El Gobierno confía en la nueva PAC para el secuestro de carbono en los suelos
El Gobierno ha expresado su confianza en que las nuevas ayudas ambientales contempladas en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) ayuden a secuestrar más carbono en los suelos agrícolas y a evitar la erosión.
Entre esas prácticas están el mantenimiento de rastrojos y de cubiertas vegetales para evitar que los suelos permanezcan desnudos, lo que contribuirá a aumentar su fertilidad, incrementar la retención de agua y reducir el riesgo de desertificación, ha apuntado Miranda.
Un importante problema ambiental en España es la erosión, ya que se pierden 3,9 toneladas de suelo por hectárea al año y el contenido medio de materia orgánica es el más bajo de Europa, de apenas 15 gramos por kilogramo, mientras que el 74 % de los suelos está en riesgo de desertificación, según el MAPA.
En la charla en la sede de la Comisión Europea en Madrid, Miranda ha enfatizado que el sector agrícola debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, que representan un 11 % del total en España, aunque no lo tenga “tan fácil” como otros sectores porque debe seguir prestando un servicio básico a la población.
Ha destacado, no obstante, el potencial de la agricultura como sumidero de carbono para alcanzar la neutralidad climática y ha insistido en que los ecoesquemas, ayudas valoradas en 1.100 millones de euros anuales a partir de 2023, servirán para que los agricultores puedan obtener rentabilidad con producciones sostenibles.
Mucho margen para actuar en la nueva PAC
La directora general de Producciones y Mercados Agrarios del MAPA, Esperanza Orellana, ha resaltado que hay “mucho margen de actuación sin poner en cuestión la agricultura de conservación” y ha apostado por encajar bien “todas las piezas”, mientras se trabaja también en reducir el uso de fitosanitarios.
La directora de la Representación de la Comisión Europea en España, María Ángeles Benítez, ha señalado que no hay “una sola solución” para todas las problemáticas, y que existen otras fórmulas como la agricultura de precisión, prácticas presentes en los ecoesquemas y mecanismos para una mayor transparencia en los precios.
A su juicio, el reto está en ampliar las buenas prácticas a gran escala y modificar la forma de producir y consumir alimentos “a un ritmo nunca visto”, a lo que la nueva PAC puede contribuir en el ámbito agroalimentario.
El director para Europa de la empresa Agoro Carbon Alliance, Mats Rosenberg, ha explicado que si aumentan los precios de los créditos de carbono se podrá pagar más a los agricultores por retenerlo en los suelos, al tiempo que estos se benefician de sistemas más eficientes ante los efectos del cambio climático y de más oportunidades de valor añadido para sus productos.
También han participado en la conferencia la antigua eurodiputada Esther Herranz y el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba Emilio González.