El peligroso impacto de la estrategia “Farm to Fork”
La Comisión ha publicado el esperado informe sobre el impacto en el sector de la estrategia “De la Granja a la Mesa” (Farm to Fork).
Por: Asaja Almería
En todos los posibles escenarios contemplados el efecto de la aplicación de la estrategia Farm to Fork, con una reducción drástica del uso de insumos en agricultura y ganadería, hace prever una reducción sin precedentes tanto de la capacidad de producción de la UE como de los ingresos de agricultores y ganaderos europeos.
Del informe elaborado por el Joint Research Center (*JRC) europeo se desprende que la reducción de las emisiones agrícolas en Europa podría llegar al 28,4% gracias a la aplicación del conjunto de estrategias previstas por la Comisión. Este hecho, que sería consecuencia de la pérdida de producción agrícola, tendría como grave contrapartida los aumentos de emisiones en los terceros países para compensar esta bajada de productividad europea.
Hace más de un año que las organizaciones sectoriales pedíamos una evaluación objetiva de las medidas que se quieren aplicar en el marco de la estrategia “De la granja a la Mesa”. Las fechas y las formas en que ha sido publicado el informe, evidencian una clara intención de que éste pase lo más desapercibido posible dado que todos los sectores productivos y en especial la ganadería, salen bastante perjudicados con descensos de producción del 5% al 15%. Las conclusiones de este informe no hacen más que confirmar las malas predicciones de la mayoría de los estudios ya realizados sobre este asunto.
IMPACTO NEGATIVO EN LOS COSTES
El incremento medio de los costes de producción sería del alrededor del 10%, con el evidente impacto negativo para la mayoría de las rentas de agricultores y ganaderos. La carne de vacuno aumentaría de un 14 a un 24% de precio por la reducción de la cabaña, y las importaciones no compensarían la caída de oferta de la UE.
Este incremento de precios podría llevar a un impacto positivo en la renta de los ganaderos que desgraciadamente en la práctica no se acabaría de materializar por la reducción de la demanda y por las importaciones a precios más baratos. Es decir, la disminución de oferta interna prevista del 16% llevaría a la disminución de la demanda, y viceversa, empeorando el acceso económico del consumidor a la carne de vacuno.
También el sector de los cereales sufriría una reducción de renta puesto que el incremento del 8,2% de precios al productor no compensaría la caída del 11% del rendimiento.
Los resultados del modelo aplicado muestran el empeoramiento de la balanza comercial en varios sectores, y en el caso del vacuno, el incremento de las importaciones de Australia, Nueva Zelanda y los países del Mercosur, triplicaría los contingentes arancelarios y los acuerdos bilaterales.
A pesar del claro compromiso del sector a afrontar los cambios necesarios para la reducción de emisiones, la brecha entre los productores europeos y nuestros competidores internacionales será cada vez más grande llevando a una situación totalmente insostenible para nuestros ganaderos. La Unión Europea por lo tanto tiene que pensar en clave global si no queremos que se produzca una deslocalización de nuestras producciones.
Hace falta por lo tanto considerar las consecuencias de las que alerta el informe para elaborar los planes estratégicos de los próximos meses y las políticas en general que afecten a nuestra ganadería. Desde Asoprovac esperamos que este documento pueda ser utilizado como una base sólida para reflexionar y debatir con nuestras Administraciones sobre si la dirección tomada es la correcta, pues nuestra soberanía alimentaria está en peligro.