El papel de la sanidad vegetal en la soberanía alimentaria
Considerar las actuaciones en sanidad vegetal únicamente como recurso para obtener más producción es ver únicamente un lado de esta realidad donde tan importante es este, como su papel clave en la soberanía alimentaria
El año 2024 puede ser decisivo para el sector de la sanidad vegetal en la Unión Europea. Tras el rechazo del Parlamente Europeo al Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios, se abre un nuevo camino para establecer un nuevo marco legislativo más acorde con la realidad del sector agrícola, pero, sobre todo, que contemple argumentaciones reales, con bases científicas, y donde haya tiempo para implementar herramientas biotecnológicas y de digitalización, en las que ya está trabajando el sector de la sanidad vegetal.
Y es que el reglamento rechazado planteaba, entre sus principales objetivos, la reducción del uso de plaguicidas en un 50% y el uso de fertilizantes en un 20% antes de 2030, en línea con los objetivos anunciados por la Comisión Europea, recogidos en las Estrategia de la Granja a la Mesa. Objetivos difícilmente alcanzables sin comprometer la soberanía alimentaria de la propia UE.
El papel de la sanidad vegetal
Vincular los beneficios de la sanidad vegetal al hecho de lograr una mayor productividad es reducir mucho o simplificar el objetivo global de las empresas que desarrollan su actividad en este sector. La sanidad vegetal debe considerarse como clave para lograr la soberanía alimentaria, garante de esta y por tanto esencial en nuestro sistema productivo. Igual que las personas acudimos a los servicios sanitarios ante cualquier enfermedad o como prevención de estas, las plantas deben tener garantías para su supervivencia ante esas mismas situaciones. Nuestra alimentación depende de ello.
Por lo tanto, los nuevos marcos legislativos, que se debatirán en los próximos meses en el seno de la Unión Europea, deben contemplar esas actuaciones como básicas, y articular un conjunto de normas que permita abordar la nueva realidad productiva, con nuevas plagas y enfermedades, nuevas herramientas y líneas de desarrollo en los que el sector de la sanidad vegetal viene trabajando desde hace años.
Enfoque preventivo
Clave también en el futuro del sector productor y por tanto de la sanidad vegetal es la prevención. La globalización comercial, la ausencia de fronteras, la gran variedad de ecosistemas, climas y sistemas de cultivos incrementa los riegos fitosanitarios. Ante este desafío, la administración defiende establecer un enfoque preventivo, y asume su papel en aspectos como la necesaria regulación de las principales vías de entrada de los organismos nocivos y la comprobación del cumplimiento de los requisitos necesarios para los movimientos de material vegetal. También les corresponde la supervisión de la correcta aplicación de los autocontroles de los operadores, la realización de prospecciones y labores de vigilancia que refuercen los objetivos de detección precoz y prevención perseguidos o la elaboración de disposiciones que establezcan medidas de erradicación para la eliminación de los organismos nocivos o de contención que eviten la propagación de estos.
Hacia dónde caminamos
Pero no solo con esa prevención, ejecutada con mayor o menor acierto, tenemos garantizada la soberanía alimentaria. El sector necesita herramientas que le permitan producir, sino más, al menos lo mismo con menos recursos. Y ahí juega un papel clave la innovación, la digitalización, la inteligencia artificial: en ello ya trabaja el sector de la sanidad vegetal, pero limitados ante unos plazos irreales y sin base científica.
Ahora, la Unión Europea tiene la oportunidad de crear un verdadero Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios acorde a la realidad productividad de Europa, que permita hacer frente a las nuevas plagas y enfermedades con garantías de éxito, sin atacar o penalizar a un sector, el de la sanidad vegetal, cuyo objetivo es garantizar nuestra alimentación.
Symposium de Sanidad vegetal, toda una oportunidad
En la próxima edición del Symposium de Sanidad Vegetal tendremos la oportunidad de profundizar en muchas de esas nuevas herramientas con la que ya trabaja el sector: casos de éxito de biocontrol en fresa, olivo o aguacate; la inteligencia artificial para la prevención de plagas, o cómo el análisis de datos nos puede ayudar en la toma de decisiones. Un encuentro, que tendrá lugar del 13 al 15 de marzo en Sevilla, que aspira a convertirse en referente en Europa para ese futuro reglamento, con todas las miradas puestas en él por su marcado carácter internacional, pero, sobre todo, práctico.