Los agricultores de CASI avanzan en Igualdad dando visibilidad a la mujer en su consejo rector
María Gracia Melero Sánchez, Ana Delgado González y Bienvenida Pascual Sánchez son tres agricultoras que forman parte del nuevo Consejo Rector de la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI). Lo son porque así lo decidió la masa social de la almeriense hortofrutícola referente en la producción y comercialización del tomate en el continente europeo.
José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario
Un paso más hacia la igualdad y visibilidad de las mujeres agroprofesionales en un entorno en el que pre[1domina todavía la presencia y participación masculina. Decidieron presentar su candidatura para formar parte de la rectora y contaron con el mayoritario apoyo de los socios. No en vano, de las 34 candidaturas, cinco las protagonizaron mujeres, y de ellas, tres forman parte hoy del consejo rector de esta cooperativa. CASI Lleva más de una década implementando un plan de igualdad. Como demuestran sus agricultores, está calando y muy hondo en la entidad, pues ya habla con nombre de mujer.
En Siete Agromarketing y eComercio Agrario hemos hablado con las flamantes miembros del Consejo Rector de CASI, en una entrevista en la que nos han puesto de relieve sus inquietudes, su apuesta decidida por estar presente en los órganos de decisión, y en la que han animado a las agricultoras a avanzar, levantarse, comprometerse y responsabilizarse para que la mujer se haga más visible en el sector agroalimentario, ya que importante es y lo ha sido siempre.
¿Qué importancia tiene que la mujer cooperativista esté presente, participando activamente en los consejos rectores, donde se toman las decisiones relevantes?
María Gracia Melero Sánchez.- Es fundamental que las mujeres participemos en este tipo de órganos que marcan el futuro de nuestras cooperativas. Es importante que se escuche nuestra voz y se tomen en cuenta nuestras opiniones a la hora de la toma de las decisiones. Aportamos mucha sensatez, en la mayoría de los casos.
Bienvenida Pascual Sánchez.- La presencia de la mujer agroprofesional en la mesa rectora abre nuevas perspectivas, con ideas diferentes, en ocasiones a las del hombre, al afrontar los temas con mayor sensibilidad, y por tanto con un enfoque distinto. Unas mismas ideas se plantean desde puntos de vista a veces opuestos y puede ser enriquecedor.
Ana Delgado González.- Uno de los aspectos que nos caracteriza a las mujeres, por lo general, a la hora de tomar decisiones, es la templanza. La figura de la mujer siempre es importante, aunque el hombre haya sido el que hay estado en primer plano, es cuestiones relevantes estamos al mismo nivel, aunque no se visibilice. Esta tónica se va rompiendo, y poco a poco, nos vamos visibilizando en escenarios en los que antes no aparecíamos.
¿Qué impide a la mujer agroprofesional dar ese paso hacia la visibilidad deseada y aumentar el porcentaje de participación en órganos de decisión? ¿Limitan aún los hombres en ese avance?
Bienvenida Pascual Sánchez.- Todavía existen obstáculos impuestos por los hombres a ese ascenso de la mujer, a pesar de que tenemos la misma capacidad y preparación para representar y tomar decisiones en los consejos rectores de las cooperativas. Pero, por otra parte, somos menos, por ejemplo en el caso de CASI, de las últimas elecciones, candidatas a ser elegidas por la masa social. Por ello, es importante que nos creamos que podemos asumir esas responsabilidades y dar un paso al frente.
María Gracia Melero Sánchez.- No es solo los obstáculos que derivan del hombre. Frena más a una mujer las limitaciones que todavía imponer la sociedad, en las que participamos también las propias mujeres. Necesitamos que la mentalidad social vaya cambiando, por eso es crucial esos pasos que vamos dando.
Ana Delgado González.- Creo que los impedimentos suman en todas las direcciones. En mi caso no hay ninguno porque quiero estar, participar y aportar en las decisiones que se tomen en mi cooperativa en beneficio de todos los socios. Tengo ilusión, ganas y mucha confianza depositada en el presidente y en el consejo.
¿Cómo se han sentido en estas primeras sesiones del Consejo Rector?
María Gracia Melero Sánchez.- Partimos de la base de que en el poco tiempo que ha pasado aún, es muy positivo porque en el consejo rector todos somos escuchados. Exponemos nuestras opiniones, muchas diferentes, pero alcanzando un consenso final, un punto en común.
Ana Delgado González.- La experiencia está siendo muy positiva, trabajando en igualdad. Ojalá cuando terminen los cuatro años de legislatura sigamos como hasta ahora, con más experiencia y conocimientos, claro está, pero con este ambiente de trabajo, y esperemos con grandes resultados, con los objetivos alcanzados y con la satisfacción de que los socios de CASI son los principales beneficiados de nuestras decisiones.
Bienvenida Pascual Sánchez.- Somos todos iguales, aportamos nuestras ideas y son tenidas en cuenta. No nos hemos sentido desplazadas, todo lo contrario. Cada uno de los miembros actúa y participa en igualdad.
¿Qué mensaje lanzarían a las agricultoras para que se propongan estar en los consejos rectores de sus cooperativas?
Ana Delgado González.- Lo primero, que tengan confianza en ellas mismas, que pueden hacerlo igual que un hombre. Hay que tener actitud y empatizar con los compañeros. Somos igual de válidas que los hombres y eso lo debemos tener claro, y sobre todo creérnoslo y llegar allí donde nos propongamos. Les diría que no duden en ningún momento. Que estén seguras, que ganen en seguridad.
Bienvenida Pascual Sánchez.- Arrastramos un lastre del pasado, sobre todo en cuanto a mentalidad. Hemos estado relegadas a determinados roles, y limitadas en los más visibles. Pero eso debe quedar atrás. Por eso, les diría que miren hacia adelante en igualdad. Hombres y mujeres desarrollamos las mismas funciones y eso implica las decisiones que hay que tomar en las empresas y cooperativas.
María Gracia Melero Sánchez.- Las mujeres, aunque en segundo plano, siempre han tomado decisiones, y han trabajado a la par que el hombre en las tareas agrícolas. Ahora es el momento de avanzar a ese primer plano que no estaba reservado para nosotras y en el que hay un hueco para todos.