La agroindustria y los productos frescos, entre las prioridades del gobierno ecuatoriano para atraer inversores
El PIB de Ecuador creció en el año 2014 un 4%. Es el tercer país latinoamericano con menos desempleo. Y en los últimos siete años, el gobierno de Rafael Correa ha hecho una fuerte inversión en educación y ha priorizado la formación de los jóvenes. Es una zona con “estabilidad política y relativa paz”. Además, el Ejecutivo ha puesto en marcha una larga serie de medidas para incentivar la inversión de empresas extranjeras y para garantizar la seguridad jurídica. Estas son las razones que el embajador ecuatoriano en España, Miguel Calahorrano, aportó ayer a las decenas de empresarios que se reunieron en Valencia en un evento organizado por el diario Expansión.
El embajador insistió en que la política social de Correa ha contribuido a crear un entorno seguro para los inversores. Aportó algunos datos, como que en los últimos siete años un millón y medio de personas han salido de la pobreza, o que el 14% del PIB se está dedicando durante el año 2015 a la inversión en infraestructuras educativas, equipamiento tecnológico y becas para grandes universidades. También se prioriza la sanidad, añadió, y se incluye en la Constitución una referencia a los “derechos de la Naturaleza”.
Incentivos fiscales para la inversión
Los representantes ecuatorianos insistieron en los atractivos diseñados específicamente para atraer a las empresas extranjeras. José Luis Cabascango, jefe de la Oficina Comercial Pro Ecuador, desgranó las facilidades puestas en marcha por el Gobierno. Son especialmente ventajosas, afirmó, para los “nueve sectores priorizados”. Entre ellos, citó la agroindustria y los productos frescos y procesados. Explicó que se ha creado un “marco jurídico actualizado”, con la redacción del Código Orgánico de la Producción. Tanto los impuestos a la renta como los que gravan la salida de divisas pueden llegar a ser del 0%, siempre que se cumplan los requisitos establecidos, como que el dinero que sale del país vuelva a él con inversiones, como la compra de maquinaria.
Cabascango y Calahorrano reconocieron que en los últimos años Ecuador ha sufrido una crisis por la bajada del precio del barril de petróleo. La causa principal es que el país tiene como moneda el dólar desde los graves problemas bancarios que atravesó en el año 2000. Esta circunstancia es positiva para los inversores porque les proporciona un marco monetario solvente, pero es negativa para la soberanía económica de Ecuador, que no puede, por ejemplo, devaluar su moneda. Esto ha llevado al gobierno a establecer algunas barreras temporales a la importación, destinadas a evitar que la población acuda a surtirse de algunos bienes a los países vecinos, que tienen mejores precios porque sí han devaluado. Varios empresarios presentes se quejaron de esta circunstancia.
Ejemplo de empresa agroalimentaria española inversora
Rafael de Tomás, director internacional de Tecnoagro, fue uno de los invitados a participar en el coloquio. La compañía tiene base en Valencia, se dedica a la fabricación de fertilizantes y es un ejemplo de internacionalización, ya que opera en más de 50 países. De Tomás narró las dificultades y ventajas del caso de Ecuador. Afirmó que es un país “con muchas oportunidades” y se mostró satisfecho con la labor del gobierno. Entre los problemas, se quejó de los aranceles e intensificación de algunos requisitos técnicos para la importación, e invitó a los representantes del Gobierno a “valorar” esta situación.
De Tomás destacó la atención que el inversor español debe prestar a las peculiaridades culturales de la zona. Explicó que es necesario cambiar nuestra manera “directa” de abordar los asuntos en una negociación, puesto que el trato en el país andino es normalmente más cortés y suave. Otra recomendación fue la importancia de “hacer una investigación previa de mercado antes de exportar. Cada viaje debe ser preparado como un examen”.