Señor Garzón, los agricultores y ganaderos nos importan ¿Y a usted?
Artículo de opinión de José Estaban Ruiz, periodista agroalimentario, sobre las últimas acciones del Ministerio de Consumo y su titular Alberto Garzón, en relación al sector agrícola y ganadero de nuestro país.
El campo centra su mayor preocupación en estos momentos en salir adelante. Los costes de producción se han disparado. Pagan hasta un 270% más por su gasto en energía eléctrica, el valor de los fertilizantes ha subido hasta un 300% en el último año, el precio del gasóleo agrícola ha aumentado por encima del 70%… Se suceden movilizaciones para reivindicar un auténtico plan de choque gubernamental para paliar el hundimiento de la rentabilidad de las explotaciones agrarias. Una difícil situación que afronta el campo y que amenaza con dejar por el camino a parte de las explotaciones agraria que en este país generan alimentos de primera necesidad. España es un referente productor agroalimentario, una eminencia exportadora, con una producción agraria que ronda el 10% del Producto Interior Bruto.
Y en estas, parece que el Ministerio de Consumo anda poco alineado con los agricultores y ganaderos. Sus mensajes dejan helados a los profesionales del campo. Se ha empeñado en promocionar las frutas y hortalizas como alimentos baratos. Quizá no sea el momento, o quizá no lo sea nunca dado su valor saludable. Pero también se esfuerza en alentar a los consumidores a reducir la incorporación de ciertas carnes en su dieta.
Como bien sabe el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con el que parece mantener escasa comunicación la cartera que comanda Alberto Garzón, dada la falta de coordinación, los agricultores y ganaderos están soportando todo el peso de esa subida de costes de producción, sin ver repercutidos los mismos en los ingresos que obtienen por la venta de sus productos.
Cabe recordar que de todos es sabido –entiendo que por el Ministerio de Consumo también– que agricultores y ganaderos forman parte del eslabón más débil de la cadena y en lugar de administraciones que le pongan el pie encima y los hagan descender a los infiernos hasta desaparecer, necesitan manos amigas, que se alineen con ellos para garantizar la producción de alimentos, en lo que España es un referente mundial, y debe seguir siéndolo. Para ello es necesario que la agricultura y la ganadería sean rentables. Hablamos de aquellos habitantes de este país que un día fueron considerados como héroes, que todos nos dimos cuenta de que son imprescindibles.
¡Qué pronto queda todo en el olvido! ¿Cómo se les ayuda promocionando sus productos al grito de que son baratos? ¿Es que cuesta poco producirlos? ¿No merece la salud ser valorada en su justa medida? ¿Ayudamos a que la sociedad deje de lado la carne y de esta forma acabamos con nuestra ganadería?
Son preguntas que me hago tras ver las últimas campañas promocionales y acciones que desde el Ministerio de Consumo se han lanzado.
Aún no me he recuperado de la perplejidad que me produjo ver cómo en el conjunto de verduras de temporada que recogía este Ministerio del señor Garzón para el mes de noviembre, en una campaña en redes sociales #ComerDeTemporada, se olvidaba de los productos de máxima calidad de Almería, de los que se cultivan todo el año –y en noviembre obvio que también- en sus invernaderos con unas técnicas, además, acordes a las prácticas sostenibles, primando el control biológico de plagas. Además lo hacía con el lema ‘Barato, Sano y Sostenible’…dale con la promoción propia de un supermercado en la que se ha enredado este Ministerio que pagamos todos, por cierto; los agricultores y ganaderos también.
Pues bien, en noviembre, se ve que el pimiento, tomate, berenjena, calabacín o pepino, entre otros, no son de temporada en España. ¿Almería no es de este país? Habría que preguntárselo a Garzón. Solo tenía que haber consultado a su ‘colega’ en el Gobierno, el señor Planas, en cuyo Ministerio sí tienen claro que las hortalizas de Almería son de temporada todo el año.
Pero aún no recuperado, me encuentro con su recetario también saludable y barato, a base de productos hortofrutícolas…Bueno alguna que otra receta introduce algo de pollo y pescado…alimentos de los que presumimos en España, de los que en el Ministerio de al lado si tienen claro que hay que ponerlos en valor porque como dice su campaña ‘Somos el país más rico del mundo’. La base del recetario, por su carácter saludable, merece poca discusión. Lo que vuelve a clamar al cielo es la cesta de la compra. Insistimos en que son productos baratos. Y lo son, sí, pero para los bolsillos de los agricultores que los producen, a los que pagan por ellos a veces menos de lo que les cuesta producirlos. Pero para el consumidor, permítanme que lo dude.
Los márgenes abusivos en la cadena lleva COAG denunciándolos desde mayo de 2008 en su informe mensual denominado IPOD, Índice de Precios en Origen y Destino, en el que analiza el valor de los alimentos agrícolas y ganaderos para el productor y para el consumidor. Mes a mes podemos observar, sin que nada cambie, como del campo a la mesa aumenta los márgenes, se multiplican de media un 400%, llegando a presenciar incrementos, en unos y otros productos, superiores al 1000%. ¿Son baratos? ¿Para quién? ¿Hay un reparto equitativo en la cadena? Libros y libros se pueden escribir sobre este asunto ante el que poco o nada se hace, porque los pocos y tímidos intentos de mejorar la situación, dado que nada cambia, son un fracaso.
Pero para el Ministerio de Consumo tengo otra apreciación. Un reproche que recientemente hacía el secretario provincial de COAG Almería sobre las condiciones de baja calidad en las que se encuentran algunas hortalizas en los lineales de los supermercados. Las mantienen a vista y disposición de los consumidores a pesar de su estado de pudrición en algunos casos. Comparto así la pregunta a Garzón que le hacía Góngora, ¿se permitiría que estuvieran expuestas al público carnes en proceso de descomposición? Pues lo mismo con las hortalizas, porque desgraciadamente sin calidad algunas, estos alimentos de los que hablo, en algunos casos, mantienen precios similares a los de primera calidad. Una estrategia que evidentemente no alienta al consumo. ¿Podría hacer algo el Ministerio en estos casos?
Señor Garzón, los agricultores y ganaderos de este país son parte importante de su pasado y de su presente. Y quieren y queremos que lo sigan siendo en el futuro.