamentos no. En este sentido, creo que hay muchas cosas que las empresas familiares debemos y estamos haciendo. En nuestro coso por ejemplo, hace 25 años, una de las empresas del grupo fue pionera en la contratación de mujeres para el montaje de piezas de maquinaria de frío industrial: eran mujeres con algo de tiempo libre, que venían a trabajar a nuestra empresa, y nos adaptábamos a sus horarios. ¡Hace 25 años! Al fin y al cambo se trataba de conciliación laboral y familiar, un aspecto que aún hoy sigue siendo muy importante.