“Cultiva Carbono es un incentivo para lograr una explotación más eficiente”
Europa habla de la huella de carbono, pero BALAM Agriculture con el proyecto Cultiva Carbono da un paso más, implementando un modelo de agricultura donde la reducción de emisiones y la fijación de carbono en suelo y planta, se convierten en créditos para el agricultor. Un incentivo para la modernización y la gestión más eficiente de algunas explotaciones, como por ejemplo el olivar.
Entrevista a José Luis Vaca, Director de Sostenibilidad y responsable de Cultiva Carbono de BALAM Agriculture.
Por Marga López Polo, periodista agroalimentaria (@Margalopez77)
¿Por qué surge el proyecto Cultiva Carbono?
En 2019 comienzan las conversaciones y talleres en el seno de la Comisión Europea sobre el carbon farming, siendo en 2021 cuando aparecen los primeros informes técnicos. También a nivel nacional se empieza a hablar de los créditos de carbono y con ello de un potencial ingreso para los agricultores. Una línea de trabajo donde BALAM Agriculture ya había comenzado a trabajar, a través del desarrollo de nuestros proyectos I+D+i, donde cuantificábamos el balance de carbono en nuestros olivares y el impacto que podría tener el uso de determinadas cubiertas vegetales, y ciertas prácticas agrícolas en este balance.
Y así fue cómo, poco a poco, nuestros clientes comenzaron a mostrar interés en este tema, y quisimos darle una respuesta ayudándoles a entender de qué se trataba esto del carbon farming, investigando cómo mejorar ese balance, cómo gestionar la venta de esos créditos. En ese camino, vimos que existía la necesidad de consultoría técnica específica, que podíamos brindar desde BALAM Agriculture.
Llevamos tres años trabajando en este proyecto: Cultiva Carbono es un servicio diferente, no tanto basado en una plataforma digital sino en un asesoramiento técnico que acompaña al agricultor para mejorar la explotación, el balance de la huella de carbono y la obtención y venta de créditos que reporte beneficios a la explotación.
Pero ¿en qué consiste exactamente este Programa Cultiva Carbono de BALAM Agriculture?
En primer lugar, tenemos que entender que la medición de la huella de carbono nos dice únicamente las emisiones que tiene la actividad agrícola, que se generan por la aplicación de productos, movimiento de maquinaria, por el riego, combustible, etc. En Cultiva Carbono hablamos del balance de las emisiones, donde se tiene en cuenta no solo esas emisiones sino también la absorción del propio suelo y del cultivo, que generalmente se produce por la parte vegetal de la explotación en las cubiertas y sus estructuras vegetales, como pueden ser setos y arbolados.
Una vez que obtenemos el balance, agrupamos a los agricultores en proyectos para asegurar la disponibilidad de un volumen de créditos considerables, resultando así más interesante para los compradores. Una vez creado el proyecto, se establece el marco legal bajo el cual se generarán los créditos, los estándares de medición, monitoreo, la vigilancia… lo cual es auditado y certificado por una entidad externa independiente.
El balance de la huella de carbono, tiene en cuenta tanto las emisiones como las absorciones
Y una vez obtenidos esos créditos, ¿cuál es el siguiente paso?
Es el momento de salir al mercado. Bien a través de negociaciones directas con grandes compañías que están dispuestas a comprar esos créditos para compensar de forma voluntaria sus emisiones, o bien participando en los mercados a través de compañías que hacen trading con estos créditos. En el caso de Cultiva Carbono, BALAM Agriculture cuenta, además con acuerdos con estas últimas que gestionan las negociaciones de dichos créditos en mercados internacionales, facilitándonos el llegar a los compradores finales.
Una vez vendidos los créditos, se van liquidando a los agricultores a un precio que va variando a lo largo del año según el mercado, registrándose en todo momento la fecha de la venta y el precio alcanzado.
¿Qué papel juega BALAM Agriculture en todo este proyecto?
BALAM Agriculture es una empresa de servicios, donde el trabajo diario con el cliente es muy estrecho. Y en Cultiva Carbono seguimos esta misma filosofía. Lo primero que hacemos, antes incluso de firmar cualquier acuerdo, es hacer una valoración inicial de la explotación, determinar si es adecuada para la participación de este programa, si realmente obtiene un balance de la huella adecuado para obtener rentabilidad. Porque hay explotaciones donde las emisiones son tan elevadas que no quedan compensadas por las absorciones o el tipo de cultivo no permite esa absorción. Una vez determinada la viabilidad del proyecto, realizamos un asesoramiento técnico presencial, explicándoles los requisitos legales, las prácticas agrícolas que deben llevar a cabo y cómo implementarlas para lograr un mejor balance. Realizamos un seguimiento, analíticas de suelo, acompañamiento en las autorías… Es decir, toda una serie de servicios y recomendaciones para intentar aumentar la rentabilidad en el área de huella de carbono sin perjudicar el equilibrio económico y el objetivo principal de una explotación, que es el de obtener un producto agroalimentario de calidad, rentable y sostenible donde la venta de créditos de carbono agrícola sea una actividad complementaria.
¿En qué cultivos se puede poner en marcha este programa?
En realidad, todos son aptos, pero sí es cierto que hay cultivos que tienen más emisiones que absorciones, y por lo tanto no van a poder generar esos créditos. En general, los cultivos de hoja perenne son los más propensos a estas prácticas y, por lo tanto, las explotaciones de olivar o cítricos son ideales. Pero también lo son el almendro o incluso la viña, donde implementando determinados manejos de explotación, con cubiertas vegetales, se puede mejorar su balance y obtener un gran volumen de créditos que compensen las inversiones necesarias para obtenerlos.
El olivar, los cítricos, el almendro e incluso la viña son cultivos aptos para la obtención créditos de carbono agrícola
¿Qué superficies están generando ya créditos bajo el proyecto Cultiva Carbono?
Nuestro primer proyecto piloto se registró en enero de 2023, fecha en la que empezamos el trabajo a nivel comercial y con la comercialización de créditos. Son 137 hectáreas ubicadas en nuestra finca El Valenciano (Carmona), y hemos tenido un volumen de 1.800 créditos que hemos vendido a través de diferentes brokers. Además, actualmente estamos en fase de verificación en otra explotación, que nos permitirá registrar 30.000 créditos, y a principios de 2024, tendremos otro proyecto de agricultores que suman más de 4.000 hectáreas.