ASAJA-Andalucía aplaude el voto en contra de las OPAS ante la propuesta del CGC
El voto de ASAJA, COAG y UPA en contra de la propuesta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC) ha evitado el chantaje y ha logrado poner el objetivo en el más que discutible funcionamiento de una interprofesión acostumbrada a relegar a los citricultores al último rincón de la sala.
La imposición y el juego sucio constituyen, una vez más, las señas de identidad de quienes parapetados tras las siglas de la industria pretenden manejar la Interprofesional Citrícola Española de la naranja y la mandarina (Intercitrus) en beneficio exclusivo de una de las partes.
ASAJA-Andalucía, organización que lleva años denunciando las malas prácticas de la industria en Intercitrus, demandando mejoras y exigiendo el traslado de su sede a la capital de España, aplaude la firmeza mostrada por los representantes de los productores en el último comité, celebrado el pasado viernes, en el que, ante la falta de voluntad de los industriales para llegar a acuerdos que vayan más allá de la promoción y que ofrezcan el marco adecuado para unas relaciones comerciales justas para ambas partes, rechazaron aprobar la extensión de norma de la interprofesión propuesta por el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), los representantes de la industria en Intercitrus.
Las organizaciones interprofesionales agroalimentarias, reguladas por la Ley 38/1994, de 30 de diciembre, constituyen un foro privilegiado para debatir, consensuar y resolver algunos de los problemas que arrastran los distintos sectores productivos, y sobre todo, ofrecen la posibilidad de sentar en la misma mesa a prácticamente toda la cadena de valor de un producto. Las Interprofesiones cuentan además con la “extensión de norma”, una poderosa herramienta que faculta a la interprofesión para hacer extensivos sus acuerdos a todo el sector (productores, transformadores y envasadores).
Tal como manifiestan algunos de los representantes de ASAJA presentes el pasado viernes en el comité “no se nos puede culpar de vetar una promoción cuando ni siquiera se respetan nuestros derechos a la hora de vender lo que producimos. Necesitamos que el sector sea rentable, pero que lo sea en su conjunto”. Las mismas fuentes piden un giro en el Comité de Gestión de Cítricos que “debe comprender que dialogar no implica imponer, y que la Interprofesional necesita conexión y acuerdos integrales”.
Los productores, especialmente en el Levante español, llevan años sufriendo fórmulas de compra y de pago poco claras. Y tal y como denuncian los representantes de la producción se establecen descuentos injustificables, con clasificaciones y destríos no comerciales, que se fijan sin la presencia del agricultor. En muchos casos, sin contrato, y cuando lo hay, es palmaria la falta de transparencia de muchos de ellos, con conceptos opacos, en los que no se distingue la base imponible del IVA.
Por todo ello, ASAJA-Andalucía, que ya en su día y ante la operatividad de Intercitrus renunció a acudir a las reuniones para no participar en el paripé, se suma a las demandas de los representantes de los citricultores y pide respeto y ecuanimidad para todos los eslabones de la cadena alimentaria. Antes de invertir ingentes cantidades en campañas de promoción, que tal y como está montado el tinglado no repercuten en el agricultor, ASAJA-Andalucía exige que se aborde esa promoción integral pero arreglando previamente los problemas internos que suscita el contrato de compraventa, con una extensión de norma que garantice la viabilidad del proyecto.
Son múltiples las amenazas a las que se enfrenta el sector citrícola español: la competencia desleal de países terceros, las nuevas plagas y enfermedades que ya están arruinando otras regiones citrícolas, la falta de controles en las fronteras, el reiterado incumplimiento del tratamiento en frío… Las relaciones con los industriales no deberían ser una más.