El ITACYL trabaja en la mejora de la conservación de semillas de las legumbres
Castilla y León es la Comunidad Autónoma con más figuras de calidad de legumbres: tres de judía, dos de lenteja y tres de garbanzo.
La trazabilidad de cualquier sistema de calidad empieza por el principio: la semilla. Sin embargo, las variedades amparadas por las figuras de calidad son variedades locales, que están fuera del circuito de comercialización de semillas convencional. Las variedades tradicionales son aquellas obtenidas por nuestros agricultores, durante cientos de años de selección, adaptadas a nuestras condiciones edafoclimáticas y a nuestros gustos como consumidores.
Con el objetivo de poner en marcha un sistema de conservación y multiplicación de semillas de calidad de legumbres de Castilla y León que asegure la provisión de simiente de estos productos de calidad diferenciada, nace el proyecto ‘SECALEG’, impulsado por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) en colaboración con los principales Consejos Reguladores de las IGP de legumbres de la Comunidad.
Así, bajo el título “Buenas prácticas para la producción de semilla de calidad en las IGP de legumbres de Castilla y León”, ‘SECALEG’ trabajará durante los próximos dos años en la puesta en marcha de un innovador sistema de multiplicación de semilla de calidad siguiendo los Reglamentos de multiplicación de semilla certificada en vigor.
El proyecto, cofinanciado con fondos Feader y liderado por Itacyl, se desarrollará en colaboración con el Ayuntamiento de Saldaña, los Consejos Reguladores de las IGP Alubia de La Bañeza – León, Lenteja de Tierra de Campos y Legumbres de Calidad.
En concreto, gracias a este proyecto se trabajará en la puesta en marcha de un sistema de multiplicación de semilla prebase de la variedad de judía Tremaya, de la variedad de lenteja Paula y de las variedades de garbanzo Cuaiz y Garabito, así como la mejora de la calidad de la semilla de las variedades de la IGP Alubia de La Bañeza-León, desde el punto de vista de la uniformidad y la sanidad.
Asimismo, se plantea la mejora del proceso de almacenamiento de las lentejas respecto a las plagas de almacén, con el estudio de la plaga de los gorgojos y la búsqueda de enemigos naturales, y el desarrollo de un método de detección de bacterias en semilla de judías y en suelo que prevengan la aparición de enfermedades en campo y reduzca las pérdidas de rendimiento.
Todas estas actuaciones serán recogidas en manuales de multiplicación y certificación de semilla para cada variedad, con pautas de asesoramiento e instrucción en la optimización de la tecnología de cada una de ellas.
Un cultivo significativo en Castilla y León
La tradición y el renombre de las legumbres de Castilla y León ponen de relieve la importancia de este cultivo en la región y, en consecuencia, el positivo impacto que los resultados de este proyecto tendrán sobre el sector.
Las 8 figuras de calidad existentes en nuestra Comunidad (I.G.P. Judías del Barco de Ávila, I.G.P. Alubia de la Bañeza-León, I.G.P. Lenteja de la Armuña, I.G.P. Lenteja de Tierra de Campos, I.G.P. Garbanzo de Fuentesaúco; M.G. Garbanzo de Pedrosillo, M.G. Judión de la Granja y M.G. Garbanzo de Valseca) registran un valor de comercialización en torno a los 2,5 millones de euros anuales en más de 7.000 hectáreas de superficie cultivadas, por lo que es fundamental seguir trabajando en garantizar la trazabilidad y calidad de estos productos emblemáticos en Castilla y León.
Y es que, dentro del escenario actual, en el que el consumidor está cada vez más sensibilizado con la sostenibilidad de la agricultura y la despoblación de las zonas rurales, así como con la alimentación saludable, los alimentos tradicionales producidos en sistemas agrarios tradicionales juegan un papel muy importante en el desarrollo económico y la fijación de población en estas zonas. Por tanto, deben ser tenidas en cuenta. Además, son unos de los productos alimenticios que tienen espacio para crecer, tanto en el plato como en el campo.