El uso de energías renovables en la agricultura, un futuro necesario
El compromiso con la preservación del medio ambiente y la sostenibilidad llega hoy en día a todos los niveles. De hecho, el incremento de los precios de la electricidad y los combustibles fósiles hacen que el futuro de la agricultura pase, en parte, por el uso de las energías renovables.
Según un informe publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el porcentaje de las energías renovables dentro de las cifras globales de consumo energético de los sectores agrícola, silvícola e industria alimentaria en 2016 apenas suponía un 17,3 % del total. El objetivo que se plantea a partir de esa situación es ambicioso, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) plantea que esa cifra alcance el 42 %.
Agricultura y nuevas tecnologías
Con el ahorro energético y la producción sostenible como metas, el sector agrícola intenta modernizarse y adaptarse a las nuevas exigencias y retos que se plantean. Por ello, el uso de las tecnologías de la información (TIC) está cada vez más extendido, dando forma a lo que ya se denomina “Smart Agro”. Esto se plasma, entre otras medidas, en la automatización de tareas como el riego y la fertilización, la monitorización de los cultivos o el análisis de datos para mejorar los procesos de producción.
Junto a ello, en los últimos años también ha crecido de forma considerable el uso de las nuevas tecnologías, con equipos destinados a mejorar la eficiencia y abaratar costes. Sería el caso de instrumentos de medición de temperatura, de presión o de caudal, como los que se pueden conocer en https://www.es.endress.com/.
Agricultura y renovables
En ese camino hacia la eficiencia energética, la agricultura juega un papel fundamental. Si con medidas de ahorro este podría alcanzar hasta un 30 %, la aplicación de energías renovables podría suponer una rebaja más que significativa en el gasto energético.
Los cultivos de regadío son los que más pueden beneficiarse de las renovables. Hoy en día, en España la mayoría de las explotaciones emplean sistemas de riego por aspersión o goteo. Ambos sistemas implican un consumo imprescindible de energía en el bombeo del agua.
Ante ello, una de las alternativas más eficientes es el uso de energía solar a través de paneles fotovoltaicos. Hay que tener en cuenta que España es un país con un clima soleado durante buena parte del año, y mucho más en las épocas en las que los cultivos necesitan más agua.
La energía solar, en este sentido, permite frenar el incremento de costos y la pérdida de rentabilidad derivados de los precios cada vez más elevados de la electricidad. A ello habría que sumar otras ventajas, como la reducción de las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero.
Pero no solo el sector del regadío puede ver en las energías renovables una solución a parte de sus problemas, también el de los invernaderos. La instalación de paneles fotovoltaicos permite mejorar las condiciones de luz, temperatura y humedad para conseguir mejores producciones alcanzando no solo el autoconsumo, sino incluso generando excedentes.
El uso de renovables en el sector agrario, por lo tanto, más que un reto, comienza ya a ser una necesidad para abaratar costes de producción y evitar la pérdida de beneficios y de competitividad.