La digitalización en el sector agroalimentario en España: una necesidad inaplazable
Por Patricio Fitz Simon, Responsable de Negocio BASF Agricultural Solutions España
En el sector agroalimentario la digitalización ha sido un tema de conversación recurrente en los últimos años, pero nunca ha sido tan imperiosa como lo es hoy. Factores como el cambio climático, la presión por producir más con menos recursos y las demandas de sostenibilidad están acelerando la necesidad de transformar profundamente la cadena de valor agroalimentaria. España, como uno de los mayores productores agrícolas de Europa, enfrenta estos desafíos de manera urgente, y es aquí donde la digitalización podría marcar la diferencia entre estancarse en el pasado o avanzar hacia un futuro más eficiente, sostenible y competitivo.
¿Por qué hoy es más necesario que nunca hablar de digitalización en el sector agroalimentario? Las circunstancias actuales han generado un escenario donde la tecnología no es solo una ventaja competitiva, sino una herramienta esencial para la supervivencia y crecimiento del sector. La crisis climática tiene consecuencias en todos los sectores, y en el caso de nuestro sector en particular es cada vez más evidente que se están alterando los patrones de producción agrícola alrededor del mundo. Factores como la variabilidad climática, las sequías prolongadas y la escasez de recursos hídricos -o incluso el exceso de lluvias- están obligando a los agricultores a ser más eficientes en el uso de insumos, como el agua, fertilizantes y fitosanitarios. En este sentido, la digitalización permite optimizar recursos utilizando herramientas de monitoreo y análisis de datos en tiempo real que ayudan a tomar decisiones más precisas y -principalmente- basadas en datos.
Ventajas de una digitalización plena y conectada
La digitalización en el sector agroalimentario camina de manera desigual. Existen diversas y excelentes iniciativas en el mercado, sin embargo, el nuevo boom digital llega de la mano con la imperante necesidad de que nuestras soluciones digitales logren una interconexión real entre agricultores y empresas digitales. Un nexo que permita maximizar beneficios y generar datos integrados con resultados aún más precisos y favorables para los distintos actores, y sobre todo, para la sociedad.
Esta interconexión entre empresas, distribuidores, procesadores y productores permitiría una mayor transparencia y trazabilidad a lo largo de toda la cadena de valor. Una transparencia que los consumidores están cada vez más interesados en conocer, saber de dónde provienen sus alimentos, cómo se producen y en qué condiciones. Una digitalización completa proporcionaría datos claros y verificables sobre el origen de los productos, cumpliendo así con las demandas de los consumidores y las normativas en aumento sobre sostenibilidad y seguridad alimentaria. Contrario a lo que muchos pueden pensar, el sector desea esta claridad de información, los estándares de calidad europeos nos permiten decir con total seguridad que estamos haciendo las cosas bien y mientras más claridad de información exista, mayor será el entendimiento social sobre el valor de la agricultura como el trabajo más valioso de la tierra.
Otra ventaja de una digitalización plenamente integrada es la mejora en la toma de decisiones. Al interconectar los diferentes eslabones de la cadena, se podrían compartir incluso datos en tiempo real entre productores y distribuidores, optimizando tanto la oferta como la demanda. Esto reduciría el desperdicio de alimentos, mejoraría la eficiencia en el uso de recursos y aumentaría la rentabilidad para todos los actores involucrados. Además, la automatización de procesos repetitivos, como el riego o la cosecha, permitiría a los agricultores centrarse en tareas más estratégicas, mejorando la productividad general del sector.
El papel de BASF en la digitalización
En BASF hemos tomado un rol activo en la transformación digital del sector agroalimentario. La incorporación de la digitalización y de diversos avances científicos permitirán responder a la creciente demanda de alimentos y hacerlo teniendo en cuenta objetivos ambiciosos en sostenibilidad, sin perder de vista la rentabilidad necesaria para que este sea un sector que funcione como el motor de economías regionales y a nivel país.
Este abordaje activo de BASF se traduce en propuestas reales y tangibles como AgrigenioTM, nuestro sistema de ayuda a la toma de decisiones para diversos cultivos como la viña, olivar, uva de mesa y tomate industrial, además de nuevos cultivos 2025 como la patata, trigo, cebada y cebolla. Antes hablábamos de la necesidad de interconexión de iniciativas digitales, y es exactamente en esta búsqueda de nuevas asociaciones estratégicas que nace nuestra colaboración con Sencrop y Metos, empresas líderes en el mercado de estaciones meteorológicas que conectadas a AgrigenioTM permiten a los agricultores optimizar sus prácticas agrícolas y maximizar la eficiencia y el rendimiento de sus cultivos. Además, se concreta nuestra alianza con John Deere, participando de su centro de innovación ubicado en Parla, Madrid, junto a otras empresas del sector con quienes trabajamos en la interconexión de plataformas, abordamos los desafíos de la digitalización agrícola y buscamos desarrollar soluciones complementarias para el mercado.
El futuro de la ciencia de cultivos en la era digital
En los próximos años, el segmento de crops sciences verá cómo la digitalización seguirá acelerando su evolución. La tendencia hacia una agricultura de precisión, donde cada decisión está respaldada por datos precisos, se consolidará, y tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), el uso de drones y la inteligencia artificial serán elementos fundamentales para mejorar la productividad y sostenibilidad de los cultivos.
Además, la necesidad de adaptarse al cambio climático y las regulaciones medioambientales más estrictas requerirán soluciones innovadoras que permitan a los agricultores reducir su huella de carbono, preservar la biodiversidad y hacer un uso más eficiente de los recursos. La digitalización, en este contexto, será esencial para enfrentar estos desafíos y transformar la agricultura en una industria más resiliente y preparada para el futuro.
En conclusión, la digitalización en el sector agroalimentario español no es una opción, sino una necesidad para asegurar su sostenibilidad y competitividad en un entorno global cambiante. Desde BASF trabajamos intensamente para liderar este cambio, por ello creemos firmemente que la clave para el éxito radica en la colaboración y la integración plena de las tecnologías digitales a lo largo de toda la cadena de valor. Solo juntos podremos afrontar con éxito los desafíos del presente y del futuro.