La cosecha de cereza valenciana se reduce a la mitad
LA UNIÓ de Llauradors estima que la cosecha de cereza en la Comunitat Valenciana se verá reducida a la mitad como consecuencia de la climatología adversa y los productores tendrán unas pérdidas cuantificadas en más de 8 millones de euros.
Se trata sin duda del cultivo más afectado por las condiciones climatológicas adversas de los últimos meses, fundamentalmente por la falta de horas frío necesarias durante el invierno pues en los meses de enero y febrero se alcanzaron temperaturas muy altas; así como también por el exceso de humedad durante el mes de marzo. Este pasado mes han habido lluvias, nieblas y días sin sol que han impedido el vuelo de las abejas y como consecuencia de ello un mal cuajado y una polinización defectuosa para el cerezo. No obstante lo anterior, la cereza que queda es de una gran calidad y los productores esperan compensar esta merma de cosecha con un mejor precio ante la menor oferta existente.
El descenso de cosecha no es uniforme en el conjunto de las zonas. En la provincia de Alicante, principal zona productora con el 76% de la superficie cultivada de la Comunitat, la bajada de producción sería del 54%; del 27% en la de Castellón (con el 21% del total de superficie) y del 21 en la de Valencia que sólo posee un testimonial 3% de las superficie cultivada autonómica. Tres comarcas de la provincia de Alicante (El Comtat, La Marina Alta y l’Alt Vinalopó) tienen el 62% de la superficie total de la comunidad autónoma y en las dos primeras se espera una mayor reducción de cosecha que en la tercera donde la producción es más irregular según parcelas.
En el conjunto de la Comunitat las pérdidas para los productores ascenderán a una cantidad de 8,2 millones de euros. Con esa hegemonía en la superficie, las comarcas de Alicante son las que mayores pérdidas tendrán, con 7,7 millones de euros; seguidas por las de Castellón con 500.000 euros y Valencia con 48.000 euros.
Sobre la previsión de mano de obra para recolectar la cosecha no se detectan por el momento problemas de falta de personal. A la baja cosecha prevista hay que sumar las medidas del Gobierno para flexibilizar la contratación de temporeros, lo que sin duda minimizará los problemas, aunque sí habrá que tener en cuenta las limitaciones existentes en materia de desplazamientos, la necesidad de incrementar las medidas de seguridad o posibles aspectos logísticos en el desarrollo de la campaña; circunstancias todas ellas que elevarán los costes de producción en una campaña de recolección bastante atípica.