Cítricos: un sector que puede con todo
Por Cirilo Arnandis Núñez, Presidente de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana
La campaña citrícola 2024-2025 comenzó con aforos que apuntaban a una baja producción (5,841 millones de toneladas),
en la línea del ejercicio anterior, pero casi un 9 % por debajo de la media de los últimos 7 años. Sin embargo, estas cifras
requerían de un análisis más pormenorizado.
Mientras en la Comunitat Valenciana se apuntaba a un descenso productivo del 7,26 %, en Andalucía se esperaba un
crecimiento de un 19,2 % frente a la campaña anterior. Por familias, la merma de producción en naranjas en la Comunitat
(-8 %) se compensaba con un aumento de un 22 % en Andalucía. A esto había que sumar otros factores como una menor producción de mandarinas, la vecería de los limoneros tras una campaña 2023-2024 de récord, o el impacto estimado de diferentes fenómenos meteorológicos, para conformar una foto que, aunque parecía casi igual en su conjunto, resultaba diferente en el detalle.
Los bajos calibres en determinadas variedades se vieron mitigados en zonas como Andalucía con las primeras precipitaciones
tras dos años de sequía. Así, la primera parte de campaña se ha desarrollado con buenos resultados, tanto en el mercado en fresco como en el sector industrial, siendo espoleado este último por la menor producción en países como Brasil.
En un escenario de consumo de cítricos en retroceso y de ausencia de frío durante las primeras semanas de campaña en los principales países de destino, era sin duda una buena noticia para el sector.
El 29 de octubre, la DANA provocó graves daños en la provincia de Valencia, y una tragedia humana sin precedentes. Si bien muchas localidades tratan de recuperar la normalidad tras su devastador impacto, el sector citrícola se ha sobrepuesto al golpe y sigue cumpliendo sus compromisos con clientes, consumidores y con la sociedad. Unas 17.000 hectáreas de cítricos se vieron afectadas por la DANA. Una cifra relevante, sin duda, pero limitada en el conjunto nacional (alrededor de 300.000 hectáreas).
Gracias al esfuerzo de las cooperativas para poner nuevamente en marcha sus estructuras de producción y sus instalaciones, al
restablecimiento de las comunicaciones afectadas y al impacto positivo que han tenido las lluvias en otras regiones productoras,
la citricultura española estará en disposición de abastecer a los mercados con productos de la máxima calidad.
La DANA, sin embargo, nos demuestra que el cambio climático es una amenaza significativa, un reto que debe afrontarse
a corto y medio plazo para garantizar la posición de liderazgo de la citricultura española. No solo en lo referente a los fenómenos
meteorológicos extremos, sino también al riesgo de adaptación a nuestro entorno de plagas y enfermedades procedentes
de terceros países.
Ante esta derivada, el sector debe trabajar en la adopción por parte de las autoridades comunitarias de cláusulas espejo y en el impulso de una reciprocidad que garantice que todos los países tienen las mismas normas de producción. Este elemento cobra especial importancia en un escenario en el que las políticas europeas están reduciendo significativamente la cantidad de materias activas disponibles para su uso, sin que haya en algunos casos alternativas biotécnicas o biológicas eficaces, mientras que otros países acceden a nuestro mercado haciendo uso de los fitosanitarios cuyo uso se prohíbe a los agricultores europeos.
Artículo de opinión publicado en la revista ECA Fruits ED. 25