Comienza la prórroga de la suspensión de los aranceles entre la UE y EEUU
El acuerdo entre la Unión Europea (UE) y EE.UU. para prorrogar por cinco años la suspensión de aranceles entró en vigor ayer, 11 de julio, en lo que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, considera una “vuelta al multilateralismo” de la Administración de Joe Biden.
Para Luis Planas, esto permite “al sector agroalimentario afectado por el injusto gravamen recuperar sus cifras de exportación en un mercado clave, por ser un importante escaparate”.
La disputa comercial afectó a 113 categorías de productos españoles de alimentación y bebidas (el 53,1 % de los exportados a Estados Unidos), que están entre los 20 productos más vendidos a dicho mercado, de acuerdo a los datos de la plataforma de sectores afectados por los aranceles.
La suspensión de los aranceles llega gracias a un acuerdo entre ambas partes suscrito el pasado mes de marzo; la decisión tomada en junio sobre su prórroga por cinco años entra en vigor este domingo, 11 de julio.
Una decisión sobre la que expresaron sus satisfacción fuentes del Ejecutivo, la industria y las organizaciones agrarias españolas, que calificaban de injusta la imposición arancelaria a un sector ajeno al conflicto comercial aeronáutico.
“Aceite de oliva, vinos, quesos, cítricos, aceitunas y conservas de pescados de origen español podrán volver a estar, sin restricciones ni aranceles adicionales, en uno de los mercados más importantes para los alimentos de España, como lo es Estados Unidos”, ha precisado Luis Planas.
El daño a las exportaciones
Estados Unidos fue el segundo destino principal no europeo de las exportaciones agroalimentarias españolas en 2020 (5,7 %), solo superado por China (11 %), según cifras de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Las ventas agroalimentarias en dicho ejercicio tuvieron un valor de 2.085 millones de euros, de acuerdo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
La disputa Airbus-Boeing comenzó en 2004, con las denuncias por los subsidios concedidos por ambas partes a las dos grandes compañías.
Condujo al establecimiento por parte estadounidense de represalias sobre productos de la UE por valor de 7.500 millones de dólares (6.172 millones de euros) y, posteriormente, por 4.000 millones de dólares (3.292 millones de euros) desde Bruselas a los productos de EE.UU.