España aumenta su producción más que su superficie agraria
España ha incrementado en general la producción de sus principales cultivos en la última década más de lo que ha crecido la superficie agraria destinada a ellos, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
El caso más ilustrativo es el de las hortalizas, cuya producción subió el 20 % en ese periodo, hasta los 15,18 millones de toneladas, frente a los 12,64 millones de 2010.
El auge de las hortalizas
El tomate ha continuado siendo lo más producido dentro de esa categoría, manteniéndose en alrededor de 4,3 millones de toneladas anuales.
El incremento hay que buscarlo más en otros productos de la huerta, como el pimiento, la cebolla y la sandía, que han pasado a ocupar el segundo, tercer y cuarto puesto, respectivamente, con producciones que superan el millón de toneladas, cuando hace una década solo la cebolla alcanzaba esa cifra.
El regadío al aire libre ocupa la mayor parte de la extensión dedicada a las hortalizas (294.285 de las 386.084 hectáreas que había en 2020) y, por comunidades autónomas, destaca Andalucía como principal productora (6,5 millones de toneladas).
En ese tiempo, la superficie hortícola se ha elevado en una tasa menor a la de su producción, del 13,2 %, aunque sigue siendo mayor a las de otros tipos de cultivos.
Un paisaje de olivos
También el olivar incrementó su extensión en 2020, en un 5,9 % respecto a 2010 (hasta 2,62 millones de hectáreas), así como su producción, en un 12,1 % (8 millones de toneladas).
El procesamiento de la aceituna en almazara continuó siendo el uso más común en España, de donde el año pasado salieron 1,35 millones de toneladas de aceite de oliva virgen.
Los datos del MAPA muestran también el liderazgo indiscutible de Andalucía como la principal región productora, con 6,2 millones de toneladas de aceite de oliva para almazara producidas en 1,5 millones de hectáreas.
Producción de cereales y viñedos
En relación con los cereales, su producción aumentó el 11,5 % en una década hasta un total de 19,9 millones de toneladas, a pesar de que la superficie cultivada descendió el 1,6 % hasta 5,9 millones de hectáreas, según la comparativa entre los últimos datos disponibles de 2019 y los de 2009.
Castilla y León volvió a ser la comunidad que más cereales produjo (6,4 millones de toneladas en 2019) y mayor superficie destinó a estos cultivos (1,9 millones de hectáreas).
Por tipos, la mayor producción de granos correspondió a la cebada, con 7,3 millones de toneladas en 2020, seguida del trigo, con 5,7 millones.
España es tierra de aceite, pan y -sin duda- vino, como lo demuestran los datos referentes al viñedo: aunque su superficie se redujo el 6,8 % entre 2010 y 2020, cayendo por debajo del millón de hectáreas (933.107 hectáreas), su producción ha subido el 11,6 % en una década, hasta los 6,8 millones de toneladas.
Hasta 40,7 millones de hectolitros de vino se produjeron el año pasado, de los que más de la mitad (23,8 millones) procedieron de Castilla-La Mancha, también la región vitivinícola más extensa.
La producción de cítricos
En 2019, la producción total de cítricos fue de 6,2 millones de toneladas, cantidad que se repartió en su mayoría entre la Comunidad Valenciana (3 millones) y Andalucía (2,1 millones).
El MAPA estimó en su momento que la producción de la campaña 2019/2020 había sido un 18 % inferior a la anterior, de récord, y la más baja desde 2015/2016.
El avance publicado con los datos de 2020 solo recoge un 1,1 millón de toneladas producidas porque se refiere a la campaña que comenzó ese año y acaba en 2021, e incluye las pérdidas y mermas ocasionadas en la explotación.
En los últimos años se ha registrado un constante goteo de pérdida de superficie, del 6,6 % entre 2010 y 2020, año en el que las plantaciones regulares de cítricos ocupaban algo menos de 300.000 hectáreas, si bien se plantaron nuevos terrenos que hacen pensar en cierta recuperación del potencial productivo.
Naranjas, mandarinas y limones siguen poblando mayoritariamente los campos de esos árboles frutales en España, con destino a la exportación, al consumo interior en fresco y, en menor medida, a la industria de transformación.
En la actualidad, el sector se ha mostrado preocupado por los sucesos meteorológicos adversos, la entrada de plagas y el recorte del trasvase de agua desde el río Tajo hacia el Levante español.