El incremento de los costes ensombrecen la cosecha vitivinícola 2022
El vertiginoso incremento de los costes de producción en el mercado vinícola comunitario ensombrece la tímida mejora de la cosecha vitivinícola 2022
Con motivo del evento anual de la vendimia de 2022, el Grupo de Trabajo «Vino» del Copa-Cogeca presentó sus previsiones sobre la cosecha vitivinícola. Si bien las proyecciones señalan un leve aumento del 2 % en la producción vinícola en la Unión Europea en 2022 respecto al año anterior, ésta seguirá siendo inferior a la media quinquenal, tal y como se pronosticó en un comunicado anterior. Las sequías, las temperaturas tórridas y los episodios de heladas y pedrisco dejan unos rendimientos apenas superiores. La buena noticia es que se esperan vinos de alta calidad, gracias al buen estado sanitario de las uvas y a la ausencia de enfermedades.
La cosecha vitivinícola 2022 se vivió con gran recelo debido a los efectos persistentes del cambio climático, que trajo consigo fenómenos meteorológicos impredecibles y a menudo extremos, causantes de diferencias considerables en cuanto a la calidad y la cantidad. No obstante, las lluvias de agosto lograron cambiar el panorama en algunos casos y aportaron cierto optimismo a las previsiones. Las estimaciones actuales confirman los datos que se publicaron en las previsiones de mediados de septiembre. Este año hay una cantidad aceptable, aunque dista de ser abundante.
En el evento anual de la vendimia de 2022, organizado por el Copa y la Cogeca y titulado «El papel del comercio internacional y la innovación para mejorar la resiliencia de la viticultura de la UE», los debates estuvieron marcados principalmente por la grave situación que sufre el sector debido al encarecimiento de los costes de producción.
El Sr. Luca Rigotti, en su calidad de presidente del Grupo de Trabajo «Vino», recalcó la gran preocupación que despierta «la situación del mercado, que por segundo año consecutivo se ve impactado por una escalada de los costes de producción que pone en riesgo la viabilidad económica de los viticultores y bodegueros de toda la Unión. La causa principal es el exorbitado aumento del coste energético y sus extensas repercusiones en los insumos (vidrio, cartón y fertilizantes), en el flete y en el poder adquisitivo de la ciudadanía de la UE. Es de suma importancia que se tomen medidas a nivel europeo para reducir el coste energético cuanto antes.»
En el evento de este año se analizaron las últimas novedades geopolíticas y se exploraron algunas soluciones para los principales retos comerciales, normativos y climáticos que afectan a la viticultura. Los debates giraron en torno a tres ejes temáticos: el comercio internacional, la innovación y la digitalización, que dieron pie a una reflexión sobre cómo ayudan los acuerdos comerciales, las variedades resistentes y las herramientas digitales a mitigar los riesgos y a reforzar la capacidad de recuperación del sector vitivinícola ante los choques externos. El evento reunió a expertos del mundo académico, de las instituciones europeas y del sector. Todos los participantes coincidieron en la necesidad de aprovechar las oportunidades que brinda la innovación.
En palabras del Sr. Rigotti, hay que apostar por la innovación y la digitalización, especialmente a nivel político, puesto que forman parte de la solución a los múltiples desafíos que afronta el sector. Según sus declaraciones, «los productores estamos comprometidos a actuar para mitigar los efectos del cambio climático y preservar el medio ambiente, pero para ello necesitamos una caja de herramientas adecuada, un marco normativo adaptado y tiempo. La innovación puede ayudarnos a lograr este empeño haciendo posible una mejora del rendimiento y una disminución de los insumos. Asimismo, gracias a la innovación y la digitalización los agricultores pueden proporcionar información oportuna a los consumidores respecto a la lista de ingredientes, las alegaciones nutricionales y sus esfuerzos en favor de la sostenibilidad. Ante todo, necesitamos tener la certeza de que nuestros esfuerzos en pro de la innovación y la aplicación de buenas prácticas respetuosas con el medio ambiente y con el consumidor no se verán malogrados en unos meses debido a propuestas legislativas desconectadas de la realidad agrícola, como la relativa al uso sostenible de los productos fitosanitarios y la inminente revisión del Reglamento sobre información alimentaria facilitada al consumidor, ambas harto preocupantes. En lo referente a estas propuestas, nuestro sector quiere ser una parte activa que contribuya a encontrar soluciones adaptadas a las necesidades de los viticultores.»