Crisis del vino, demasiados retos para remar solo el sector
Un consumo de vino a nivel mundial estancado, en el caso de los tintos en claro descenso, costes de producción al alza, mercados exteriores cada vez más reducidos y poco atractivos: toda una corriente en contra, frente a la que no puede remar solo el sector productor y comercializador.
Por Marga López Polo, periodista agroalimentaria
¿Hay algo más duro para un agricultor que no obtener rentabilidad por su producción? Esto es lo que le está pasando a nuestros viticultores, que campaña tras campaña, se enfrentan a la falta de rentabilidad en sus explotaciones al no poder hacer frente a unos precios de mercado cada vez más ruinosos.
Pero pongámonos en antecedentes. España cuenta con más de 961.173 hectáreas dedicadas a viñedos, de las cuales 53% corresponde a variedades tintas y el resto (47%) a blancas; y una producción que en el ejercicio 2023/2024 fue de 28.325.843 hl (Dato MAPA). Por otro lado, el consumo en nuestro país se sitúa alrededor de los 9.93 mhl (Fuente OIV, Organización Internacional de la Viña y el Vino, dato 2023), cifra lejana de los 10.7 mhl de 2018.
Estamos pues ante un mercado con una tendencia a la baja, tanto a nivel nacional como internacional, más pesado y paralizado en el caso de los tintos, donde una reestructuración varietal ya no es suficiente para hacer frente a esta distorsión entre la oferta y la demanda.
Esta situación, que se ha prolongado en el tiempo durante las últimas cinco campañas, está teniendo, según José Ugarrio Sánchez-Brunete, responsable técnico del sector del vino de ASAJA, “graves repercusiones en la rentabilidad de las explotaciones y el desánimo se extiende entre buena parte de los productores, cada vez más partidarios de optar por el abandono”.
Pero ¿por qué este desajuste o bajada del consumo? “Tras la pandemia se ha registrado una fuerte subida de la inflación y por tanto de los costes de producción, y se ha evidenciado más que nunca las preferencias de los consumidores jóvenes, que optan por vinos blancos y/o espumosos. Además, se han caído algunos mercados debido a situaciones geopolíticas (países del Este) y el gran mercado chino ha dejado ser interesante y fiable para el sector, quizás porque ellos están potenciando su propia producción. Todo ello nos lleva a una bajada del comercio del vino a nivel mundial”, explica Joaquín Vizcaino Balsalobre, responsable estatal del sector vitivinícola de COAG.
En este contexto, desde UPA se muestran igualmente preocupados por las propuestas legislativas que, en algunos países, como España, infieren en el consumo moderado de alcohol, o por la reducción de fondos europeos para la promoción del vino.
El arranque quirúrgico
Esta crisis estructural no es exclusiva de España. También se está dando en Italia y Francia. Sin embargo, en este último país, ya se iniciado un programa para arrancar 30.000 hectáreas, (5% de su superficie), para lo que la UE ha autorizado a Francia a disponer de ayudas estatales por valor de 120 millones de euros, (4.000 euros por hectárea). “Dentro de tres años valorarán la situación de mercado, y estudiarán si activan de nuevo el plan para el arranque de otro 5% de su superficie”, nos ha explicado Joaquín Vizcaino Balsalobre.
Se necesita un pool de medidas que permite sortear crisis de mercados como las actuales
Por el contrario, el Gobierno de España, a través de una primera comunicación del ministro Luis Planas Puchades, ha hecho pública su negativa al arranque de viñedos. Todo ello a pesar de que los agentes implicados y representados a través de la Interprofesional del Vino de España (OIVE) habían iniciado esta reflexión y debate con representantes del propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de que se ha creado en el seno de la Comisión Europea un Grupo de Alto Nivel de Política Vitivinícola (GANV) donde están representadas las administraciones de estos tres países, para abordar esta y otras cuestiones. “Nosotros no solicitamos un arranque máximo, sino selectivo o quirúrgico como ha aprobado el Gobierno francés, pues las actuales medidas de que disponemos para momentos de crisis, como la vendimia en verde o la destilación de vinos ya elaborados, son puntuales y no solventa esta crisis estructural de los vinos tintos”, comenta el responsable sectorial de COAG
Qué otras medidas reclaman
Pero el sector no solo reclama el arranque de viñedos, sino todo un pool de medidas que permitan sacar a flote a sus agricultores. Entre ellas está por ejemplo la posibilidad que de las autorizaciones de plantación tengan una duración no de tres años como hasta ahora, sino de ocho años. Es decir, si un agricultor decide arrancar ahora, estás obligado a volver a plantar en tres años, de lo contrario pierdes sus derechos. “Con esa flexibilización que solicitamos, conseguimos que el viticultor aplace el volver a plantar, y espere ocho años a ver si la situación mejora”, señalan desde COAG.
El sector mira ahora hacia EE.UU., y las políticas proteccionistas de nuevo presidente Donald Trump
Otras medidas viables sería la flexibilización de la promoción del vino en terceros países, desarrollar promociones en el mercado interno, o incluso la restructuración en diferido: se trataría de arrancar la plantación, y si decides no plantar en seis años, recibir una pequeña ayuda por hectárea porque estamos reduciendo el potencial vitivinícola de España. Esta compensación podría sufragarse con fondos de la UE, de la Intervención Sectorial Vitivinícola que no se hayan ejecutado o de los Estados Miembros. “Lo que queremos son medidas que según la necesidad nos permita ajustar la oferta y demanda, y que no sea una norma que nos vale para salir del paso como es la vendimia en verde o la destilación puntual”, aseguran desde COAG.
Por su parte, desde ASAJA instan al ministro a que defienda ante la Comisión Europea la necesidad de prohibir nuevas autorizaciones de plantación durante tres años (2025,2026 y 2027).
Con temor el sector mira ahora hacia EE.UU., y las políticas proteccionistas de nuevo presidente Donald Trump.
Medidas muy necesarias como podemos ver, que necesitan de disposiciones presupuestarias suficientes, tanto por parte de la administración nacional, como de la europea, para poder adaptarnos a situaciones económicas y geopolíticas cambiantes, y que doten al sector de dinamismo, pero sobre todo de rentabilidad.
Previsión campaña del vino 2024/2025
La última estimación sobre la vendimia de este año 2024 refleja una producción de vino final 37 millones de hectolitros, un 7% menos que la cantidad prevista al inicio de la campaña por Cooperativas Agro-alimentarias. Una bajada que podría ayudar a no sobrecargar la oferta de vino ante un mercado decaído.
Preocupante por tanto la situación del sector, pues si ya el ejercicio pasado con una menor producción, alcanzar la rentabilidad fue complicado, en este ejercicio, con una producción normal, se antojará una odisea.
Reportaje publicado en la revista ECA Agri Ed. 12