La mandarina Nadorcott cambia la agricultura
Ganar dinero en campo y como Nadorcott lo reinventa. La mandarina tardía Nadorcott es paradigma de nueva citricultura. Es un cambio revolucionario en el campo y ha sido la solución del agricultor en tiempos necesarios para la superviviencia. Es, en palabras de muchos agricultores un “…menos mal que aposté por ella”.
La mandarina Fortuna se iba a pique por la Alternaria que atacaba a esta variedad, después de haber sido estrella. Nadorcott se postulaba como alternativa para poder seguir en este mundo citrícola. Y sorprendió más de lo esperado. Nadorcott empezó a ser y sigue siendo una mandarina que hace que el agricultor gane dinero.
La realidad de su rentabilidad es un hecho, puesto que su árbol trabaja, rinde y es vigoroso. Su cultivo tiene muchas ventajas que la hacen muy sostenible y compatible con el medio ambiente, como es su poca necesidad de agua. Pero Nadorcott es mucho más. Es genuina, porque permite la continuación de un sector, porque hace que los que apuestan por ella vean un retorno económico y un dinero que les ha permitido continuar dando puestos de trabajo, dinamización y alegría en el campo.
Nadorcott sorprende al agricultor a todos los niveles. Permite la continuación de La Fortuna – valga el término varietal y la realidad de muchos agricultores-, cuaja perfectamente, en campo y en el lineal. Sorprende por su color, forma, sabor, gusto y posibilidades y entusiasma por su modelo de gestión.
El Club de Variedades Vegetales Protegidas rompe “el hielo y el caparazón” y abandera la gestión de esta variedad vegetal protegida. Dar valor y valorizar al agricultor y a la citricultura, ha sido su manifiesto. Desarrollar y dar garantía de legitimidad la base de su modelo. Un modelo abierto a elección de aquellos agricultores que decidieron y siguen apostando por su plantación y desarrollo.
Es un “menos mal” que disponer de ella me permite seguir en este competitivo sector. Porque cada año, cada temporada, consigue que el agricultor haga un “cierre” en positivo. Nadorcott ha cambiado todo el panorama, haciendo que la citricultura española distinga dos temporadas; la primera, calidad y cantidad con precios muy competitivos, la segunda, donde Nadorcott reina entre las mandarinas tardías y marca altos precios que dan a cierre beneficios en el campo.
Esta variedad llega en el momento necesario y ofrece más de lo que cualquier agricultor pudiera esperar. Aquí el dicho “el que no arriesga no gana” ha valido la pena, y mucho, para todos aquellos agricultores que disponen de ella.
La primera, la original, la rentable y la que te hace ganar. Menos mal,… es lo que repiten aquellos agricultores que apostaron y siguen apostando por esta variedad.
Queda en la historia, como anécdota y como evolución del sector. Nadorcott abre un nuevo camino, que es seguido por sucesoras. Pero ha sido la primera, la que ha dado el respiro. Es actualmente el pulmón económico de este sector, que gracias a sus beneficios ha podido continuar, transformar explotaciones agrícolas, seguir con el desarrollo y hacer que los agricultores vuelvan a disponer de un reconocido dinero, al final de una larga y dura campaña.