Claro como el agua
Artículo de opinión por Esperanza Pérez Felices, alcaldesa de Níjar, sobre la necesidad del consenso sobre el agua.
Tan clara como el agua es la necesidad de encontrar una solución de consenso en la que administraciones, usuarios y concesionarios de bienes públicos destinados a la obtención o racionalización del agua lleguemos a un modelo que garantice la paz social en esta materia, así como el hecho de que cualquier duda en este sentido, en la ausencia de consenso que garantice la viabilidad del modelo agrícola almeriense, puede causar enormes daños a nuestra reputación. Puede, incluso, abrir un nuevo frente de ataque a nuestros detractores justo en el momento en que estamos cerrando otros por los que tradicionalmente hemos sido señalados. Y no sería muy inteligente darle armas al enemigo cuando hablando, tarde o temprano, se entiende la gente.
Podremos tardar más o menos en encontrar una solución, pero alguien tiene que dar el primer paso para sentarnos a hablar, dejar claras las líneas que en beneficio de todos no se pueden sobrepasar, como el respeto a los derechos de todos y cada uno de los actores en el mapa de esa solución del agua que debemos articular.
Yo le llamo mapa de la solución del agua al conjunto de acciones que moralmente estamos obligados a llevar a cabo para que el agricultor, base del pilar económico que sustenta a esta provincia, tenga la certeza de que sus cultivos van a tener garantizado el suministro dentro de un modelo consensuado, lógico y pensado para proyectarse al futuro, y no para poner parches a la realidad de un momento.
Llamo mapa de la solución del agua al conjunto de garantías que tenemos que aportar, entre todos, para que infraestructuras que llegan a nuestra provincia como el AVE o su Puerto Seco en Níjar, sean desde el principio motivo de satisfacción para quienes tanto han invertido en conectarnos a nuestros mercados, porque no olvidemos que si queremos obtener más de Europa, debemos demostrar que aquello que ya hemos recibido es motor de crecimiento y no se convierte en infraestructuras ociosas por culpa de falta de previsión interna. Llegados aquí no olvidemos una cosa muy importante y es que precisamente esta línea de alta velocidad y su centro logístico multiplataforma se idearon desde el primer momento como una vía dual, en la que mercancías y pasajeros compartan un trazado en el que precisamente las segundas, pueden aportar la verdadera rentabilidad a una obra nada sencilla.
Dicho esto, el porqué y para qué de esta necesidad de consenso, toca centrarse en hacerlo posible, identificar a quiénes les toca actuar y cómo hacerlo.
Tan claro como el agua es el hecho de que tenemos la obligación de articular espacios de entendimiento para que las posturas se acerquen hasta un escenario de consenso.
Y tan claro como el agua es que tanto Junta de Andalucía y demás administraciones como incluso los ayuntamientos, y en lo que nos toque será el de Níjar, tenemos la obligación de propiciar esa solución poniendo límites donde sea necesario, pero dejando libertad de configuración de soluciones a quienes realmente convierten el agua en la materia prima de nuestro modelo económico.
Creer en la agricultura, en nuestro futuro, en las ventanas de oportunidad que se nos abren con la llegada del AVE, Puerto Seco, la recuperación y optimización del modelo de desalación o mejora de las infraestructuras para regadío, es creer en territorios como Níjar, entre muchos otros. Es creer, realmente, que tenemos la oportunidad de usar esa llave que nos ha dado Europa tras la pandemia de la Covid, como son los Fondos de Recuperación y Resiliencia, para resetear nuestro presente y adaptarlo a las mejores condiciones posibles para afrontar un futuro con nuevas reglas de juego condicionadas por el cambio climático. Y por todo ello, claro como el agua, es que quien no esté dispuesto a participar en la articulación de los verdaderos consensos, sobra en la ruta que debe trazar el mapa de la solución del agua para Almería.