Asaja exige un plan de choque para recuperar el agro andaluz
La pandemia y la declaración del estado de alarma han tenido enormes repercusiones que han afectado a todos los sectores productivos en mayor o menor medida. Asaja exige un plan de choque para la recuperación del sector agrario andaluz.
El sector agrario, que ya estaba “tocado” antes de su declaración, ha salido con algunos de sus subsectores “hundidos”, especialmente aquellos más dependientes del canal Horeca y de la actividad en la calle, como la flor cortada y los sectores cárnicos. Así, lo ha puesto de manifiesto el presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, en su intervención ante la subcomisión para la Reactivación Económica del Parlamento de Andalucía.
Antes del plantear las propuestas de la organización para superar esta situación el presidente de ASAJA-Andalucía ha recordado que “en todo este periodo agricultores, ganaderos, cooperativas y empresas agroalimentarias han hecho un esfuerzo adicional para atender la desbordada demanda de los momentos iniciales y para evitar el desabastecimiento, por lo que tanto los ciudadanos como los gobernantes han podido comprobar con alivio que el suministro alimentario en España no peligraba, los agricultores estábamos ahí para garantizarlo”.
Sin embargo, ha añadido Serra, “este esfuerzo no ha encontrado la respuesta adecuada ni en la Junta de Andalucía, ni en el Gobierno de España ni en la Comisión Europea”. Esta última, presentó a finales de mayo las estrategias del “Green Deal” (“De la granja a la mesa” y “Biodiversidad en el Horizonte 2030”), “dos propuestas que cercenan las posibilidades de desarrollo de la agricultura y la ganadería europeas y limitan aún más la rentabilidad del sector y sus posibilidades de competir con terceros”.
Con tantas trabas es difícil que la agricultura sea la palanca que impulse el crecimiento y el empleo, puesto que como ha recordado Serra “los problemas que sacaron los tractores a las carreteras antes de la crisis sanitaria se han agravado: los precios en origen continúan hundidos, los cambios en la PAC generan más incertidumbre y las nuevas barreras comerciales limitan aún más nuestras exportaciones”.
El presidente de ASAJA-Andalucía, dentro del plan de choque expuesto, ha presentado una propuesta de actuación en tres niveles: el europeo, el nacional y el autonómico. Y ha pedido la colaboración de todas las administraciones para fortalecer el sector agrario y su capacidad de respuesta.
En el nivel autonómico el presidente de ASAJA-Andalucía, sobre su plan de choque, ha centrado el foco en la oportunidad de financiación del sector que abrió el Parlamento Europeo el pasado viernes al permitir reprogramar los fondos del Plan de Desarrollo Rural no comprometidos del periodo actual (2014-2020) para destinarlos a financiar a los subsectores en crisis. Esta medida daría oxígeno a aquellos agricultores y ganaderos que están en una situación más delicada.
Respecto al Gobierno central, Ricardo Serra, le ha recordado que la Comisión Europea le concede la posibilidad de autorizar hasta 120.000 euros por explotación, si bien, además de la cuestión de la financiación, “el Gobierno Central tiene en su “debe” con el sector todos los compromisos que asumió cuando los tractores estaban en las calles y que pasan por una solución al problema de los precios, mayor presión para que se retiren los aranceles arbitrarios a nuestras producciones, resolver la digitalización del sector en el medio rural, modernizar los regadíos y atender a los retos de comunicación e innovación, entre otros”.
En el caso de la Comisión Europea, tal como ha indicado Serra, “el plan de choque pasa necesariamente por reformular las estrategias del “Green Deal” y por aprobar un presupuesto y una filosofía adecuada para la nueva PAC que evite que los agricultores y ganaderos europeos pierdan competitividad y capacidad productiva”.
Por último, el presidente de ASAJA-Andalucía ha recordado que Andalucía es la primera región agraria de España, ya que cuenta con más superficie agraria útil y con mayor número de productores, más de 232.000 agricultores y ganaderos que con su actividad aportan el 10% del empleo de la comunidad, generan el 11% del PIB y son decisivos en el reequilibrio de nuestra balanza comercial, puesto que el 60 de sus producciones se destinan a la exportación.