El aceite de oliva: un esfuerzo de comunicación compartido
La directiva de ASEDAS analiza la relación del sector del olivar con la distribución.
Por: Felipe Medina, Secretario General Técnico de ASEDAS
España ocupa el primer lugar mundial en superficie y producción de aceite de oliva, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). El cultivo del olivar en España tiene importantes derivadas medioambientales, económicas y sociales, al determinar el paisaje físico y humano de amplias áreas geográficas.
La distribución alimentaria de proximidad de nuestro país es sensible a todas las circunstancias que rodean al producto, atendiendo, por una parte, a la alta consideración social del aceite de oliva y, por otra, a la relación con los productores del llamado “oro líquido”.
Los hogares acuden mayoritariamente al supermercado para realizar sus compras de aceite de oliva, con una cuota de mercado del 59,1 por ciento en 2021, según los últimos datos recogidos por el informe Alimentación en España 2022 de MERCASA. Esta posición, nos hace ser especialmente responsables a la hora de responder a la demanda del consumidor, poniendo a su alcance las diferentes familias de aceites de oliva que se comercializan y haciéndolo desde las características que definen el formato del supermercado: variedad de la oferta, cercanía al cliente y precios competitivos.
Como muchos otros productos agrarios, el aceite de oliva está en estos momentos sometido a importantes presiones derivadas del incremento de los costes de producción y de las condiciones climáticas que hacen temer descensos en la producción en próximas campañas. Todo ello puede tener un impacto sobre el consumo y obliga a la totalidad de la cadena del aceite a hacer un esfuerzo de eficiencia en beneficio del consumidor.
“El aceite de oliva está sometido a importantes presiones derivadas del incremento de los costes de producción”
Ahora más que nunca -con el fondo de la crisis multifactorial que todavía extiende preocupantes sombras sobre la economía agraria- es necesario ahondar en la búsqueda de relaciones comerciales estables y en la cooperación de los distintos eslabones de la cadena para ser todos más eficientes, para comunicar mejor las circunstancias que rodean la producción del aceite de oliva y para promocionar este producto hacia el consumidor. Con un sistema de distribución alimentaria definido por la capilaridad –la gran mayoría de los consumidores tienen varias opciones donde hacer sus compras a muy pocos metros de sus casas- y por la competitividad entre empresas y formatos, ésta es una de las mejores garantías para que el aceite de oliva mantenga un papel protagonista en la elección del consumidor.
Por último, para profundizar en la confianza del consumidor, el esfuerzo de comunicación que debemos abordar entre todos no incluye solamente el precio, sino también los distintos formatos y tipos de aceite de oliva que existen, las propiedades nutricionales, los modos de consumo, etc. con un enfoque especial hacia el público joven, ya que el consumo de aceite de oliva es más reducido entre los menores de 35 años. Por lo tanto, debemos estar muy atentos a la evolución social del consumo del aceite de oliva para reaccionar adecuadamente ante posibles cambios de hábitos.
Artículo publicado en la revista ECA OLIVE 2023