La importancia de tener una buena sembradora para obtener resultados óptimos
Hay tareas que no admiten atajos. Y sembrar es una de ellas. Una campaña empieza, literalmente, con cada semilla que se deposita en el terreno.
Si esa siembra no es uniforme, si la profundidad varía demasiado o si la dosificación falla, lo que viene después arrastra ese error. Es en este punto donde entran en juego las sembradoras, tanto mecánicas como neumáticas.
Al fin y al cabo, no es lo mismo trabajar con una máquina cualquiera que con una que ha sido diseñada para hacer su trabajo con precisión y constancia. De ese nivel de detalle depende que las plantas nazcan al mismo ritmo, se desarrollen de forma homogénea y el rendimiento final se acerque al potencial real del cultivo.
Dos soluciones diferentes para necesidades distintas
En Larrosa-Arnal llevan años fabricando sembradoras y, si se han especializado en dos modelos —las mecánicas y las neumáticas—, es porque entienden que cada tipo de terreno y cada forma de trabajar requieren herramientas diferentes. Hay explotaciones que trabajan en suelos bien preparados, con parcelas más manejables y ritmos menos exigentes.
Cualquiera que quiera comprar una sembradora mecánica sabe que son más sencillas de mantener, pues no presentan complicaciones electrónicas y ofrecen un reparto de semilla fiable. El sistema de distribución mecánico, basado en un eje estriado, permite una dosificación constante y ajustable sobre la marcha, por ejemplo, cuando hay que ir de finca en finca o se quiere adaptar el caudal a distintas variedades
Por otro lado, hay situaciones donde se necesita un control más fino. Campos grandes, siembras en condiciones menos regulares o la cotización del cultivo es más alta. Esta es la razón por la que muchos agricultores optan por comprar una sembradora neumática, sobre todo por la precisión que permite el sistema de impulsión por aire. El tubo lleva la semilla justo al lugar donde debe caer, sin pérdidas ni acumulaciones. En otras palabras, el reparto es más uniforme, incluso en terrenos con cierta irregularidad o pendiente.
Otro detalle de igual importancia es que las sembradoras neumáticas permiten trabajar con control electrónico, facilitando los ajustes de densidad sin bajarse del tractor. De esta forma, se aprovecha mejor la semilla, se reducen los solapamientos y, en definitiva, se consigue una siembra más limpia.
Confía en lo fiable. Confía en Larrosa-Arnal
Al final, lo importante es que la máquina responda. Que funcione igual de bien en condiciones ideales que cuando la tierra está algo pesada, cuando hay restos de rastrojo o cuando el tiempo aprieta y no se puede parar. Tanto los modelos mecánicos como los neumáticos de Larrosa-Arnal están pensados para ese tipo de situaciones reales, no para catálogos. Son máquinas robustas, fabricadas con componentes resistentes y preparadas para muchas campañas.
Lo que uno siembra hoy, lo recoge dentro de unos meses. Y cuando se trabaja al ritmo del campo, lo último que se necesita es una máquina agrícola que falle o que obligue a hacer ajustes constantes. Apostar por una buena máquina desde el principio es una forma de asegurarse de que el trabajo de todo el año arranca con buen pie.