Los precios mundiales de los productos alimenticios alcanzan su nivel más elevado desde abril de 2023
El indicador de referencia de los precios mundiales de los productos alimenticios alcanzó en noviembre su nivel más elevado desde abril de 2023, con un incremento del 0,5 % desde octubre, impulsado por el alza de las cotizaciones internacionales de los aceites vegetales, según comunicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO aumentó en noviembre un 7,5 % desde octubre, lo que supone su segundo aumento notable en dos meses y un 32 % más que su nivel de hace un año. Los precios mundiales del aceite de palma siguieron subiendo ante la preocupación por una producción inferior a la prevista como consecuencia del exceso de precipitaciones en el Asia sudoriental. Los precios mundiales del aceite de soja subieron a causa de la demanda mundial de importaciones, mientras que las cotizaciones de los aceites de colza y girasol aumentaron después de que la posible reducción de la oferta mundial afectara a sus respectivos mercados.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO mantuvo su tendencia alcista en noviembre, con un incremento del 0,6 % desde octubre, impulsado por el repunte de la demanda mundial de importaciones de leche entera en polvo. Los precios de la mantequilla alcanzaron un nuevo récord ante la fuerte demanda y las escasas existencias en Europa occidental, mientras que los precios del queso subieron debido a las limitadas disponibilidades exportables.
Los demás subíndices registraron descensos en noviembre. El índice de precios de los cereales de la FAO cayó un 2,7 % y se situó un 8,0 % por debajo del porcentaje alcanzado hace un año. Los precios mundiales del trigo disminuyeron debido a la mayor debilidad de la demanda internacional de importaciones y al incremento de los suministros procedentes de las cosechas en curso en el hemisferio sur. Los precios mundiales del maíz se mantuvieron estables, ya que la fuerte demanda interna en el Brasil y la demanda de suministros procedentes de los Estados Unidos de América por parte de México se vieron compensadas por el clima favorable en América del Sur, la menor demanda de suministros ucranianos y la incidencia estacional de la cosecha en curso en los Estados Unidos de América. El índice de precios de la FAO relativo a todos los tipos de arroz disminuyó un 4,0 % en noviembre, impulsado por la mayor competencia de mercado, la incidencia de la cosecha y las fluctuaciones monetarias.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 2,4 % desde octubre, al verse afectado por el inicio de la campaña de molienda en la India y Tailandia y el alivio de la preocupación por las perspectivas de cultivo de caña de azúcar el año próximo en el Brasil, donde ha mejorado la humedad de los suelos gracias a las precipitaciones recientes.
El índice de precios de la carne de la FAO disminuyó un 0,8 % en noviembre, debido principalmente a la bajada de las cotizaciones de la carne de cerdo en la Unión Europea, a raíz de la abundante oferta y la persistente atonía de la demanda mundial e interna. Los precios mundiales de la carne de ovino y de aves de corral registraron una ligera caída, mientras que las cotizaciones internacionales de la carne de bovino se mantuvieron estables, al verse compensado el aumento de los precios de la carne brasileña destinada a la exportación por la disminución de los precios de la carne australiana.
Los cereales
Se estima que la producción mundial de trigo en 2024, fijada en 789 millones de toneladas, se situará al mismo nivel que en 2023, mientras que la de maíz disminuirá un 1,9 % respecto del año anterior, y se ubicará en 1 271 millones de toneladas, a raíz de rendimientos inferiores a los previstos en los Estados Unidos de América y la Unión Europea. El pronóstico de la FAO relativo a la producción mundial de arroz en 2024/25 ha cambiado ligeramente y apunta a un incremento anual del 0,8 % hasta alcanzar la cifra récord de 538,8 millones de toneladas.
En 2025, la atenuación de los precios del trigo podría desalentar las ampliaciones de la superficie sembrada con cultivos de trigo de invierno, cuya siembra ya está en marcha en el hemisferio norte. Unas precipitaciones inferiores a lo normal en las principales regiones de cultivo de trigo de la Federación de Rusia han tenido como consecuencia un bajo nivel de humedad de los suelos, lo que ha afectado las operaciones de siembra. Por el contrario, en China y la India, la humedad de los suelos y las políticas gubernamentales de apoyo favorables, sumadas a unos precios remunerativos, deberían estimular la ampliación de las plantaciones.
En el hemisferio sur está en marcha la siembra de los cultivos de cereales secundarios. Los primeros indicios sugieren una contracción de la siembra de maíz en la Argentina, a causa de las condiciones secas y el riesgo de la enfermedad de achaparramiento o raquitismo del maíz transmitida por el saltahojas. En el Brasil, las primeras intenciones de siembra, alentadas por el regreso de las precipitaciones, apuntan a una misma superficie sembrada con maíz en el cultivo de 2025. En Sudáfrica, las expectativas preliminares apuntan a que aumente la siembra de maíz blanco, impulsado por unos precios sin precedentes, lo que compensará una contracción de la superficie sembrada con maíz amarillo.
El pronóstico indica que la utilización mundial de cereales crecerá un 0,6 % hasta alcanzar los 2 859 millones de toneladas en 2024/25, como consecuencia del aumento previsto para el consumo de arroz y trigo como alimento. Tras una revisión significativa desde octubre, los pronósticos indican ahora que las reservas mundiales de cereales disminuirán un 0,7 % respecto de sus niveles de apertura, lo que se traduce en una relación del 30,1 % entre las reservas mundiales de cereales y su utilización en 2024/25, un porcentaje que, si bien es inferior al 30,8 % registrado el año precedente, sigue indicando “un nivel desahogado de la oferta” a escala mundial.
Según el pronóstico, el comercio internacional de cereales en 2024/25 ascenderá ahora a 484 millones de toneladas, es decir, un 4,6 % menos que el año precedente. Se prevé una disminución del volumen del comercio mundial de trigo y maíz, mientras que aumentará el comercio de arroz.