Las cooperativas afrontan los retos con solidez en este cambio de época
Artículo de opinión de Gabriel Trenzado Falcón, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España.
2024 no ha defraudado las expectativas de aquellos que afirman que no estamos ante una época de cambios, sino frente a un verdadero cambio de época. Los acontecimientos nacionales, europeos y climáticos nos exigen máxima atención y un análisis riguroso. Este debe servir para aportar el mejor conocimiento a nuestras cooperativas ayudándolas a definir las mejores estrategias para afrontar el presente y construir el futuro. Asimismo, resulta imprescindible trabajar con las instituciones políticas nacionales y europeas para desarrollar los mejores instrumentos que faciliten la adaptación al nuevo contexto.
A nivel europeo, las movilizaciones agrícolas de principios de año dieron un serio toque de atención a las instituciones comunitarias sobre su estrategia de aplicación del Pacto Verde desarrollada a espaldas del sector. Este grito unánime de los productores europeos ha logrado cambiar el paso y el enfoque de la UE. El nuevo Parlamento Europeo y la nueva Comisión deberán abordar el futuro con ambición medioambiental, que nadie cuestiona, pero reconociendo que la producción agrícola y ganadera forma parte de la solución y no el problema. La producción de alimentos es estratégica y debe considerarse pieza clave para una transición justa y sostenible económicamente.
Fruto de ello, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen impulsó el Diálogo Estratégico sobre el futuro de la agricultura en la UE. Este ejercicio, coordinado por la Comisión Europea, contó con la participación de organizaciones representativas de la producción, de la cadena alimentaria, ONGs y universidades, que en un ejercicio de diálogo y posibilismo alcanzó un acuerdo de mínimos. Dicho documento servirá de guía a la recientemente elegida Comisión Europea para presentar su propuesta de reforma de PAC 2027 y en el diseño de otras políticas relevantes. Las cooperativas desempeñaron un papel destacado en este proceso, siendo mencionadas expresamente en las conclusiones como empresas de y para los productores, claves para estructurar al sector y mejorar el valor que estos obtienen del mercado y de la cadena alimentaria.
En el contexto internacional, la geopolítica sigue demostrando la complejidad de las relaciones internacionales y, por tanto, teniendo un impacto directo en el mercado. Al conflicto de Ucrania se unieron nuevos focos de inestabilidad el de Israel primero, la victoria de Trump en las elecciones de los EEUU, que asegura decisiones tajantes que no ayudarán demasiado al fomento de reglas internacionales y, por último, la caída del gobierno de Siria, que deja una gran incógnita en una zona históricamente delicada para el equilibrio internacional como es Oriente Medio. Otros conflictos internacionales desde el punto de vista comercial, como las recientes disputas entre China y la UE a raíz del vehículo eléctrico, afectarán de manera colateral a nuestro sector, y pronostican un futuro incierto. Ante este panorama, es importante seguir tejiendo una red comercial estable que resista a las tentaciones de la renacionalización y las disrupciones del comercio mundial.
Ante esta nueva construcción del mundo volvemos a la UE, que busca su propio camino e identidad política donde ya no vale solo con ser un gigante económico, porque no olvidemos que seguimos estando en el top 3 de la economía mundial. La nueva legislatura cuenta con un Parlamento Europeo formado por un delicado equilibrio entre europeístas (conservadores, socialdemócratas y verdes) frente a formaciones escépticas ante el proyecto europeo, de ultra izquierda y derecha, que coinciden en una cosa, en bloquear casi todo, pero por diferentes razones. Los informes estratégicos de Mario Draghi, sobre la competitividad de la economía de la UE en el mundo, y de Enrico Letta, sobre el futuro del mercado único, son propuestas que intentan mover a los Estados miembros a tomar decisiones, porque muchos de ellos viven, o vivimos, ensimismados sin prestar la atención necesaria al futuro del proyecto europeo que, evidentemente, parece estar en riesgo tal y como lo conocemos.
En España las movilizaciones dejaron un escenario difícil de interpretar respecto a la representatividad del campo, y un diálogo menos fluido con la administración central y autonómica que está por recomponerse en función de la región de la que hablemos. La inestabilidad del Congreso de los Diputados, sin mayorías claras, dificulta el contexto y el desarrollo de iniciativas legislativas necesarias para abordar los nuevos retos.
Mientras tanto, en Cooperativas Agro-alimentarias hemos mantenido el foco en lo que más nos preocupa: el futuro de las explotaciones de nuestros socios y socias ante el mercado, ante la falta de relevo y ante las cada vez más complejas circunstancias climáticas. La DANA, una tragedia -que coincidió en Valencia con nuestro encuentro anual de jóvenes cooperativistas-, nos recordó que, aunque el año se presentaba más normalizado en cuanto al agua, no podemos bajar la guardia, y que seguimos teniendo un debe de una mejor planificación de infraestructuras hídricas ante fenómenos climáticos cada vez más irregulares y violentos y, paradójicamente, con zonas que al mismo tiempo siguen sufriendo por la sequía.
También abordamos aquellas cuestiones que avanzan de manera más lenta pero inexorable, como el reto del relevo generacional y las medidas más adecuadas para abordarlo con éxito, la falta de mano de obra. También hemos avanzado en el diseño y la formación sobre el cuaderno de campo digital, C3, para aquellas cooperativas que desean adelantarse a un futuro cada vez más digitalizado que será clave para afrontar de manera estratégica el futuro de la PAC post 2027. Y hemos iniciado la presentación oficial de la marca cooperativa, Producto Cooperativo, que verá la luz a principios de 2025.
El 2024 ha sido un año relativamente incierto, y se espera que muchas de estas incertidumbres continúen en 2025. Ante la volatilidad del mercado, del clima, o la inseguridad regulatoria y gubernamental, las cooperativas seguirán actuando como diques de contención, preparadas para ayudar a sus productores ante los retos más complejos. Formar parte de estructuras dimensionadas, profesionalizadas y bajo una gobernanza basada en principios democráticos y transparentes, permitirá una mayor solidez ante el mercado, y una mejor adaptación para futuros escenarios a través del desarrollo de herramientas de prevención, de enfoques colectivos y estratégicos basados en el conocimiento y la capacidad.
Tendremos la oportunidad de reflexionar y debatir sobre estos temas en el IX Congreso de Cooperativas Agro-alimentarias de España, que se celebrará los días 27 y 28 de marzo de 2025 en Palma de Mallorca. Un año, además, 2025, en el que celebramos el Año Internacional de las Cooperativas bajo el lema “las cooperativas construyen un mundo mejor”. Seguiremos trabajando para fortalecer al sector y garantizar que nuestras cooperativas lideren la transición hacia un futuro sostenible y competitivo.