Gelob: “La revolución digital ha llegado al ganado para quedarse”
“Tu vida cambia. Puedes invertir tu tiempo en tareas más necesarias. Aprovechas mejor tus pastos. El bienestar de los animales crece notablemente…” Estos son algunos de los testimonios de los más de 650 ganaderos y ganaderas que han comenzado a digitalizar su ganado en extensivo gracias al Grupo Operativo GELOB, coordinado por UPA.
Ganaderos y ganaderas de Madrid, Galicia, La Rioja, Castilla y León, Asturias, Cantabria, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha han participado en alguna de las 45 jornadas celebradas de forma virtual en las que han debatido sobre las ventajas de aplicar tecnologías de monitorización y geolocalización a sus animales.
“Las conclusiones son interesantes y muy positivas”, explican desde el G.O. Y lo serán aún más, cuando concluyan los trabajos de análisis de la ingente cantidad de datos que se han recopilado. Los ganaderos destacan que tener controlado al ganado a través del móvil ha mejorado considerablemente su calidad de vida. El tiempo que antes invertían en encontrar su ganado, sobre todo en zonas remotas y de montaña ahora pueden invertirlo en otras tareas.
La geolocalización y monitorización mejora también la calidad de vida de los animales. “En todo momento sabes dónde están, dónde están comiendo, si han tenido cualquier percance o si están de parto”, esa información es “impagable”. También permiten un mejor aprovechamiento de los pastos, pues sabes en qué parcelas y recintos pasan más tiempo pastando los animales.
Uno de los objetivos del proyecto GELOB es analizar si es factible utilizar la tecnología para prevenir ataques de lobos, uno de los mayores problemas que afrontan los ganaderos en las zonas con presencia del cánido. Se han realizado experimentos de comportamiento animal con 8 lobos y 74 perros en cautividad, para analizar qué elementos deberán incluir los dispositivos destinados a evitar ataques. Las conclusiones –todavía preliminares- es que ciertos sonidos y luces pueden provocar comportamientos de inhibición en algunos individuos, incluso en situaciones de excitación.
El estímulo que más ha ahuyentado a los lobos ha sido el creado con ladridos de mastines. Estos resultados sugieren que la aplicación de estos estímulos en un collar colocado en las reses podría disuadir a los lobos (al menos a algunos ejemplares) de atacar al ganado. Sin embargo, también se ha evidenciado la capacidad de los lobos para habituarse a los estímulos y las diferencias de comportamiento a nivel individual, siendo algunos ejemplares mucho más huidizos y, por tanto, más sensibles a los estímulos. Los resultados de estos experimentos aún se están analizando y se darán a conocer próximamente.