La Escuela de Hostelería Hofmann se convierte en el catering preferente de la primera obra de Antoni Gaudí
La Escuela de Hostelería Hofmann se convierte en el catering preferente de la primera obra de Antoni Gaudí, pudiendo alojar cenas en su recinto con el sello del restaurante. Hofmann gestiona también la cafetería del recinto, donde ofrece su propuesta dulce y salada a los visitantes de la casa.
Arquitectura y gastronomía se dan la mano. Sello Barcelona al cuadrado. La barcelonesa Escuela de Hostelería Hofmann se une a la recién abierta al público Casa Vicens vinculando saberes, dimensionando sentidos. La primera obra de Antoni Gaudí, edificio Patrimonio de la Humanidad, abrió sus puertas al público como museo el pasado mes de noviembre, ya con una cafetería en su jardín de sello Hofmann. El cheese cake o el croissant de mascarpone están presentes cada día en la que fuera casa de veraneo del señor Vicens, pero la vinculación del holding gastronómico creado por Mey Hofmann con la casa modernista –propiedad de MoraBanc- va más allá. Este jueves, el acuerdo se ha hecho público con una fiesta en la que han participado cerca de 150 personas, y en la que han colaborado empresas como Juvé & Camps, Damm, Options o Fiorely.
Hofmann se ha convertido en el catering preferente del recinto, pudiendo ofertar sus servicios en todas las estancias. Los menús “modernistas” se adaptan al cliente, incluyendo la posibilidad de cenar una carta de temporada del restaurante Hofmann, con una estrella Michelin desde 2004. Ravioli de bogavante, cochinillo ibérico con texturas de fresa o arroz meloso de pato ahumado son algunos de los platos que el restaurante de la calle de la Granada del Penedés ofrece ahora, ya disponibles en el servicio de catering de Casa Vicens. Ésta, sus espacios, se reservarán bajo pedido, pudiéndose celebrar el ágape, por ejemplo, en el comedor de la casa, con artesonado original, chimenea y una colección de pinturas de aceite sobre tela y madera, y que cuenta con salida directa a “La Tribuna”, una terraza cubierta obra de Gaudí coronada con un trompe-l’oeil donde podrá degustarse, por ejemplo, una crema de limón, mousse de tequila y chocolate. El sabor se multiplica.
El arte en continente y contenido, la unión de disciplinas. Dos mundos que coinciden con cien años de diferencia. Mey Hofmann fundó la Escuela que crearía escuela en 1983, un siglo después del inicio de la casa, del “manifiesto” de Antonio Gaudí. El arquitecto empezaba en 1883 a hacer historia; la pastelera, lo mismo cien años más tarde. “Nos hemos conocido y compartimos ideas. Nuestra filosofía de trabajo es parecida y queremos sumar para redimensionar el espacio”, comenta la CEO del grupo, Silvia Hofmann.
5 Catas Experience
Bajo el lema de Mey Hofmann de hacer extensible la cocina a todo el mundo, la Escuela de Hostelería Hofmann persigue la excelencia y la emoción en el comensal, tanto en formación como en servicio, y lo hace extensible a Casa Vicens mediante, de momento, catas guiadas. Además de la cafetería y el servicio de catering, el acuerdo entre la obra de Gaudí y la Escuela de Hostelería comprende la posibilidad de celebrar experiencias únicas gastronómico-arquitectónicas.
La primera es la llamada “5 Catas” donde, de la mano del sumiller Lluís Manel Barba (profesor de enología de la Escuela de Hofmann y autor de varios libros sobre vinos), el visitante disfrutará de una visita comentada a la Casa con maridaje y degustación en cinco de sus espacios. Todo relacionado, todo con “porqué”. Entre otros, en el jardín del recinto se ofrecerá un aperitivo (“así recibiría en su momento el Sr. Vicens a sus invitados”, comentará Barba); en la sala “El Fumador” se degustará un champagne catalán (“la construcción de la casa coincide con el momento de expansión del cava en Barcelona”); en “La habitación con cúpula”, donde se reunían las mujeres, unos “palmitos” maridados con un Pla de Bages; en la “Bajo cubierta”, donde vivía el servicio, un dim-sum de “carn d’olla i trinxat” con un tinto Montsant (“la escudella era el plato habitual de las casas catalanas”), y en “La Cubierta”, con el cielo sobre las cabezas, un bombón de chocolate con mistela negra (“licor que recuerda a la frambuesa y a otros frutos negros que encontramos en las decoraciones de los pisos inferiores”). Una ruta maridada, una experiencia cultural que Hofmann añade a la propuesta museística de Casa Vicens.
Arquitectura y gastronomía se dan la mano. Sello Barcelona al cuadrado. La barcelonesa Escuela de Hostelería Hofmann se une a la recién abierta al público Casa Vicens vinculando saberes, dimensionando sentidos. La primera obra de Antoni Gaudí, edificio Patrimonio de la Humanidad, abrió sus puertas al público como museo el pasado mes de noviembre, ya con una cafetería en su jardín de sello Hofmann. El cheese cake o el croissant de mascarpone están presentes cada día en la que fuera casa de veraneo del señor Vicens, pero la vinculación del holding gastronómico creado por Mey Hofmann con la casa modernista –propiedad de MoraBanc- va más allá. Este jueves, el acuerdo se ha hecho público con una fiesta en la que han participado cerca de 150 personas, y en la que han colaborado empresas como Juvé & Camps, Damm, Options o Fiorely.
Hofmann se ha convertido en el catering preferente del recinto, pudiendo ofertar sus servicios en todas las estancias. Los menús “modernistas” se adaptan al cliente, incluyendo la posibilidad de cenar una carta de temporada del restaurante Hofmann, con una estrella Michelin desde 2004. Ravioli de bogavante, cochinillo ibérico con texturas de fresa o arroz meloso de pato ahumado son algunos de los platos que el restaurante de la calle de la Granada del Penedés ofrece ahora, ya disponibles en el servicio de catering de Casa Vicens. Ésta, sus espacios, se reservarán bajo pedido, pudiéndose celebrar el ágape, por ejemplo, en el comedor de la casa, con artesonado original, chimenea y una colección de pinturas de aceite sobre tela y madera, y que cuenta con salida directa a “La Tribuna”, una terraza cubierta obra de Gaudí coronada con un trompe-l’oeil donde podrá degustarse, por ejemplo, una crema de limón, mousse de tequila y chocolate. El sabor se multiplica.
El arte en continente y contenido, la unión de disciplinas. Dos mundos que coinciden con cien años de diferencia. Mey Hofmann fundó la Escuela que crearía escuela en 1983, un siglo después del inicio de la casa, del “manifiesto” de Antonio Gaudí. El arquitecto empezaba en 1883 a hacer historia; la pastelera, lo mismo cien años más tarde. “Nos hemos conocido y compartimos ideas. Nuestra filosofía de trabajo es parecida y queremos sumar para redimensionar el espacio”, comenta la CEO del grupo, Silvia Hofmann.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: