Desazón en una campaña hortofrutícola marcada por las expectativas iniciales
La campaña hortofrutícola en las explotaciones bajo abrigo está dejando a los agricultores y comercializadoras con cierto sabor amargo. Analizamos las razones
Por José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario (@RuizJoseEsteban)
Las expectativas generadas al inicio de la campaña hortofrutícola hacían presagiar un año en el que la tranquilidad sería una de las notas que marcarían su rumbo. Sin embargo, el comportamiento de los mercados, y sobre todo los precios están enterrando el ánimo del sector productor y comercializador.
Salvo en contados momentos, las cotizaciones de las frutas y hortalizas, y no para todas, sino solo para algunas, como ponen de manifiesto tanto en ASAJA Almería como COAG Almería, y Cooperativas Agro-alimentarias de Granada, están por debajo de las que se esperaban al principio. Están marcando registros a la baja, lejos de lo que precisan unos agricultores y unas empresas que, por otra parte, acumulan más de un año con subidas constantes de los gastos que tienen que asumir para cultivar y comercializar unos alimentos de máxima calidad, como los que ofrecen los invernaderos ubicados en el sureste español, en las provincias de Almería y Granada.
Los costes siguen siendo el mayor escollo una campaña más
Adoración Blanque, presidenta de ASAJA Almería destaca esta desazón del sector en cuanto a la venta de las frutas y hortalizas. “Los precios no están siendo ni mucho menos los esperados, en una campaña en la que se habían generado unas expectativas iniciales buenas. No en vano, productos como el tomate o el calabacín, mantienen en esta primera mitad de la campaña cotizaciones bajas, rondando en múltiples ocasiones los 0,30 o 0,40 euros el kilogramo, valores que no ofrecen la rentabilidad que necesita el agricultor en un contexto tan complicado como el actual”. Asimismo, el pimiento, que mantiene un valor más o menos constante, como viene siendo habitual en las últimas campañas hortofrutícolas, “este año no termina de alcanzar ese valor que pueda generar tranquilidad económica en los productores”.
En el caso de la berenjena, tanto larga como rayada, solo cuando la producción ha sido muy baja, su valor se ha elevado a estándares aceptables para este producto que, cabe recordar, pone a Almería como principal productor europeo en esta época del año. No obstante, y a pesar de ello, Adoración Blanque recuerda que, en este tramo inicial de la campaña y para esta hortaliza en concreto, la berenjena, se tuvo que activar, por primera vez, la aplicación de la Extensión de Norma que obligaba al sector a vender únicamente las primeras categorías para tratar de equilibrar el mercado. Una herramienta ésta con la que cuenta desde esta misma campaña el sector tras el trabajo conjunto llevado a cabo por la Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (HORTYFRUTA) y la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.
“Se planteaba de inicio que la demanda iba a propiciar una situación estable en términos económicos, pero como estamos viendo eso no se está cumpliendo”, asegura Andrés Góngora, secretario provincial de COAG Almería. Y es que, solo el valor de las hortalizas y frutas que se cultivan en los invernaderos andaluces, “se han vendido a un precio aceptable cuando la oferta ha sido baja”. En cuanto el volumen de producción ha subido, “los precios se han resentido”, apunta Góngora.
El descenso de la producción no se traslada al precio y no compensa al sector
El dirigente de COAG lamenta esa falta de demanda que, al margen de noviembre, donde asegura que el comportamiento ha sido más o menos bueno, en el resto de la campaña hortofrutícola, está dejando mucho que desear. “Los precios al consumidor están siendo muy elevados y eso hace que se resienta la compra de frutas y hortalizas. Pero hay que destacar que eso que pagan en los supermercados no se corresponde con lo que reciben los agricultores”, denuncia Andrés Góngora, quien pone de nuevo la lupa en ese margen comercial que se incrementa a lo largo de la cadena alimentaria y que ni beneficia a los agricultores ni al consumidor.
En los mismos términos que estas organizaciones agrarias se manifiestan en Cooperativas Agro-alimentarias de Granada. Su presidente, Fulgencio Torres, confirma “las dificultades” de esta campaña hortofrutícola 2022-2023. “Estamos soportando costes muy altos en el campo y en las cooperativas, con una merma significativa de la producción y un precio de venta que no garantiza la rentabilidad que se requiere en esta actividad agrícola”.
Climatología & producción
Está siendo un año difícil en los invernaderos. El frío ha llegado tarde, ya entrado 2023. En los primeros meses de campaña la climatología ha sido adversa en cuanto a las condiciones para el cultivo, con una tónica general de temperaturas altas que han generado controversias en la proliferación de plagas que han incidido en arranques prematuros de plantaciones y en bajos rendimientos productivos. Está siendo una constante a lo largo de toda la primera mitad del año agrícola en los invernaderos.
Además, estas altas temperaturas han favorecido un desarrollo vegetativo inusual de las plantas sin que ello se manifieste en volumen de producción. Así, las plantaciones, en general, han crecido más de lo habitual sin que ello se traduzca en kilos de productos.
Eso sí, la calidad de los frutos no se ha visto afectada por estos factores y el sector ha puesto en el mercado unas frutas y hortalizas de máximas garantías.
¿Medidas?
El sector al unísono comparte que las medidas puestas en marcha por el Gobierno de España para contrarrestar la coyuntura económica adversa no ayudan a agricultores y a empresas. Ni bajada del IVA a los productos hortofrutícola para el consumidor, acción que preocupa porque no se está viendo una repercusión en la bajada real del precio al consumidor y por tanto no activa la demanda; ni las ‘ayudas’ a los productores, por ejemplo, en compensación por la subida del valor de los fertilizantes, entre otras, gustan a los agricultores, porque “no tienen un impacto real en las explotaciones bajo abrigo, quizá sí en otro tipo de agricultura de grandes productores, pero no en los invernaderos”, sentencia Andrés Góngora.
Artículo publicado en la revista ECA FRUITS Ed. 19