“Calor extremo y sin precedentes”, ¿qué futuro le depara al sector agro?
Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, publicó ayer un informe que hace saltar todas las alarmas climáticas para el futuro de la Unión Europea y en concreto, para el sector agroalimentario español, ya que analiza los datos registrados de temperaturas en 2022, presagiando previsiones similares para los próximos años: calor y sequía sin precedentes.
Por Míriam Pérez Mena, periodista especializada en política agroalimentaria. (@mperezmen)
“Un calor extremo sin precedentes y una sequía generalizada marcan el clima europeo en 2022”, así reza el titular del informe que ha abierto las portadas de la mayoría de medios de comunicación generalistas. Por resumir, los principales datos aportados son:
En 2022:
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España: situación, medidas y previsiones
Estos datos, afectan directamente al presente y el futuro del campo español. “Desde el 1 de octubre, fecha de inicio del año hidrológico, la reserva hídrica ha disminuido un 23,5%”, así lo afirmaba el Ministro Luis Planas en una entrevista a una cadena de televisión esta misma mañana.
El titular del Ministerio de Agricultura recordaba, una vez más, la severa sequía que está sufriendo el campo español. Aunque, no se atrevía a hacer un pronóstico de producción, “aunque hacemos un seguimiento diario de la evolución de los cultivos de verano, sabiendo que en unas zonas se está sembrando y en otras se está esperando”.
Respecto a las medidas, Planas, consciente de la disminución de producciones como el aceite de oliva, los cítricos o la fruta de hueso, apuesta por dos líneas de trabajo: a corto y a largo plazo. “Tal y cómo confirma Copernicus, estamos en un nuevo escenario y tenemos que luchar por que las temperaturas en nuestro planeta y en Europa aumenten, pero también por adaptarse, con un regadío sostenible, y la reutilización de aguas recicladas para la producción alimentaria”, confirmando que se ha pedido a la Unión Europea, «flexibilización de las medidas de la PAC en este sentido».
Y concluía, “Hay que mirar al mañana y al pasado mañana con medidas estructurales, algunas vinculadas al regadío, como la inversión de 2130M€ , en modernización o en adaptación de semillas y plantas y consecución de variedades vegetales menos necesidad de agua y productos fitosanitarios”.
Las intenciones son buenas, seguiremos pendientes del cielo y de las medidas reales para ayudar a solventar la que sin duda, es una de las peores crisis de sequía de la historia del sector agro español.