Las heladas en abril se convierte en el peor evento del seguro agrario en España
Las primeras estimaciones de las indemnizaciones por las heladas registradas durante el pasado fin de semana a causa de la borrasca Ciril se elevan hasta los 150 millones de euros.
El frente ártico que penetró en la península se convierte así en el peor fenómeno meteorológico de carácter puntual sufrido por el campo español a lo largo de los 42 años de historia del seguro agrario.
La información recogida en los partes de siniestro enviados por los agricultores asegurados (que hasta el momento suman daños en más de 37.000 hectáreas siniestradas), junto a las visitas de reconocimiento realizadas a las zonas afectadas, apuntan a daños muy graves y generalizados en cultivos que se encontraban en fases de crecimiento y desarrollo muy sensibles, especialmente producciones de fruta de hueso y de pepita del valle del Ebro, y de almendro, principalmente en Castilla-La Mancha. Además, también han sufrido el impacto del súbito descenso térmico producciones de cereza, cítricos, caqui, viñedo, colza, remolacha y varias hortalizas de invierno.
Los daños registrados pueden suponer más del 30% de la prima del seguro destinada a pagar los riesgos agrícolas de todo un año, lo que da buena muestra de la gravedad de sus efectos.
Por comunidades autónomas, la estimación total de indemnizaciones para los agricultores asegurados en Cataluña alcanza los 59 millones de euros, mientras que en Aragón alcanza los 42 millones. A continuación, se situarían Castilla-La Mancha, con 24 millones, la Comunidad Valenciana, con 12 millones, y la Región de Murcia, con 8 millones. El resto de indemnizaciones, hasta los 150 millones de euros, corresponde a productores asegurados en el resto de regiones y cultivos afectados.
Frutales
La masa de frío ártico ha coincidido con el período de floración, cuajado y crecimiento del fruto, provocando graves daños en Cataluña y Aragón, aunque los siniestros se extienden por zonas frutícolas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra y Región de Murcia. En total, los daños en frutales de toda España superan los 110 millones de euros.
En el caso concreto de Cataluña y Aragón, las temperaturas nocturnas descendieron hasta valores de -6 ºC en importantes zonas productoras –tanto de hueso como de pepita–, como las comarcas del Segriá, Garrigues, Noguera y Urgell (Lleida), la zona frutícola de Tarragona, las comarcas de La Litera y Bajo Cinca (Huesca) y La Almunia de Doña Godina, Calatayud, Caspe y Zaragoza (Zaragoza). La superficie siniestrada en el conjunto de ambas comunidades podría alcanzar las 25.000 hectáreas.
Además, se han registrado siniestros en producciones frutales de otras zonas productoras:
- Albaricoque (y, en menor medida, melocotón, nectarina y paraguayo) en la comarca de Hellín (Albacete).
- Pera y manzana en la comarca de El Bierzo (León).
- Fruta extratemprana de hueso, principalmente albaricoque y melocotón, en las comarcas de Ribera del Júcar y Valle de Albaida (Valencia) y de Vinalopó (Alicante).
- Melocotón, nectarina y ciruela (y en menor medida, manzana y pera) en La Ribera (Navarra) y en las comarcas Media y Baja de La Rioja.
- Fruta de hueso y pepita situadas en altura en las comarcas Nordeste y Noroeste de la Región de Murcia.
Almendro
En el caso del almendro, los daños son generalizados en todas las zonas productoras, desde el valle del Ebro hasta Andalucía, pasando por las dos Castillas, Región de Murcia o Comunidad Valenciana, lo cual refleja lo extenso de este siniestro. Hay que destacar que las almendras se encontraban en un estado de crecimiento inicial, momento del cultivo especialmente sensible a las temperaturas bajo cero.
En total, se estiman 22.000 hectáreas afectadas y una indemnización de más de 30 millones de euros. La mayor incidencia se ha registrado en Castilla-La Mancha, con una estimación de 20 millones de euros en indemnizaciones.
Resto de cultivos
El resto, hasta los 150 millones, se reparten entre multitud de cultivos: el caqui de las zonas frías de la provincia de Valencia; las hortalizas de invierno de prácticamente todas las zonas productoras (Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja y Andalucía oriental); los cultivos herbáceos (fundamentalmente colza, que actualmente se encontraba en floración); la cereza de recolección temprana (de la provincia de Alicante o de las principales zonas productoras de Aragón); la remolacha o el kiwi.
La uva de vino, por su parte, se encuentra en su mayor parte en el estado fenológico “yema de invierno”, por lo que no se prevén daños significativos, a excepción de la Ribera Sacra y la provincia de Ourense en Galicia, donde las viñas ya habían iniciado su desarrollo.