El sector porcino trabaja para lograr en 2050 un impacto climático neutro
El sector porcino está logrando grandes avances en la reducción de emisiones GEI, agua y energía, en la reutilización de purines y en la mejora del manejo y alimentación del ganado para reducir la contaminación.
El director de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC), Alberto Herranz, asegura que “los profesionales del sector porcino están trabajando minuciosamente para avanzar en los objetivos de reducción establecidos por la Comisión Europea y alcanzar en 2050 un impacto climático neutro de la actividad tanto en emisiones GEI como en impacto en suelos, agua o aire”.
Herranz recuerda que actualmente las emisiones GEI del sector porcino representan menos del 2% de todas las GEI producidas en España, y dicho porcentaje se viene reduciendo año tras año, de forma que es posible pensar, incluso, en adelantar ese objetivo”.
Prevención integrada de la contaminación en el sector porcino
El director de INTERPORC subraya que “no solo cumplimos con la normativa más exigente del mundo en el respeto al medio ambiente, que es la europea, sino que además en España hemos ido mucho más allá, con un modelo de producción propio basado, entre otros aspectos, en la prevención y control integrados de la contaminación”.
El sector porcino, incide, “no solo trabaja, sino que además invierte mucho tiempo y dinero en el estudio y desarrollo de nuevos sistemas de reutilización de purines para la generación de energía, recuperación de aguas y la fabricación de fertilizantes no contaminantes”.
Además, añade el director de INTERPORC, “cada día se mejoran los sistemas de alimentación y manejo del ganado con el fin de reducir al máximo, la generación de malos olores y cualquier tipo de contaminación de la actividad”.
Los ganaderos del sector porcino “están muy concienciados y son los primeros interesados en cuidar del entorno: preservando el medio ambiente protegemos nuestra actividad”.
Todo esto, concluye Herranz, nos ha llevado, en los últimos años, a reducir un 22% las emisiones GEI, a que nuestras granjas generen un 50% menos de purines, o a reducir un 30% el consumo de agua por kilo de carne producido.