El gran juego de los aranceles se encuentra en la pausa del café
La UE se planta frente a los aranceles de Washington con una artillería comestible: huevos, almendras y dulces lideraban lo que parecía ser la inminente ofensiva agroalimentaria. España, mientras tanto, mueve ficha en Asia para esquivar el fuego cruzado. En este juego de los aranceles, la “guerra comercial ha dado un giro digno de una partida de cartas: ambos jugadores dejan la mano sobre la mesa… y se van a merendar.
Por Julia Álvarez García, periodista
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la misma rapidez con la que anuncia una “guerra”, decide dar un paso atrás y suspende la mayor parte de los aranceles que había prometido imponer el pasado 2 de abril. Un alto el fuego de 90 días, porque claro, a veces hasta los grandes estrategas necesitan una pausa. Pero, por supuesto, este receso no es para todos: China, a la que parece que le ha tocado quedarse en la sala de espera, ve cómo sus gravámenes se disparan a un glorioso 125 %.
En respuesta, la Unión Europea decide guardar sus cubiertos y aplazar su réplica —un contundente paquete de aranceles del 25 % sobre más de 1.600 productos estadounidenses, valorado en 21.000 millones de euros— a la espera de que reine el diálogo. “Queremos dar una oportunidad a la negociación”, declara la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Ahora bien, que nadie se confunda: por mucho que las partes se tomen un respiro, esto no es una siesta. La facilidad con la que se aplaza un golpe de este calibre revela lo volátil —y estratégico— del tablero. Porque no hablamos de simples fichas, sino de alimentos básicos que terminan en las mesas de millones de ciudadanos. Y mientras los líderes juegan su partida global, los agricultores, transportistas y consumidores esperan que, al menos esta vez, no les toque pagar la ronda.
A pesar de que nos hayan hecho saltar del susto, la Unión Europea se sigue enfrentando a un arancel «reducido» del 10 %, así que, si quieres aprovechar las rebajas globales, ¡este es el momento! Pero no nos engañemos, esto no es una simple oferta de fin de temporada. El comisario europeo de Agricultura, Christopher Hansen, admitió ante el Parlamento Europeo que “algunas exportaciones clave corren el riesgo de ralentizarse”. La UE no solo quiere restablecer el equilibrio en la balanza comercial, sino que también se preocupa por proteger a sus productores, que, al final del día, no tienen la culpa de que se estén haciendo malabares con los aranceles.
Mientras tanto, voces como la del ministro húngaro de Exteriores llaman a la calma: “La escalada no es la respuesta”, ha dicho Péter Szijjártó. Pero en el campo europeo, los agricultores no quieren esperar sentados. Las organizaciones agrarias presionan a la UE para proteger su producción interna y prevenir los posibles desequilibrios en el comercio global.
España mueve ficha en Asia: Vietnam y China, ¿nuestros mejores amigos?
En medio del caos global de aranceles y negociaciones interminables, España decide jugar una carta algo inesperada: abrir su abanico hacia Asia. Y claro, como en cualquier película de espías, Vietnam y China pasan a ser los nuevos «mejores amigos» de la diplomacia española. Si Washington se cierra, ¿por qué no aprovechar para abrir puertas en Asia? En Hanoi, el ministro de Agricultura, Luis Planas, firmó un acuerdo para estrechar la cooperación con Vietnam en seguridad alimentaria, control sanitario y, atención, ¡la promoción de vinos! Porque si el mercado americano nos pone barreras, no vamos a dejar que un buen Rioja se quede sin su oportunidad internacional.
Mientras tanto, a pesar de las críticas que llegan desde Washington, España se mantiene firme en su postura. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, ya lo había dicho: “Alinearse más con China sería como cortarse el cuello”.
Y, mientras tanto, Sánchez decide darle una pincelada aún más estratégica a la jugada: un guiño a China. Pedro Sánchez, el presidente español no ha dudado en reiterar que España es un país profundamente europeísta que ve a China como un socio clave dentro de la Unión Europea. La respuesta de Xi Jinping ha sido clara: “Cuanto más turbulenta y cambiante sea la situación internacional, más importante será mantener un buen y estable desarrollo de las relaciones”. Y ahí, entre acuerdos y promesas, España sigue tejiendo su red diplomática, sin perder de vista el mercado asiático. Porque mejor amigo diplomático en mano que ciento volando.
Así, entre acuerdos con Asia, aranceles cruzados y una defensa del agro que parece más un juego de ajedrez que una cuestión de supervivencia, Europa se planta ante el proteccionismo estadounidense. Porque, seamos sinceros, la “guerra comercial” podría parecer una «tormenta perfecta», pero en realidad, nada es tan urgente como nos hacen creer. Todo parece un inmenso tablero en el que la mayoría somos peones esperando nuestro turno para jugar, sabiendo que, al final, el caos es solo otro capítulo de la novela internacional que no tiene prisa por terminar.