Mayor presión para los agricultores en la formación de precios
La organización agraria COAG, que elabora el IPOD mensual, advierte movimientos que desvirtúan la ley de la oferta y la demanda y generan una mayor incertidumbre en los profesionales dedicados a la producción de frutas y hortalizas.
Por José Esteban Ruiz, periodista agroalimentario
Los precios en origen en el sector de las frutas y hortalizas en el último año han mantenido una línea irregular, quizá “más acusada” que en campañas anteriores, valora Andrés Góngora Belmonte, responsable estatal de Frutas y Hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) que es, a su vez, secretario provincial en Almería.
Este colectivo agrario elabora cada mes el Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD), que se trata de una potente herramienta que sirve como ‘termómetro’ para medir los márgenes comerciales que se barajan a lo largo de la cadena alimentaria, analizando más de una veintena de productos agroalimentarios, marcando el precio al que se compra el producto al agricultor y el que paga el consumidor por llevarlo finalmente a la mesa.
“Existe una estrategia por parte de la cadena para desafiar la ley de la oferta y la demanda”
Si tomamos como referencia el último emitido a la hora de elaborar este artículo, es decir, el de agosto de 2024 y se compara con el del mismo mes del año anterior, se comprueba que la presión general en los alimentos originados en campo, principalmente frutas y hortalizas, reflejan mayor margen comercial, incrementándose el diferencial, pasando de un índice de 3,83 a 4,52, lo que significa que el valor de los productos analizados se elevó un 283 y un 352 % respectivamente, del agricultor al consumidor.
Este aumento porcentual en los precios en el último año se sitúa mes a mes por encima de los 4 puntos en el baremo del IPOD. Fue precisamente en agosto de 2023, cuando bajó de esa cifra. Así, en el último año, ha oscilado entre los 4 puntos de octubre de 2023, a los 4,74 de abril de 2024. Las variaciones no son notables, lo que indica que en general los márgenes se mantienen. Incluso si se analiza el histórico del IPOD se observan mayores diferenciales en años anteriores, en meses que se ha llegado a elevar por encima de los 5 puntos.
Márgenes por encima del 1.000 %
Sin embargo, los diferentes productos hortofrutícolas registran márgenes que superan el 1.000 % en momentos puntuales y dependiendo de épocas los diferenciales que señala este medidor son mayores para unos u otros alimentos del campo. Es el caso del limón, por ejemplo, que durante gran parte de los meses del año está por encima del 800 %, incluso en dos se eleva por encima de es mil por cien, llegando a superar, el 1.350 %.
“Se nota la presión de los precios en campo al inicio de las campañas”
Los cítricos son dos de los alimentos del campo que marcan unos diferenciales más elevados. También la lechuga, plátano y algunos hortícolas se destacan en esta particular clasificación de márgenes más elevados entre origen y destino.
Sobre esta cuestión concreta en COAG, explica su responsable estatal de frutas y hortalizas, entienden que se ha incrementado la “capacidad de manipulación de las cadenas de distribución a la hora de establecer el precio de compra para los consumidores”. Al respecto, Andrés Góngora Belmonte comenta que “las promociones de frescos como las frutas y hortalizas están siendo más agresivas, presionando en campo con precios a la baja y estableciendo estrategias para comprar más barato en origen”. Esto, sin duda, repercute en una caída de la rentabilidad del productor, que recordemos, soporta, desde hace varias campañas, una subida de costes en todos los insumos y también en mano de obra.
Estrategias
El responsable de frutas y hortalizas aprecia movimientos en las cadenas que se repiten a lo largo del año, sobre todo en lo que se refiere al inicio de la campaña en determinados productos. “Esta tendencia se repite para tratar de controlar los precios en origen incluso presionando para que el valor caiga en momentos en los que no se registre una gran producción, desafiando a la ley de la oferta y la demanda”, explica Góngora. Y es que, “cuando comienza la temporada para un producto y pongo como ejemplo este año la sandía, las cadenas elevan el precio al consumidor generando una caída de la demanda. Aunque no haya una elevada producción, se estanca la salida, y se va generando un stock, que finalmente desencadena una caída del valor en campo y por tanto el control de las cadenas”.
Todo ello hace que “en los últimos años” la ‘montaña rusa’ de las cotizaciones que ya “suele ser históricamente habitual”, sea más pronunciada. Por tanto, la incertidumbre se extra dimensiona y genera inestabilidad en un sector que recordemos fue muy aplaudido en los peores momentos que atravesó el mundo con la crisis sanitaria.
“Tenemos una ley de la cadena alimentaria que sigue sin funcionar”
Esta situación pone de manifiesto que la actual Ley de funcionamiento de la cadena alimentaria “sigue sin funcionar”, apostilla Andrés Góngora Belmonte. “Esta normativa surge para regular los márgenes comerciales y establecer una rentabilidad justa para todos los eslabones de la cadena, pero no sienta las bases para que esto ocurra”, añade. En ello, recuerda la falta de establecimiento aún y valoración de los costes de producción. Es más, asegura que “en el Ministerio nos dicen que las cadenas no desvelan sus costes reales, y así difícilmente podremos avanzar”.
Hortícolas
En precios en origen, en la última campaña, el responsable estatal de frutas y hortalizas de COAG valora que, en algunos productos se mantuvo estable, en el caso de hortícolas protegidos, pero en otros, como en berenjena o tomate “fue un mal año”. En el caso de la primera, la campaña arrastró una caída tras otra por debajo de los costes de producción. Y en el segundo, ocurrió también en diferentes momentos de la campaña, siendo un año muy diferente en cuanto a rentabilidad (venía el tomate de un año bueno).
La presente campaña, explica Andrés Góngora Belmonte, se resiente en la superficie de tomate, pero se mantiene estable el resto. Incluso, el pimiento, vuelvo a reputar de nuevo, siendo uno de los hortícolas más estables en precio en los últimos años.